Catalu?a afronta en prealerta por sequ¨ªa la llegada masiva de turistas
Los embalses que surten al 70% de la poblaci¨®n est¨¢n por debajo del 60% de su capacidad
Una Catalu?a con poca agua se prepara para recibir a millones de turistas este verano. El incierto cielo mediterr¨¢neo ha castigado a la comunidad aut¨®noma con falta de lluvias durante meses. Y si bien las precipitaciones de marzo y abril han conseguido ahuyentar el fantasma de sequ¨ªa generalizada que desde el oto?o de 2021 sobrevuela las monta?as y el litoral, los embalses est¨¢n hoy un 30% m¨¢s vac¨ªos que hace un a?o y que la media de la d¨¦cada. La Generalitat de Catalu?a mantiene el estado de prealerta por sequ¨ªa (la fase anterior a imponer restricciones y que se declara cuando las reservas est¨¢n por debajo del 60%) en los embalses que abastecen la regi¨®n de Barcelona y Girona, con m¨¢s de 5,6 millones de habitantes, m¨¢s del 70% de la poblaci¨®n catalana. La situaci¨®n coincide con los buenos augurios en la temporada tur¨ªstica tras el lleno de ocupaci¨®n en Semana Santa. El llenado masivo de piscinas y el mayor n¨²mero de grifos abiertos coincidir¨¢, adem¨¢s, con la temporada de riego en los campos de cultivo, algo que irremediablemente descargar¨¢ las ya languidecidas cuencas internas.
Fuentes de la Agencia Catalana del Agua (ACA), el organismo de la Generalitat que gestiona el agua, explican que con las reservas actuales el suministro est¨¢ garantizado este verano, aunque advierten de que la temporada de riego, que se inicia en junio, traer¨¢ un consumo muy elevado. El riego consume en torno el 70% del suministro total de agua, seg¨²n la Unesco. Y se a?ade al hecho de que municipios de la Costa Brava como Port de la Selva (Alt Empord¨¤), especialmente sensibles a la presi¨®n tur¨ªstica sobre el agua, se preparan para un verano de turismo con cifras prepand¨¦micas. Este municipio gerundense ya se ha acostumbrado desde hace a?os a cortar el grifo si es necesario, como ocurri¨® en 2016 y 2018, e incluso a recurrir a una desalinizadora m¨®vil cuando el abastecimiento peligra.
De acuerdo con las estad¨ªsticas del World Resources Institute, Espa?a es el pa¨ªs europeo con mayor estr¨¦s h¨ªdrico, un concepto que define a la alta demanda de agua frente a la poca capacidad de satisfacerla. La situaci¨®n a la que se enfrentan municipios tur¨ªsticos del Alt Empord¨¤ encuentran su espejo en otras comunidades tur¨ªsticas. En Mallorca, por ejemplo, pueblos muy visitados como Valldemossa instalan ba?os port¨¢tiles sin agua para ahorrar y proh¨ªben regar jardines en temporada alta.
La situaci¨®n en el monta?oso litoral catal¨¢n, sin embargo, podr¨ªa ser peor en la ya antesala veraniega. Tras un invierno y oto?o extremadamente seco en la comunidad (en algunos lugares como Barcelona ha sido el a?o con menos lluvia del siglo), las ¨²ltimas e irregulares lluvias de esta primavera han beneficiado precisamente a las zonas donde m¨¢s falta hac¨ªa. Esto llev¨® a que la ACA anunciara el pasado mi¨¦rcoles el levantamiento de las restricciones de consumo impuestas en 22 municipios del Alt Empord¨¤ desde hacia seis meses y que limitaban a un m¨¢ximo de 250 litros por habitante, reduc¨ªan en un 25% el riego en campos agr¨ªcolas o limitaban el uso de l¨ªquido para limpiar las calles. El suministro de estas localidades depende del acu¨ªfero Fluvi¨¤ Muga, cuyo nivel en octubre se situ¨® en 15,4 metros sobre el nivel del mar.
La Generalitat de Catalu?a levant¨® las restricciones en la frontera pirenaica, algo que algunos alcaldes, como el del peque?o municipio de Torroella de Fluvi¨¤ (700 habitantes), ya reclamaban desde hac¨ªa semanas. ¡°La situaci¨®n se ha normalizado y no entiendo por qu¨¦ seguimos con restricciones. Es muy f¨¢cil tomar este tipo de decisiones desde un despacho de la Meridiana de Barcelona¡±, se quejaba cr¨ªtico el alcalde, Pere Moradell i Puig, apenas unas horas antes de anunciarse el levantamiento de las medidas por parte de la administraci¨®n catalana.
La Agencia Catalana del Agua, sin embargo, llama a la calma, y advierte de que las ¨²ltimas lluvias de los ¨²ltimos meses pueden haber llevado a una percepci¨®n err¨®nea de que ha llovido mucho en todas partes. Marc Prohom, jefe del ?rea de Climatolog¨ªa del Servicio Metereol¨®gico de Catalu?a (Meteocat), incide en esta idea y advierte que si bien en el Alt Empord¨¤ ha ca¨ªdo agua, en otras zonas de Catalu?a como en Barcelona y en las comarcas de interior, las precipitaciones en algunos casos han estado por debajo de la media hist¨®rica. ¡°Las precipitaciones por Sant Jordi nos llevaron a una percepci¨®n err¨®nea de que hab¨ªa llovido mucho, cuando en realidad no lo hizo¡±, dice Prohom. Prueba de ello es que el sistema del Ter Llobregat, el que abastece Barcelona, solo ha experimentado una subida de un punto en el ¨²ltimo mes (ahora se sit¨²a en torno al 59%). La desalinizadora de El Prat, la locomotora que garantiza el suministro de agua en la capital catalana (puede generar hasta 60 hm3 al a?o,), est¨¢ al 85% de su capacidad desde principios de a?o, un nivel elevado y que en situaciones normales se situar¨ªa en torno al 30%.
Una quincena de municipios con nuevas restricciones
Al mismo tiempo que el Govern de la Generalitat de Cataluña levantaba las restricciones en el uso del agua en 22 municipios del Alt Empordà (Girona) el pasado miércoles, también imponía límites al consumo en otros 14 municipios de la comarca de Anoia y uno en el Alt Penedès: Vilanova del Camí, Vallbona d’Anoia, la Torre de Claramunt, Santa Maria de Miralles, Santa Margarida de Montbui, la Pobla de Claramunt, Orpí, Òdena, la Llacuna, Jorba, Igualada, Carme, Capellades, Cabrera d’Anoia i Mediona.
Las reservas catalanas de agua están hoy al 59%. Entre los embalses más importantes, destaca el de Darnius Boadella, al 67% de su capacidad y que hace un año estaba al 83%; el de Sau, al 61% y hace un año al 90%; el de Susqueda, al 61% y hace un año al 91% o el de Baells, al 56% y hace un año al 95%.
Marc Sala i Gou es el regidor de Medio Ambiente del pequeño municipio de Sant Climent Sescebes (625 habitantes), uno de los 22 municipios gerundenses del Alt Empordà que el pasado miércoles abandonó el estadio de alerta de sequía tras seis meses. El regidor es geógrafo de profesión y explica que ya hace tres décadas se advirtió de que “se iría a peor” y que el acuífero de Fluvià Mugà, del cual dependen, seguirá languideciendo por culpa del cambio climático con el paso de los años.
Sala i Gou llama a la responsabilidad colectiva de los vecinos de su municipio ante el escenario de sequía generalizada que los expertos alertan en la cuenca mediterránea. “Hay que dejar de construir piscinas. No tiene sentido. Tenemos el río y la playa aquí al lado para bañarnos…”, reclama el concejal.
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