El calendario pol¨ªtico y judicial facilita que Puigdemont sea otra vez eurodiputado
El l¨ªder de Junts no ha recurrido la decisi¨®n de la justicia europea contra su inmunidad
El calendario pol¨ªtico y las reformas legales de la pasada legislatura sobre los delitos de rebeli¨®n y sedici¨®n benefician ahora los planes del expresidente de la Generalitat pr¨®fugo Carles Puigdemont para mantener su pulso en la defensa de su inmunidad parlamentaria. Una estrategia que dirige desde su residencia desde hace casi seis a?os en Waterloo, en las afueras de Bruselas.
Puigdemont no va a encontrar obst¨¢culo para volver a presentarse como candidato a las elecciones europeas en junio del a?o pr¨®ximo. Si sale elegido, podr¨¢ replantear su reivindicaci¨®n para seguir gozando de la citada prerrogativa como eurodiputado, salvo que el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE) haya resuelto que no le corresponde, por haber sido procesado antes de adquirir la condici¨®n de miembro de la Euroc¨¢mara.
Aunque de ser reelegido volver¨ªa a adquirir inmunidad como eurodiputado, esta protecci¨®n no se extiende a procesos judiciales que tenga abiertos anteriormente. Una vez que la inmunidad se retira ¡ªtras un suplicatorio¡ª por un caso concreto, sigue vigente todo el tiempo que tarde este en resolverse, independientemente de si el afectado es reelegido o no para el hemiciclo europeo. Una disposici¨®n prevista dado que, en muchas ocasiones, los procedimientos legales duran m¨¢s que una legislatura. Si no rigiera este principio, las autoridades nacionales deber¨ªan solicitar una y otra vez el levantamiento de inmunidad.
Otra dificultad que se le puede presentar a Puigdemont para seguir dirigiendo desde su residencia en Waterloo la estrategia de Junts, al tiempo que el esca?o europeo, nace de las condiciones establecidas por la Junta Electoral Central (JEC) para adquirir la plena condici¨®n de eurodiputado. El expresidente de la Generalitat huido de la justicia espa?ola puede presentarse a los comicios europeos de junio pr¨®ximo y ser elegido. Pero la Junta Electoral le va a exigir con toda probabilidad que para recoger su acta cumpla el requisito de acreditarse personalmente. Ah¨ª Puigdemont puede encontrar una barrera m¨¢s dif¨ªcil de franquear que en las precedentes elecciones de 2019.
Puigdemont pudo acreditarse entonces ante el Parlamento Europeo sin cumplir el mencionado requisito. Varios pronunciamientos y declaraciones posteriores de responsables de la Euroc¨¢mara han cuestionado la pertinencia de aquellas decisiones. La partida est¨¢ por jugarse, y con toda seguridad Puigdemont la jugar¨¢.
Lo ¨²nico que podr¨ªa hacerle cambiar de planes ser¨ªa la sentencia definitiva del TJUE, cuando resuelva el recurso contra el fallo de la instancia inferior, el Tribunal General de la Uni¨®n Europea (TGUE), que en junio se pronunci¨® contra el reconocimiento de la inmunidad que reclama el expresident catal¨¢n fugado.
La defensa de Puigdemont tiene a este respecto serias dudas de que el TJUE est¨¦ interesado en actuar con la sorprendente velocidad con que lo ha hecho la Sala de Vacaciones del Tribunal Constitucional para inadmitir a tr¨¢mite el recurso del expresidente de la Generalitat contra las ¨®rdenes de detenci¨®n dictadas en su contra por el magistrado Pablo Llarena, juez instructor de la causa penal del proc¨¦s en el Supremo. Las fuentes consultadas descartan que en las decisiones de la justicia europea influyan cuestiones de pol¨ªtica interior espa?ola que parecen haber pesado para la urgente tramitaci¨®n de la impugnaci¨®n de Puigdemont ante el Constitucional. La decisi¨®n de la Sala de Vacaciones va a a ser muy probablemente revocada despu¨¦s de que la Fiscal¨ªa recurra, como ha anunciado, la inadmisi¨®n a tr¨¢mite de dicho recurso, con lo que esta partida volver¨¢ en cuesti¨®n de semanas a su punto inicial.
Puigdemont no tiene prisa para conocer el criterio del TJUE sobre su inmunidad. Agotar¨¢ el plazo para presentar su recurso, que termina a mediados de septiembre. Con ello, ha logrado que dicho tribunal no haya iniciado siquiera la revisi¨®n de su impugnaci¨®n y supone ganar tiempo para su presentaci¨®n en junio pr¨®ximo, sin que haya habido un pronunciamiento definitivo de la justicia europea. Solo una vez presentado el recurso empieza a correr el tiempo para que el TJUE tome una decisi¨®n de fondo, que su defensa calcula podr¨ªa tardar hasta seis u ocho meses y permitir¨ªa a Puigdemont agotar la actual legislatura en el Parlamento Europeo.
A la par que recurre la sentencia, Puigdemont puede ¡ªy as¨ª ha indicado que har¨¢¡ª pedir nuevamente medidas cautelares que le restablezcan la inmunidad parlamentaria hasta que los jueces decidan sobre el fondo del asunto. Ello le dar¨ªa una mayor seguridad jur¨ªdica, aunque sea temporal, lo que le permitir¨ªa a su vez una libertad de movimientos m¨¢s amplia de la que tiene actualmente.
Puigdemont decidi¨® no acudir a la ¨²ltima sesi¨®n plenaria antes del receso estival de la Euroc¨¢mara en Estrasburgo, Francia, celebrada en julio justo tras la sentencia del TGUE, al considerar que el Parlamento Europeo no le hab¨ªa dado garant¨ªas de que no ser¨ªa detenido si el juez Llarena emit¨ªa una nueva euroorden en su contra, algo que por el momento el magistrado espa?ol no ha hecho, como le pidieron la Fiscal¨ªa y Vox, a la espera de la decisi¨®n definitiva del TJUE.
Si la legislatura europea termina sin que haya habido sentencia, el debate sobre la inmunidad de Puigdemont ¡ªsi el l¨ªder de Junts fuera reelegido¡ª vuelve a empezar. Ahora bien, el TJUE puede considerar que la cuesti¨®n concreta que ahora tiene planteada ¡ªsi el Parlamento Europeo actu¨® conforme a derecho al retirar la inmunidad de Puigdemont¡ª debe ser respondida, incluso una vez terminada la actual legislatura europea. En Bruselas se da en todo caso por sentado que una inmunidad levantada sigue retirada mientras dure el caso que provoc¨® esta medida inusual, es decir, que no est¨¢ sujeta a calendarios electorales sino al procedural.
El l¨ªder de Junts lo va a seguir teniendo dif¨ªcil si lo que quiere es regresar a Espa?a sin impedimentos. El Constitucional admitir¨¢ finalmente a tr¨¢mite su recurso contra las ¨®rdenes de detenci¨®n de Llarena, pero no las dejar¨¢ en suspenso mientras estudia el fondo del asunto. Y en cuanto a lo que suceder¨¢ cuando lo resuelva, fuentes del propio tribunal dan por seguro que el ¨®rgano de garant¨ªas en ning¨²n caso acceder¨¢ a la solicitud de amparo de Puigdemont. Esto significa que el Constitucional no anular¨¢ las ¨®rdenes de detenci¨®n de Puigdemont, que siguen y seguir¨¢n vigentes para el caso de que intente volver a territorio espa?ol. Lo que s¨ª har¨¢ el tribunal es estudiar a fondo sus pretensiones y alegaciones, y responder por sentencia del pleno, no mediante un auto de confecci¨®n r¨¢pida dictado por una Sala de Vacaciones que existe para atender asuntos urgentes e inaplazables.
Estas condiciones son las que seg¨²n la Fiscal¨ªa no se daban en el caso del ¨²ltimo recurso de Puigdemont, puesto que las ¨®rdenes para su detenci¨®n en Espa?a est¨¢n en vigor, y lo hubieran seguido estando, aunque no se resolviera su recurso con tanta premura. De ah¨ª que la Fiscal¨ªa del Constitucional no acabe de explicarse por qu¨¦ se supone que era inaplazable pronunciarse sobre la vigencia de lo que ya estaba en vigor, siendo as¨ª que iba a seguir est¨¢ndolo con o sin pronunciamiento del tribunal. Fuentes de dicha Fiscal¨ªa estiman que con su decisi¨®n, dicha Sala de Vacaciones ¡°ha incurrido en una suerte de pleonasmo jur¨ªdico innecesario, que no se comprende del todo en t¨¦rminos estrictamente procesales¡±.
En esta situaci¨®n, si Puigdemont decide mantener su pulso con la justicia espa?ola desde el exterior, y no regresar, porque ser¨ªa detenido en cuanto fuera detectada su presencia, el camino que le queda relativamente despejado es el de su candidatura como eurodiputado, en junio pr¨®ximo. La supresi¨®n del delito de rebeli¨®n deja fuera de juego el art¨ªculo 384 bis de la ley de Enjuiciamiento Criminal, que se interpret¨® como aplicable a los acusados del citado tipo penal, con objeto de impedirles el ejercicio de todo cargo p¨²blico. Puigdemont pudo sortearlo hace cuatro a?os y acceder al Parlamento Europeo, viendo inicialmente reconocida su inmunidad.
Pero despu¨¦s de la citada sentencia del Tribunal General de la UE, el camino del l¨ªder de Junts se ha estrechado. Solo el siguiente episodio ¡ªla sentencia del Tribunal de Justicia de la UE¡ª desvelar¨¢ si ese camino se ha cerrado.
A Puigdemont le quedar¨¢ entonces la posibilidad de seguir protegido por la justicia belga, con un largo historial de rechazar demandas de extradiciones, y en cuyas manos quedar¨¢ la decisi¨®n de entregarle o no al Supremo por los delitos por los que le reclama, que ya no son los de rebeli¨®n ni sedici¨®n, sino los de desobediencia y malversaci¨®n. El primero de estos dos ¨²ltimos no tiene pena de c¨¢rcel, pero el segundo s¨ª, de seis a doce a?os, de acuerdo con la jurisprudencia del Supremo, que no secund¨® los prop¨®sitos de la reforma penal impulsada en la pasada legislatura por el PSOE y Podemos para rebajar la gravedad de las conductas de malversaci¨®n de fondos p¨²blicos en los casos que no implicaran enriquecimiento personal. Puigdemont sabe que esa reforma se intent¨®, y que sali¨® mal, pero no por deseo de las fuerzas que compusieron la mayor¨ªa parlamentaria hasta las pasadas elecciones, y que pueden seguir manteni¨¦ndola si son capaces de alcanzar acuerdos que lo permitan. El dato relevante en esta fase previa al debate de investidura es que el propio l¨ªder de Junts puede tener un papel clave para que se logre ese objetivo.
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