Oleguer Presas: ¡°Necesit¨¦ alejarme del f¨²tbol durante un tiempo¡±
El exjugador del Bar?a cuestiona los peajes de la ¨¦lite y denuncia los actuales modelos de formaci¨®n: ¡°No se tiene en cuenta a los ni?os¡±. Ahora fomenta un proyecto socio-futbol¨ªstico para j¨®venes en Sabadell
Oleguer Presas (Sabadell, 42 a?os) se hart¨® y se fue. Ni rueda de prensa con l¨¢grimas ni un ¨²ltimo partido de homenaje con ovaci¨®n desde la grada. Ten¨ªa 31 a?os, acab¨® su contrato con el Ajax y descart¨® cualquier otra propuesta. Adi¨®s. Nunca en el siglo XXI un futbolista titular en una final de la Champions hab¨ªa colgado las botas tan pronto por decisi¨®n propia. ¡°Hab¨ªa cosas del f¨²tbol de ¨¦lite que me incomodaban¡±, explica. Habla de la exposici¨®n medi¨¢tica, de la rutina deportiva y de vivir fuera de casa. Quer¨ªa pasar p¨¢gina. ¡°Hacer otras cosas¡±. Tras unos a?os alejado del foco medi¨¢tico, impulsa desde 2018 en Sabadell (Barcelona) un proyecto socio-futbol¨ªstico para ni?as y ni?os que busca dejar fuera del circuito formativo la ¡°toxicidad¡± de la competici¨®n.
Quiz¨¢s el mayor ¨¦xito de Oleguer fue haber sido futbolista antes de Twitter. Su llegada al primer equipo del Bar?a aceler¨® la polarizaci¨®n alrededor de su f¨²tbol y sus ideas: Oleguer se convirti¨® sin quererlo en un patriota en Catalu?a y en un rebelde en Espa?a llamado Olegario seg¨²n un speaker del Benito Villamar¨ªn. Debut¨® en 2002, cuando Jordi Pujol a¨²n era presidente de la Generalitat y Esquerra era el ¨²nico partido independentista en el Parlament, con el 8,8% de los apoyos. Defendi¨® la oficialidad de las selecciones deportivas catalanas, se implic¨® en causas socio-pol¨ªticas en Sabadell contra el exalcalde Manuel Bustos, rechaz¨® jugar con la selecci¨®n espa?ola de Luis Aragon¨¦s y arremeti¨® contra la independencia del sistema judicial espa?ol por el caso De Juana Chaos en un art¨ªculo publicado en La Directa y Berria. Oleguer quer¨ªa ser un joven que hac¨ªa cosas de j¨®venes y que jugaba a f¨²tbol, pero acab¨® siendo un buen futbolista antisistema antes del Bar?a de Guardiola y del proc¨¦s.
Ahora, con perspectiva y algunas canas en el pelo, se siente liberado. ¡°Observo mi etapa de jugador como una ¨¦poca muy intensa, pero lejana. No la echo de menos¡±, dice. Se asent¨® en el primer equipo del Bar?a con Rijkaard, donde jug¨® seis temporadas, y pronto vio que hab¨ªa entrado en una dimensi¨®n desconocida, a veces inc¨®moda. ¡°En el f¨²tbol amateur no tienes la exposici¨®n medi¨¢tica ni la carga de ser un personaje p¨²blico. Juegas a futbol, que es lo que has hecho toda la vida y lo que m¨¢s te gusta. Pero a la que llegas al Bar?a, la vida te cambia. Es un sue?o y es bonito, pero comporta algunas cosas que cuesta asumir¡±. Se refiere a la exposici¨®n p¨²blica permanente, a la p¨¦rdida de privacidad, y a la convivencia con una parte de los aficionados en la calle. ¡°Hay dos tipos de aproximaciones entre la gente que te reconoce: las respetuosas o las irrespetuosas¡±, comparte. ¡°Si est¨¢s hablando con alguien en la calle, se pueden acercar algunos aficionados: algunos te pueden decir cosas bonitas, y algunos te pueden insultar; pero sea como sea, las dos interrupciones han fragmentado tu vida cuando t¨² quer¨ªas mantener una conversaci¨®n privada¡±, refleja. ¡°Se convive con ello y se tolera, y todo ello tambi¨¦n me ha enriquecido; pero cuando es permanente te llega a incomodar¡±.
