Aviador de la Rep¨²blica por un d¨ªa
Emotiva jornada en la sede barcelonesa de la asociaci¨®n ADAR, consagrada a preservar la memoria de los pilotos de la Gloriosa
Aquel d¨ªa de invierno de 1938, en un cielo de plomo sobre las tierras de Teruel, la aviaci¨®n republicana que proteg¨ªa la retirada de sus fuerzas se enzarz¨® con la franquista en un duelo letal. Los Chatos I-15 trataban de interceptar una formaci¨®n de bombarderos enemigos, pero se interpusieron 24 Fiat CR-32 del XXIII grupo de caza italiano Asso di Bastone (llevaban el as de bastos de emblema como si fueran a jugar a la butifarra). Al combate, que fue generaliz¨¢ndose, se a?adieron por cada ba...
Aquel d¨ªa de invierno de 1938, en un cielo de plomo sobre las tierras de Teruel, la aviaci¨®n republicana que proteg¨ªa la retirada de sus fuerzas se enzarz¨® con la franquista en un duelo letal. Los Chatos I-15 trataban de interceptar una formaci¨®n de bombarderos enemigos, pero se interpusieron 24 Fiat CR-32 del XXIII grupo de caza italiano Asso di Bastone (llevaban el as de bastos de emblema como si fueran a jugar a la butifarra). Al combate, que fue generaliz¨¢ndose, se a?adieron por cada bando Moscas I-16 y Messerschmitts Bf 109 en una tremenda barah¨²nda a¨¦rea con aviones precipit¨¢ndose a tierra humeantes o envueltos en llamas, pilotos saltando en paraca¨ªdas y por todas partes la acrob¨¢tica fulguraci¨®n mortal de los aeroplanos en lucha y la terrible cacofon¨ªa de las ametralladoras. En medio de la batalla, el joven sargento del Arma de Aviaci¨®n barcelon¨¦s Francesc Vi?als, nacido en noviembre de 1914 en el n¨²mero 44 de la calle de Sant Gervasi de Cassoles, toma altura tras atacar a uno de los biplanos enemigos y entonces nota una brutal sacudida: ha chocado su Chato contra otro Fiat CR-32 que le pasa por encima, casi decapit¨¢ndolo; lo ve caer en barrena delante y le dispara. Entonces no lo sabe, pero acaba de abatir (con ayuda de la suerte) a uno de los m¨¢s destacados pilotos de la aviaci¨®n franquista -a la saz¨®n agregado a la escuadrilla italiana-, Carlos de Haya Gonz¨¢lez de Ubieta, habil¨ªsimo aviador y cu?ado del as Joaqu¨ªn Garc¨ªa Morato. Como resultado de la jornada, Vinyals fue ascendido a teniente ¡°por su heroico comportamiento en los combates a¨¦reos librados en las proximidades de Teruel¡±.
En todo eso pensaba yo, reconstruyendo en mi cabeza la monumental pelea celeste, pilotos, aventuras, vuelo, riesgo, mientras me dirig¨ªa el otro d¨ªa hacia el n¨²mero 8 de la calle de Guifr¨¦, en el Raval, donde se encuentra desde 1993 la sede de la delegaci¨®n Catalana Norte-Balear de la Asociaci¨®n de Aviadores de la Republica (ADAR) y centro de historia aeron¨¢utica. En el lugar iba a desarrollarse una ins¨®lita y sorprendente ceremonia de entrega de premio. Tan ins¨®lita y sorprendente como que el galardonado era yo.
Efectivamente, es inaudito que la asociaci¨®n de aviadores republicanos decida distinguir a alguien que no s¨®lo ha padecido contumaz miedo a volar (incluso aferr¨¢ndose a una desconocida en un vuelo Roma-Barcelona con turbulencias, cosa que sin duda no har¨ªa Vi?als y ni digamos Jos¨¦ Mar¨ªa Bravo, as con 23 derribos), sino que proviene de una familia de marinos de guerra -e incluso un abuelo piloto de la aviaci¨®n naval- en el espectro ideol¨®gico opuesto al que representa ADAR: y muy opuesto si tenemos en cuenta a mi t¨ªo abuelo, agente franquista infiltrado en el SIM y alf¨¦rez de la Divisi¨®n Azul. Y mira que tiene cosas que hacer y gente a la que premiar la asociaci¨®n. En los ¨²ltimos tiempos, s¨®lo por mencionar algunas iniciativas de la entidad que preside en la actualidad Aquilino Mata, hijo del c¨¦lebre piloto de bombarderos Katiuska Jaume Mata, fundador en 1976 y primer presidente de ADAR, la asociaci¨®n ha organizado o co-organizado una jornada sobre R¨®mulo Negr¨ªn y la cuarta escuadrilla de Chatos, la X Diada Conmemorativa del campo de aviaci¨®n de la S¨¦nia (aer¨®dromo republicano ocupado luego por la C¨®ndor, hoy con un activo Centre d¡¯Aviaci¨® Hist¨°rica), y un homenaje al aviador Joan Comas, ¨²ltimo jefe de la 2? de Chatos, en el centro de interpretaci¨®n de la aviaci¨®n republicana y la guerra a¨¦rea (Ciarga) en Santa Margarida i els Monjos, en el que se ha inaugurado un monolito dedicado al piloto con una escultura en relieve obra de la artista Mar H. Pongiluppi. Tambi¨¦n colaboraron en la notable exposici¨®n de Francesc Torres en el MNAC en la que un Katiuska colgaba del techo de la sala oval.
