La huelga educativa en Catalu?a agoniza por el cansancio de los profesores y la falta de resultados
Despu¨¦s de cuatro meses, los sindicatos no logran mejoras laborales y el conflicto debilita al consejero Cambray
Las huelgas educativas que han alterado la vida en los centros escolares catalanes llegan a su fin sin un claro ganador y con ambas partes desgastadas. Despu¨¦s de cuatro meses de conflicto ¡ªiniciado con el anuncio del nuevo calendario escolar¡ª, los sindicatos cerraron este jueves la novena jornada de paros con un exiguo seguimiento y sin lograr ninguna reversi¨®n de los recortes, m¨¢s all¨¢ de las que ya ten¨ªa previstas el departamento. Y Educaci¨®n y su consejero, Josep Gonz¨¤lez-Cambray, han visto notablemente erosionada su popularidad y mancillada la relaci¨®n con las direcciones de los centros.
El pasado mes de febrero, cuando Cambray anunci¨® por sorpresa, y sin haberlo negociado ni hablado con el sector, que el curso escolar empezar¨ªa una semana antes en septiembre, prendi¨® la mecha del agotamiento que acumulaban los docentes por los dos a?os de pandemia y una dura sexta ola con ¨®micron que golpe¨® con dureza en las escuelas, y que hasta ahora se hab¨ªa mantenido en una calma tensa.
El c¨²mulo de circunstancias hizo aflorar antiguas quejas y aliment¨® la protesta, que en marzo se concret¨® en cinco d¨ªas de huelga que empezaron con una estampa que hac¨ªa a?os que no se ve¨ªa: 33% de seguimiento en las aulas y una manifestaci¨®n con 22.000 asistentes. La protesta se fue deshinchando hasta el 8% y los 6.000 manifestantes del ¨²ltimo d¨ªa. El colectivo del profesorado no acostumbra a aguantar huelgas sostenidas en el tiempo por el impacto que tiene en las n¨®minas. Los sindicatos, en previsi¨®n, de las cuatro jornadas de paro en mayo y junio, convocaron solo dos en horario completo y dos parciales, de solo dos horas. Pero el resultado no ha sido bueno: un seguimiento del 6% y 3.000 manifestantes el pasado 25 de mayo y un 3,44% y unas mil personas en la manifestaci¨®n de este jueves, el ¨²ltimo que cierra el ciclo de huelgas de este curso.
Las negociaciones no han dado frutos. Durante la primera tanda de protestas, el nuevo calendario se convirti¨® en el caballo de batalla ¡ªa lo que se sum¨® la reclamaci¨®n de acabar con los recortes de hace una d¨¦cada¡ª, pero tras el inmovilismo del departamento en esta cuesti¨®n, en las ¨²ltimas reuniones la l¨ªnea roja ha sido recuperar las horas lectivas previas a los recortes. Los sindicatos exig¨ªan que se hiciera en primaria y secundaria a partir del curso pr¨®ximo. Reducir una hora a los maestros supondr¨ªa contratar a 1.463 profesores y un coste de 67 millones, y en secundaria, a 2.009 docentes y 105 millones, algo inviable seg¨²n Educaci¨®n, que ofrec¨ªa aplicarlo en septiembre en primaria y el a?o que viene en secundaria.
En la ¨²ltima mediaci¨®n celebrada este mi¨¦rcoles, el departamento ofreci¨® tambi¨¦n recuperar en septiembre el complemento de antig¨¹edad de seis a?os ¡ªahora se cobra el primero a los nueve¡ª (con un coste de 48 millones), dotar a los centros con m¨¢s alumnos vulnerables con 271 educadores e integradores sociales (8,5 millones) y aumentar las aulas de acogida. Los sindicatos han considerado todas las propuestas ¡°insuficientes¡±.
As¨ª, se cierra un ciclo de protestas sin conseguir ninguna mejora para el profesorado. ¡°A nivel tangible no hemos logrado nada, pero s¨ª hemos conseguido situar la educaci¨®n en primera l¨ªnea de debate, se ha visualizado el cansancio y los docentes se han empezado a organizar en asambleas¡±, valora Teresa Esperab¨¦, de CC OO. Por su parte, la portavoz del sindicato mayoritario, Ustec, Iolanda Segura, dice que m¨¢s all¨¢ de las cifras de la huelga ¡°el malestar de los docentes se ve en otros elementos¡± y que en estos meses se ha producido ¡°un cambio en las relaciones con el departamento¡± y que ¡°se est¨¢n moviendo hilos¡±. ¡°Por eso tenemos que continuar presionando¡±, a?ade. Los sindicatos amagan con nuevas protestas durante el inicio de curso.
Todo ello ha enrarecido las relaciones entre el departamento y la comunidad educativa (y no solo los sindicatos), ya que decenas de directores han escrito cartas al consejero criticando sus pol¨ªticas. Y aunque los sindicatos no han logrado el cese de Cambray, que contin¨²a teniendo el apoyo del presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, el conflicto s¨ª ha hecho mella en su imagen p¨²blica y, de rebote, ha generado presi¨®n pol¨ªtica sobre el Govern y el partido de ERC, que teme que le pueda pasar facturas en futuras elecciones.
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