Quim Torra, el guardi¨¢n de la ortodoxia independentista
Desde su oficina en Girona, el expresidente de la Generalitat se erige como referente del secesionismo unilateralista
La casa Solterra, que acogi¨® entre sus paredes desde los Reyes Cat¨®licos a falangistas, pasando por el Archiduque Carlos de Austria, es ahora la oficina de Quim Torra en Girona. El 133 presidente de la Generalitat ¡ªseg¨²n numeraci¨®n impugnada continuamente¡ª vive en la cercana Santa Coloma de Farners. Pero quiz¨¢s en la elecci¨®n de la ubicaci¨®n del despacho (al que tiene derecho por ley) pes¨® el rechazo a una Barcelona gobernada por comunes y socialistas, lo que a ojos del secesionismo m¨¢s ortodoxo, como el que Torra encarna, la convierten en expresi¨®n de decadencia espa?olista: ¡°Una capital provinciana donde campa a su aire la mezquindad¡±, explica en su ¨²ltimo libro Les hores incertes. Dietari de Canonges.
Y es que si Torra hubiera vivido los avatares del siglo XII en el Midi franc¨¦s ser¨ªa probablemente uno de los ¨²ltimos c¨¢taros, a juzgar por el empe?o que pone en desenmascarar y anatemizar a los cada d¨ªa m¨¢s abundantes enemigos y traidores a la causa independentista, tal como pone de relieve en su actividad cotidiana y explica en sus citadas memorias, un dietario desde mayo de 2020 hasta su inhabilitaci¨®n, el 1 de octubre del mismo a?o.
Torra sigue manteniendo estrecho contacto con su war room, integrada por la implicada en un caso de corrupci¨®n y presidenta del Parlament, Laura Borr¨¤s; el diputado auton¨®mico Francesc de Dalmases y el exvicepresidente de la C¨¢mara catalana Josep Costa, todos ellos patriotas gran¨ªticos. Con ese acompa?amiento te¨®rico-humano, antes desde el Palau de la Generalitat y ahora desde el coraz¨®n de la inmortal de esa Girona que no se ha prostituido pol¨ªticamente, Torra lanza sus fatuas tanto contra los enemigos eternos como hacia los independentistas cuya fe flojea. Hace unos d¨ªas, despu¨¦s de que se firmara el acuerdo sobre inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica ¡ªsuscrito por PSC, Esquerra, Junts y los comunes-¡ªel expresident lo desautoriz¨® a trav¨¦s de Twitter con un lac¨®nico ¡°no en mi nombre¡±. Horas despu¨¦s, Junts per Catalunya ¡ªpartido en el que Torra no milita pero en cuyas listas figur¨®¡ª congelaba la reforma de la Ley de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica. Torra est¨¢ en comuni¨®n y verbaliza aquello que Waterloo aprueba. As¨ª como el golem de Praga segu¨ªa los dictados del rabino, el expresident act¨²a en el interior de Catalu?a de acuerdo con el programa de m¨¢ximos del puigdemontismo exterior. Con un salario de unos 9.000 euros al mes en funci¨®n de su antiguo cargo en la denostada autonom¨ªa, Torra se erige de esta forma en una suerte de voz que clama en pro de la ortodoxia independentista. A pesar de sus afinidades, presume de tener un expediente sin lazos pol¨ªticos, porque est¨¢ entregado al fin superior de lograr una Catalu?a libre separada de la ¡°Espa?a opresora¡±.
Lo cierto es que ni cuando fue presidente ni ahora ha ocultado sus fobias. El podio lo ocupan los ¡°represores y sus c¨®mplices¡±: socialistas y comunes. Su aversi¨®n a Pedro S¨¢nchez, Miquel Iceta o Salvador Illa solo es equiparable a la que siente por Ada Colau, Jaume Asens o J¨¨ssica Albiach. El PP y Ciutadanos tambi¨¦n son enemigos, pero menos porque no gobiernan. Los sindicatos tampoco escapan al severo escrutinio de Torra, quien considera que las centrales mayoritarias en Catalu?a¡ª-CCOO y UGT¡ª se sit¨²an ¡°acr¨ªticamente al lado del Gobierno espa?ol¡±. El siguiente escalaf¨®n lo ocupan los desleales: especialmente el exdiputado de ERC Joan Tard¨¤ y el ex presidente del Parlament, Roger Torrent, que le retir¨® a Torra el acta de diputado. Piensa el expresident en su libro que a Oriol Junqueras, mientras estuvo encarcelado, le debi¨® ocurrir algo similar a Saulo de Tarso persiguiendo cristianos pero al rev¨¦s. Le gusta m¨¢s el Junqueras de antes del refer¨¦ndum de octubre de 2017, cuando dec¨ªa ¡°Espa?a siempre te enga?a¡±, una ¡°frase redonda, turbadoramente perfecta¡±, escribe. Luego vino la investidura y la mesa de negociaci¨®n y todo se ech¨® a perder. ¡°Para m¨ª era incompatible continuar con un socio de coalici¨®n que acababa de dar apoyo a la investidura de Pedro S¨¢nchez¡±, un elemento que certificaba ¡°que la independencia no se har¨ªa efectiva¡±, afirma Torra. Todo ello sucede, a juicio del expresident, porque ¡°Espa?a genera la aparici¨®n de dos polos: los pol¨ªticos espa?oles con una tendencia irrefrenable a enga?ar y los pol¨ªticos catalanes que est¨¢n impacientes por ser enga?ados una y otra vez¡±.
Tras los herejes y hombres de poca fe figuran despu¨¦s los no ¡°emp¨¢ticos¡±. Entre estos figura Jordi S¨¤nchez, el hombre que ha tratado que Junts pase de ser el movimiento pol¨ªtico de Carles Puigdemont a articularse como partido pol¨ªtico. Eso es precisamente lo que m¨¢s detesta Torra, que se manifiesta favorable a que las formaciones independentistas presenten una lista c¨ªvica electoral conjunta para proclamar de una vez la independencia y dar cumplimiento unilateralmente ¡°al mandato del 1 de octubre¡±.
Ese rechazo del exjefe del Govern a los partidos se basa en que, a su juicio, son como la autonom¨ªa catalana, un impedimento para la independencia. Hay que huir de intermediarios interesados. El profeta tiene por delante una ardua misi¨®n.
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