Pese a su empecinado compromiso para estudiar y preservar la memoria de los aviadores de la Rep¨²blica, de divulgar y de socializar el conocimiento, ADAR no recibe los apoyos suficientes que merece en una ciudad cuyos gobernantes arrugan la nariz ante todo lo que huela a militar y parecen haber olvidado que a los bombarderos fascistas durante la Guerra Civil no se los hubiera podido enfrentar con bicicletas. La asociaci¨®n quisiera tener, adem¨¢s de m¨¢s ayudas, mejores y m¨¢s saneadas instalaciones, con m¨¢s metros cuadrados, para poder guardar sus archivos, colecciones y biblioteca y dar servicio a los investigadores que los consultan. Les gustar¨ªa al menos recuperar el segundo local, anexo al de ahora, que ocupan almacenes municipales.
Llegu¨¦ expectante a la sede, unos bajos en los que a la entrada te encuentras con el maniqu¨ª de un piloto (ante el que por si acaso me cuadr¨¦) y dentro, bastante api?ada, una abigarrada colecci¨®n de maquetas, libros, fotos, carteles y objetos relacionados con la guerra a¨¦rea, incluida una ametralladora original recuperada de un aparato republicano. Me recibieron varios miembros de ADAR, entre ellos su vicepresidente Antonio Valldeperes (Mata no estaba presente por motivos de salud) y su secretario Antoni Vilella, hijo del a?orado ex mec¨¢nico de la Gloriosa (la aviaci¨®n de la Rep¨²blica), Antonio Vilella, que fue presidente de la asociaci¨®n y falleci¨® en 2016 a los 99 a?os. Hablamos distendidamente de diversos temas aeron¨¢uticos. Del gran Antonio Nieto Sandoval, al que tuve el privilegio de entrevistar hace justo veinte a?os. Valldeperes record¨® el 83 aniversario el 4 de agosto de la ca¨ªda de un Junkers Ju-52 en la sierra de Llaveria, accidente en el que muri¨® el primer jefe de la Legi¨®n C¨®ndor, el coronel Alexander Von Scheele; el propio Valldeperes e Isaac Montoya localizaron los restos en 2003, y conservan piezas que encontraron como un trozo del motor central del avi¨®n y las llaves de un Mercedes.
Y luego, en un momento determinado, se pusieron muy serios como si fueran a fusilarme, sacaron un vino y algo de picar y me hicieron entrega de un diploma. Encabezado por el emblema de los pilotos republicanos, una h¨¦lice con alas bajo una estrella roja, el documento reza que la junta general ordinaria de la asociaci¨®n acuerda por unanimidad ¡°otorgar Menci¨®n especial y reconocimiento¡± al premiado ¡°por su aportaci¨®n como periodista a la memoria hist¨®rica de todos aquellos aviadores republicanos que defendieron la libertad y la democracia en los cielos de Espa?a (1936-1939)¡±. Lament¨¦ no llevar puestas las antiparras, las gafas de vuelo, para disimular que se me humedec¨ªan los ojos. En aquel peque?o espacio constre?ido sobrevolado por la maqueta de un Chato y rodeado de afecto me sent¨ª por un momento, inmerecidamente, uno de aquellos cuya memoria preservaban. Un aventurero y un valiente de verdad. Un piloto. Cuando ya se me pasaba, Valldeperes me dio una cajita. Dentro, en plata de ley, una peque?a insignia de la aviaci¨®n republicana. No s¨¦ qu¨¦ pensar¨¢n mis ancestros de mis alas rojas, pero me sent¨ª m¨¢s orgulloso que si hubiera abatido yo al Stuka de Coma-ruga. Regres¨¦ a casa caminando muy erguido y m¨¢s emocionado que el soldado Ryan en el cementerio de Colleville-sur-mer. Ser dignos merecedores de cuanto se hizo por nosotros.
Le he preguntado a David ??guez, uno de los dos davids historiadores emblem¨¢ticos de ADAR (con David Gesal¨ª), cu¨¢l es para ¨¦l la haza?a mayor de los aviadores republicanos. ¡°La defensa nocturna de la ciudad de Barcelona contra los bombarderos fascistas. La organiz¨® el piloto Walter Katz, jud¨ªo alem¨¢n nacionalizado espa?ol que cay¨® en 1938 y est¨¢ enterrado en el cementerio hebreo de Les Corts. Tom¨® su relevo Jos¨¦ Falc¨®. Siempre he pensado que cada noche esos hombres salvaban a mis abuelos¡±. ?Hab¨ªa alguna diferencia entre los pilotos republicanos y los del otro bando? Muy deportivamente, ??iguez ha empezado contest¨¢ndome que no, pero ha acabado destacando la extrema juventud de los republicanos, y reflexionado que posiblemente eran m¨¢s idealistas: proven¨ªan muchos de las clases populares, y cre¨ªan que combat¨ªan por cambiar las cosas y por la justicia social. ¡°Sin convicciones muy firmes no se entiende que aguantaran tanto volando, en condiciones tan desfavorables¡±, concluy¨®. ¡°Estaban hechos de una pasta especial¡±. Como los amigos de ADAR; gracias y buen vuelo.
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