Los alcaldables por Barcelona piden un gran pacto por la vivienda pero discrepan sobre c¨®mo hacerlo
El debate electoral de EL PA?S y SER Catalunya evidencia el choque de programas entre Ada Colau y Xavier Trias
Un problema de dimensi¨®n nacional y una verdadera emergencia para la ciudad. El acceso a la vivienda ha emergido como el gran reto de las grandes urbes espa?olas y en Barcelona se ha convertido en el principal eje de la campa?a electoral. El debate organizado por EL PA?S y SER Catalunya este martes con los cuatro candidatos a la alcald¨ªa mejor posicionados en las encuestas (Ada Colau, de Barcelona en Com¨²; Jaume Collboni, del PSC; Ernest Maragall, de ERC; y Xavier Trias, de Junts) ha puesto tambi¨¦n sobre la mesa la magnitud del problema, una de las pocas coincidencias entre ellos. Todos han pedido pactos o alianzas institucionales para resolver la cuesti¨®n: otra cosa es c¨®mo abordar aspectos concretos como la subida de precios del alquiler.
La alcaldesa y candidata de Barcelona en Com¨², que se presenta a la reelecci¨®n para un tercer mandato, ha presumido de abordar el problema como nunca antes (construyendo, firmando convenios con grandes tenedores o cediendo suelo a cooperativas) hasta tener viviendas en marcha para doblar el parque de alquiler asequible, pasando del 2% al 4%. El candidato socialista, Jaume Collboni (que en el ¨²ltimo mandato ha gobernado con Colau), ha sacado pecho de la Ley de Vivienda del Gobierno de Pedro S¨¢nchez ¡ªha asegurado que Barcelona ser¨¢ la primera ciudad espa?ola en regular los alquileres¡ª y de las millonarias aportaciones del Ejecutivo para construir pisos p¨²blicos, al tiempo que ha acusado a ERC de no hacer vivienda desde la Generalitat que gobiernan, y al exalcalde Xavier Trias de no hacerlo durante su etapa al frente del Ayuntamiento. Por parte de Esquerra, Ernest Maragall ha defendido el ¡°tri¨¢ngulo m¨¢gico formaci¨®n, ocupaci¨®n, vivienda¡± como receta para el progreso de la ciudad. Y el ahora alcaldable de Junts, Xavier Trias (que intentar¨¢ volver a ganar la alcald¨ªa como en 2011), ha lanzado la idea de un ¡°gran pacto de ciudad para hacer un parque p¨²blico a 30 a?os vista¡±.
En un debate vivo y con momentos en los que los candidatos se han enzarzado en acusaciones, todos han arremetido contra las pol¨ªticas de Colau, que ha centrado sus intervenciones en presumir de obra de gobierno, de que Barcelona sea ¡°referente internacional¡± y ha reivindicado sus gobiernos progresistas del pasado, actual y del futuro para ¡°frenar a la derecha¡±. La alcaldesa ha recibido ataques especialmente virulentos por parte de Xavier Trias: en varias ocasiones la ha acusado de ¡°inventar encuestas¡±, ha se?alado los aumentos del precio del alquiler durante sus dos mandatos y ha asegurado que su plan Superilla de peatonalizar v¨ªas acabar¨¢ produciendo ¡°calles de primera y de segunda¡±. La alcaldesa le ha respondido que su partido vot¨® en el Congreso contra la ley que regular¨¢ los precios. Collboni, hasta hace pocos meses socio de Colau en el gobierno municipal, ha defendido la alianza, pese a sus diferencias, y ha atacado a Trias por ser el candidato de un partido independentista como Junts. Maragall, menos protagonista, ha intentado presumir de las pol¨ªticas que ha impulsado al pactar con Colau los presupuestos, como el recargo de ciudad en la tasa tur¨ªstica. Y ha acusado a la alcaldesa de ¡°declarar enemigo a medio mundo y perjudicar a la ciudadan¨ªa¡±.
El proyecto Superilla de peatonalizaci¨®n del Eixample, el distrito central de la ciudad, ha centrado otra parte del debate. Lo que Colau define como ¡°un modelo de ciudad contra la contaminaci¨®n, mirada social, en inversi¨®n en transporte p¨²blico, vivienda hacia el que se encaminan las capitales europeas y alaba el l¨ªder del Mobile World Congress, John Hoffman¡± es, para el resto, un foco de conflicto ejecutado con poco di¨¢logo, dogmatismo o falta de humildad que provoca ¡°colapso programado¡±. Collboni ha aplaudido ¡°un camino adecuado pero hecho de forma precipitada¡±, y ha insistido en su apuesta por el veh¨ªculo el¨¦ctrico, invertir en el metro y recuperar interiores de manzana. Maragall ha pedido a Colau que abandone su ¡°obsesi¨®n por el Eixample y convertirlo en una trinchera¡± y ha revelado que su apuesta en urbanismo es invertir el espacio p¨²blico destinado a peatones y coches: del actual 40%-60% a un 60%-40%.
En el cap¨ªtulo econ¨®mico, Trias ha reprochado a Colau que ¡°con el decrecimiento no se crea bienestar, sino pobreza¡± y ha asegurado que el 30% de los barceloneses se quieren ir; un dato que Colau ha cuestionado y ha replicado asegurando que el exconvergente ¡°abandon¨® la ciudad a su suerte, diciendo que s¨ª a cualquier inversi¨®n, con descontrol y masificaci¨®n¡±. Collboni ha reivindicado el legado socialista en cuestiones como los 30 kil¨®metros ejecutados de tranv¨ªa o planes urban¨ªsticos como el 22@, que mezcla vivienda y actividad econ¨®mica puntera en el Poblenou. Y ha defendido el crecimiento econ¨®mico con ampliaciones como las del aeropuerto o la Fira. El exsocio de la alcaldesa tambi¨¦n le ha echado en cara que acordara m¨¢s terminales para cruceros en 2018 y ¡°a dos semanas de las elecciones diga que quieren hacer menos¡±.
En unas elecciones donde no bastar¨¢ con ganar para gobernar y los pactos ser¨¢n la clave para lograr la silla de alcalde, los candidatos se han mojado lo justo. Colau se ha erigido en garant¨ªa de gobierno de izquierdas pactando con PSC y ERC, como en los ¨²ltimos mandatos. Trias ha pedido una alianza a ERC y PSC para echar a Colau, un mantra que repite desde que decidi¨® volver a optar a la alcald¨ªa. Y se ha molestado ante la pregunta de si se partir¨ªa el mandato con Collboni, dos a?os de alcalde cada uno. A su turno, el socialista ha puesto sobre la mesa sus tres condiciones para pactar: crecimiento econ¨®mico, pol¨ªticas sociales y lealtad al Estado y las instituciones europeas. Y Maragall ha reprochado ¡°la conjura de la verg¨¹enza¡± que cree que supusieron los votos de Manuel Valls para investir a Colau. En este sentido, cuando Collboni ha reprochado a la alcaldesa que quiera hacer pactos progresistas pero aceptara los votos del ex primer ministro franc¨¦s, el republicano, que gan¨® las elecciones, ha espetado: ¡°Qu¨¦ morro tienen¡±.
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