La amnist¨ªa empuja a los partidos independentistas a redefinir sus liderazgos

Los partidos independentistas se juegan mucho en la amnist¨ªa para los encausados por el proc¨¦s que piden a cambio de su voto favorable a la investidura de Pedro S¨¢nchez. El encarcelamiento tras el juicio en el Tribunal Supremo inhabilit¨® pr¨¢cticamente a una generaci¨®n de l¨ªderes, y que el mismo camino amenace a otras decenas de cargos medios a la espera de juicio ha minado el proceso de promoci¨®n interna y ha dejado fuera de juego a cartas prometedoras para ocupar puestos importantes, tanto en la Administraci¨®n como dentro de los partidos. La posibilidad ahora de rehabilitarlos, a menos de un a?o de las elecciones europeas y con los comicios catalanes de 2025 en el horizonte, empuja al debate sobre los liderazgos y la redefinici¨®n en el interior de las formaciones.

La exvicepresidenta del Gobierno popular Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa se jact¨® en varias ocasiones de haber logrado ¡°descabezar¡± al independentismo tras la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n en 2017. Sin embargo, el PDeCAT (posteriormente Junts) y ERC mostraron gran resiliencia como organizaciones. Pese, efectivamente, a enfrentarse a la p¨¦rdida de sus l¨ªderes, hasta las dos ¨²ltimas elecciones fueron capaces de mantener la hegemon¨ªa en Catalu?a. Otra cosa es que, adem¨¢s del golpe emocional, hayan tenido que tirar de cuadros a¨²n necesitados de rodaje para poder hacer frente a la contingencia y a los efectos de cierta p¨¦rdida de peso at¨®mico interno.

Si bien todos los focos se los lleva el futuro pol¨ªtico del presidente de ERC, Oriol Junqueras, y del fundador de Junts, Carles Puigdemont, lo cierto es que las consecuencias de una ley que ponga el contador a cero la responsabilidad penal es mucho m¨¢s amplia para sus partidos y el independentismo como bloque. Las elecciones europeas del pr¨®ximo a?o ser¨¢n una primera cita para que, si efectivamente hay amnist¨ªa, no solo Puigdemont o Toni Com¨ªn tengan que mojarse sobre si aspiran a repetir como eurodiputados. No es ¨²nicamente un tema de cabeza de cartel, seguramente habr¨¢ que redefinir una acci¨®n pol¨ªtica en Bruselas que han centrado hasta ahora en denunciar la supuesta persecuci¨®n del Estado a sus ideas pol¨ªticas y en mantener el pulso judicial en diferentes tribunales.

Clara Ponsat¨ª, ahora acusada solo de desobediencia y sin problemas para aspirar a cualquier elecci¨®n, no da se?ales de querer repetir bajo el manto de Junts, pero s¨ª de querer jugar un papel en la reorganizaci¨®n del bloque secesionista, dando cara a la sensibilidad m¨¢s esencialista que no comparte negociar la investidura. El cisma en Waterloo es evidente. Haya pacto con el PSOE o no (es decir, haya amnist¨ªa o no), una de las grandes consecuencias del nuevo panorama de la pol¨ªtica estatal ser¨¢ si cuaja un cuarto espacio independentista alternativo a ERC, CUP y Junts.

En las filas republicanas tambi¨¦n habr¨¢ movimientos respecto a Europa y, de hecho, las piezas parecen ya alinearse. Diana Riba, pareja del exconsejero Ra¨¹l Romeva, fue la apuesta de ERC en la Euroc¨¢mara tras el bloqueo a Junqueras. El d¨ªa 13, el grupo de Verdes-Alianza Libre Europea (ALE) anunci¨® precisamente que Romeva, ahora vicesecretario general de prospectiva de los republicanos, encabezar¨¢ de manera simb¨®lica la lista para esos comicios junto a Maylis Rosberg, de la minor¨ªa danesa de Alemania. Sin la inhabilitaci¨®n que le impuso el Supremo, tendr¨ªa v¨ªa libre para ello.