La evoluci¨®n del f¨²tbol y su tendencia lucrativa se convirtieron en otra piedra en el zapato: ¡°En el f¨²tbol actual cada vez tiene menos importancia el aficionado. La Superliga, por ejemplo, es la evoluci¨®n l¨®gica de la creaci¨®n de negocio y est¨¢ planteada desde un punto de vista elitista¡±. Para alguien que lleg¨® a ir simb¨®licamente en las listas de la CUP en las elecciones auton¨®micas de 2015, su presencia en aquella industria parece casi antinatural. ¡°El futbol me encanta, pero hay cosas que han llevado a querer alejarme: vas cargando tu mochila hasta que te replanteas cosas y tienes que considerar si prefieres estar en otra parte¡±. En 2011 acab¨® su contrato con el Ajax, donde jug¨® muy poco las dos ¨²ltimas de las tres temporadas que pas¨® en Amsterdam, y cerr¨® una etapa de nueve a?os en la ¨¦lite.
Otra manera de entender el f¨²tbol
Oleguer se toma su tiempo antes de responder a las preguntas. Sabe c¨®mo funcionan los medios de comunicaci¨®n y que un paso en falso puede llevar a una mala interpretaci¨®n. Se muestra prudente y reflexivo cuando critica los actuales circuitos formativos de los j¨®venes futbolistas. Y se?ala a clubes, entrenadores y familias. ¡°No siempre sit¨²an ni?as y ni?os en el centro de su proceso de crecimiento¡±, sintetiza. ¡°Yo crec¨ª viendo la angustia de ni?os y padres que sufr¨ªan por si podr¨ªan seguir en el equipo. Muchos se quedaban por el camino porque les dec¨ªan que no ten¨ªan el nivel, y esto genera mucha frustraci¨®n a una edad en la que no est¨¢s preparado¡±.
Considera que los clubes fomentan la ¡°competitividad¡± para jugar en categor¨ªas superiores, tener m¨¢s ni?os, prestigio, y ¡°menos dificultades de financiaci¨®n¡±; alerta de que la ilusi¨®n de muchos entrenadores formativos es ¡°escalar¡± posiciones en el f¨²tbol, por lo que se focalizan en el ¡°rendimiento y no en las necesidades de los menores¡±; y avisa de que ciertos entornos familiares proyectan ¡°expectativas¡± contraproducentes con la formaci¨®n de sus hijos. ¡°El actual modelo deja a mucha gente atr¨¢s¡±, lamenta.
A ra¨ªz de este convencimiento, Oleguer se involucr¨® en 2018 en la escuela de futbol La Caserna, que reclama recuperar el antiguo cuartel de la Guardia Civil de Sabadell para proyectos sociales, y que agrupa a unos 90 menores de diferentes edades para jugar a f¨²tbol ¡°sin la parte t¨®xica del f¨²tbol¡±, resume el exfutbolista. Los grupos son mixtos, no participan en ligas competitivas y no se pide un nivel m¨ªnimo para jugar. ¡°Esto es un proyecto que pretende garantizar la integraci¨®n social¡±, resume el exdefensa. El proyecto crece a?o tras a?o y se vertebra por la participaci¨®n de madres y padres con una mirada com¨²n. Y es en esa implicaci¨®n social donde Oleguer cierra su c¨ªrculo inacabable entre f¨²tbol y pol¨ªtica. ¡°No me veo en primera l¨ªnea pol¨ªtica, pero estoy implicado en pol¨ªtica¡±, resume. ¡°Nuestras decisiones y manera de trabajar en La Caserna son una forma de hacer pol¨ªtica. Vivimos en una sociedad injusta, e intento que lo que hago sirva para acabar con las desigualdades¡±.
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