150 peticiones al d¨ªa para 30 citas: As¨ª se colapsan las unidades de salud de vacunaci¨®n internacional en Barcelona
Los centros sanitarios sobrecargan sus agendas para atender a turistas que quieren viajar a zonas end¨¦micas de enfermedades tropicales
Si acaba de comprar billetes para un estupendo viaje a Mozambique, N¨ªger o Brasil para este verano a¨²n no cante victoria. Queda trabajo pendiente. Encontrar cita para vacunarse en Barcelona contra la fiebre amarilla, el zika o la malaria, casi indispensables para cualquier viaje a zonas end¨¦micas de estos virus, es una quimera. La primera cita disponible en el buscador de centros de Vacunaci¨®n Internacional de Sanidad Exterior es para el 17 de octubre de este a?o en Barcelona. Tres meses de espera. ¡°La demanda ha crecido un 50% respecto al a?o pasado¡±, alerta Cristina Masuet, jefa de servicio de Medicina Preventiva del hospital de Bellvitge. Los centros de salud sobrecargan las agendas para encajar los casos urgentes y minimizar los riesgos en un contexto de movilidad internacional creciente similar a la de 2019. ¡°Se pueden generar brotes en aquellas zonas donde las enfermedades no son inherentes por culpa de un viaje desprotegido¡±, subraya Masuet.
Las peticiones han desbordado las consultas. Tras el bloqueo de los viajes internacionales en 2020 y 2021 por la pandemia y su recuperaci¨®n en 2022, este verano se presenta como el de la normalidad. El del volver a volar. En Bellvitge se atienden a unas 200 personas por semana por las 150 de 2022, lejos a¨²n de las 300 semanales de 2019. En Vall d¡¯Hebron y el hospital del Mar confirman un crecimiento que podr¨ªa ser mucho mayor, seg¨²n Judit Villar, coordinadora de la Unidad de Salud Internacional del hospital del Mar de Barcelona: ¡°Si tuvi¨¦semos m¨¢s personal multiplicar¨ªamos las citas¡±, asegura. Su equipo recibe alrededor de unos 150 correos al d¨ªa pidiendo hora, demanda inasumible para sus seis profesionales, que atienden a unas 30 personas al d¨ªa. ¡°Es una pena no tener m¨¢s recursos para introducir m¨¢s personal al sistema y garantizar las vacunas a todos los viajeros que lo piden¡±, lamenta Villar.
?Qu¨¦ ocurre con aquellas personas con viajes profesionales de ¨²ltima hora o que tienen que viajar por cuestiones familiares? Con las v¨ªas ordinarias (tel¨¦fono o correo electr¨®nico) colapsadas, las alternativa son una mezcla de paciencia, presencialidad y documentos acreditativos. Los administrativos dan prioridad a aquellos casos inexcusables y los encajan en agendas sobrecargadas porque saben que algunos usuarios no acudir¨¢n a la cita. ¡°Piden hora a todos lados y no las anulan cuando encuentran sitio en alg¨²n otro centro¡±, refleja Masuet. En el hospital del Mar, dejan un tramo vac¨ªo al final del d¨ªa para las urgencias: ¡°El problema es que ahora todos nos derivan a nosotros¡±, apunta Villar.
Las vacunas m¨¢s habituales son aquellas obligatorias para acceder a un pa¨ªs procedente de zonas consideradas como de riesgo de transmisi¨®n de algunas enfermedades: contra la fiebre tifoidea, la fiebre amarilla, el dengue y el zika, o tambi¨¦n la hepatitis A, la antirr¨¢bica y la encefalitis centroeuropea. ¡°Tambi¨¦n ponemos al d¨ªa a aquellas personas que no est¨¢n vacunadas contra el sarampi¨®n o que directamente no est¨¢n protegidas porque sus padres eran antivacunas. Vemos de todo¡±, apunta la doctora del Mar.
Los sanitarios se centran principalmente en tres ideas antes de plantear qu¨¦ necesita cada usuario: la zona, la duraci¨®n y el tipo de viaje, adem¨¢s de la edad. ¡°No es lo mismo ir de mochilero en el Amazonas durante un mes que en un viaje organizado de siete d¨ªas por Colombia¡±, remarca Villar. La edad tambi¨¦n es importante porque la eficacia de las vacunas disminuye con los a?os, ¡°y cada vez viaja m¨¢s gente mayor¡±, indica la experta de Bellvitge. Las consultas terminan a veces con hasta seis pinchazos, seg¨²n el tipo de viaje. ¡°A la gente le sorprende al inicio, pero a los ni?os le ponemos tambi¨¦n 6 o 7 ant¨ªgenos, aunque en uno o dos pinchazos polivalentes¡±, compara Masuet.
El perfil medio de los usuarios de Bellvitge son ¡°turistas de entre 30 y 40 a?os que compran un billete para viajar¡±, y no migrantes que regresan a casa. Estos, concreta Masuet, acostumbran a regresar ¡°por Navidades¡±, y una de sus caracter¨ªsticas es la baja percepci¨®n del riesgo.
Cada proveedor tiene un precio de referencia, pero el importe por consulta en los centros vinculados al Instituto Catal¨¢n de la Salud ronda los 50 euros por visita, m¨¢s unos 35 por la administraci¨®n de las vacunas.
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