Las ¨²ltimas elecciones europeas ofrecieron el gran duelo entre Puigdemont y Junqueras (la participaci¨®n, que roz¨® el 61%, es el r¨¦cord hist¨®rico). El independentismo llega ahora a esa cita con mucho que demostrar. Por un lado, con amnist¨ªa o sin ella, seguramente el electorado secesionista valorar¨¢ la gesti¨®n que cada partido haya hecho de las negociaciones. Por otro, m¨¢s all¨¢ de la lucha entre Junts y ERC, tienen pendiente reactivar a unas bases que en los dos ¨²ltimos comicios se han quedado en casa o han optado por votar m¨¢s en clave estatal en las generales. El 23-J, el independentismo se dej¨® casi 700.000 apoyos con respecto a la cita de 2019.

Forn y Romeva

El exconsejero Josep Rull ya no est¨¢ inhabilitado y, como Quim Forn, podr¨ªa presentarse a cualquier elecci¨®n. El extitular de la Consejer¨ªa de Territorio ha sido m¨¢s parco en negar una vuelta a la primera l¨ªnea (Forn se ha mostrado m¨¢s rotundo) y no pocos lo sit¨²an como un candidato de consenso a la Generalitat si hubiera un adelanto de las elecciones catalanas. Junts, por ahora sin candidato visible, necesitar¨¢ poner una carta potente para intentar no solo cerrarle el paso al PSC, sino tambi¨¦n batir a ERC en el duelo por la hegemon¨ªa independentista. El actual secretario general del partido de Puigdemont, Jordi Turull, tambi¨¦n tendr¨ªa que esperar hasta 2030 si no hay amnist¨ªa.

En las filas de sus respectivos partidos defienden que Forn y Romeva (que fue cabeza de lista de la coalici¨®n de Junts pel S¨ª, en 2016, donde CDC y ERC fueron juntos) tienen perfiles que a¨²n podr¨ªan explorarse en diferentes contiendas electorales, pero, como siempre, est¨¢ el factor humano y que ellos se decidan a dar el paso. En ERC, por ejemplo, la mezcla entre la decisi¨®n personal y el c¨¢lculo de partido podr¨ªa enfrentar directamente a Junqueras con un Pere Aragon¨¨s que quiere buscar la reelecci¨®n.

El giro copernicano de Xavier Trias para aceptar finalmente ser candidato de Junts en Barcelona, tras negarlo por activa y por pasiva, muestra que, seg¨²n en qu¨¦ encrucijadas, todo es posible. De ah¨ª que la mirada tampoco nunca haya dejado de estar puesta en el expresident Artur Mas, al que la amnist¨ªa beneficiar¨ªa moralmente y que ya cumpli¨® su pena de dos a?os de inhabilitaci¨®n por un delito de desobediencia en la organizaci¨®n del 9-N.

Personajes que han estado en la trastienda de la gesti¨®n de la Generalitat del ¨²ltimo decenio, como Gerard Esteve (Junts), Antoni Molons (Junts) y Francesc Sutrias (ERC) tambi¨¦n ver¨ªan despejado el panorama con una amnist¨ªa. En el caso de un peso pesado como el actual presidente del Puerto de Barcelona, el republicano Llu¨ªs Salvad¨®, ver¨ªa a salvo un cargo que no solo es uno de los mejores remunerados de la Administraci¨®n (115.000 euros al a?o), sino tambi¨¦n clave en la hoja de ruta de ERC para intentar consolidarse como alternativa de poder a la pinza que hist¨®ricamente han ocupado socialistas y el espacio tradicional de la extinta Converg¨¨ncia.

Con todo, los c¨¢lculos personales y de partido quedan congelados por otro debate de enjundia y de incierto calendario. Aunque haya amnist¨ªa, est¨¢ abierta la discusi¨®n sobre si una cuesti¨®n de constitucionalidad acerca del articulado que voten PSOE, Sumar, los independentistas y el resto de los partidos que apoyen la investidura parar¨ªa de tajo sus efectos. La clave est¨¢ en si los afectados podr¨ªan ejercer o no con plenitud todos aquellos derechos que la ley impugnada eventualmente les restituya (algunos fundamentales, como el de la participaci¨®n pol¨ªtica), a la espera de un fallo que puede tomar a?os en llegar.

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