Retos de presente y de futuro de la dependencia en Catalu?a

A principios de julio sucedi¨® algo importante en las residencias de mayores: se elimin¨® la obligatoriedad de llevar la mascarilla despu¨¦s de tres a?os de restricciones. Imag¨ªnese que usted es una persona dependiente, con escasa movilidad, quiz¨¢ con demencia, y que al fin puede reconocer a sus seres queridos, a hermanos, hijos, nietos, y a los profesionales que cuidan de su bienestar. Fue un momento muy esperado porque al fin pod¨ªan ver nuestras caras, abrazarnos sin impedimentos, socializar de un modo mucho m¨¢s humano.

La mascarilla simboliza la etapa de la covid para lo bueno y para lo malo. Nos protegi¨® del virus, pero supuso una barrera interpersonal en unos entornos necesitados de mucho afecto. Afortunadamente, esta etapa se est¨¢ cerrando para dar paso a otra que tiene que ser la de la priorizaci¨®n de los cuidados y la constituci¨®n de un nuevo pilar del estado del bienestar: la atenci¨®n a la dependencia en may¨²sculas.

Nuestro sector es muy heterog¨¦neo y atomizado, pero hay una corriente de fondo que lo unifica: una de cada dos personas dependientes tiene m¨¢s de 80 a?os, y la tendencia ir¨¢ a m¨¢s por el sobre envejecimiento imparable de la sociedad. Catalu?a no es ajena a esta situaci¨®n y en un horizonte no muy lejano, no m¨¢s all¨¢ de 15 o 20 a?os, un tercio de la poblaci¨®n tendr¨¢ m¨¢s de 65 a?os. Viviremos m¨¢s tiempo, pero la pregunta es c¨®mo vamos a vivirlo. Es probable que una parte de nuestra ¨²ltima etapa vital precise de una atenci¨®n profesional en el ¨¢mbito de la dependencia. Todos queremos vivir en casa porque sabemos que no hay nada mejor, pero ?qu¨¦ va a pasar si esto no es posible?

Las residencias son la mejor opci¨®n cuando existe un elevado grado de dependencia, pero hoy en d¨ªa tienen muchos problemas para encontrar profesionales. Los salarios deben mejorar para atraer m¨¢s talento al sector, pero en un ¨¢mbito financiado en un 70% por la administraci¨®n p¨²blica, no es tolerable que dos profesionales que realizan las mismas tareas tengan unas condiciones laborales distintas. Da igual que sea una residencia, un centro de dia o un centro sociosanitario. A mismo trabajo, mismo salario. Y lo digo como presidenta de la patronal m¨¢s representativa de Catalu?a y s¨¦ que el consejero de Drets Socials coincide con este planteamiento. La equidad en el servicio es importante porque mejora la atenci¨®n a las personas.

Para acabar con esta injusticia, las tarifas de Drets Socials deben seguir increment¨¢ndose. Asimismo, el Gobierno estatal tiene que situar el gasto en dependencia en el 2% del PIB, tal y como hacen otras econom¨ªas europeas que han entendido que ese futuro lejano ya es inminente.

En consecuencia, m¨¢s recursos y m¨¢s financiaci¨®n para invertir m¨¢s y mejor en todo aquello que queremos para nuestras personas mayores. M¨¢s innovaci¨®n en procedimientos y en tecnolog¨ªa, m¨¢s integraci¨®n social y sanitaria para ganar en eficiencia, m¨¢s atenci¨®n domiciliaria y centros de d¨ªa para retrasar la institucionalizaci¨®n y, sobre todo, para seguir apostando por una atenci¨®n centrada en la persona que permita a los usuarios de las residencias seguir viviendo del modo m¨¢s parecido a como han querido llevar sus vidas.

Estas son las medidas para hacer frente a un inmovilismo pol¨ªtico y econ¨®mico que est¨¢ perjudicando la atenci¨®n de las personas mayores con dependencia y va a perjudicar a¨²n m¨¢s a los que venimos a continuaci¨®n. A usted, a m¨ª y a muchos otros. A una generaci¨®n entera, la de los baby boomers. A todo un pa¨ªs.

Cinta Pascual es presidenta de la Associaci¨® Catalana de Recursos Assistencials (ACRA)

Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal