El alcalde de Junts que se desmarca de la xenofobia
¡°No estoy a favor del binomio entre delincuencia e inmigraci¨®n¡± dice Jaume Ars, que gobierna Guissona (Lleida), con un 53% de poblaci¨®n nacida fuera de Espa?a y escasa conflictividad social
Junts per Catalunya consigui¨®, el pasado 10 de enero, el compromiso del PSOE para delegar a la Generalitat las competencias de inmigraci¨®n. Los posconvergentes arrancaban este traspaso (todav¨ªa por concretar) en un momento de fuerte competencia con ERC y tambi¨¦n con Alian?a Catalana, la formaci¨®n independentista de tintes xen¨®fobos que gobierna en Ripoll (Girona). La direcci¨®n de Junts se ha alineado los ¨²ltimos meses con un grupo de alcaldes de la comarca barcelonesa del Maresme que exigen la expulsi¨®n de los migrantes reincidentes en una clara asociaci¨®n entre inmigraci¨®n y delincuencia. Lejos de desautorizarlos, la c¨²pula del partido ha abonado la misma tesis.
La deriva pol¨ªtica de Junts en esta cuesti¨®n parece evidente, pero hay excepciones. En el municipio con mayor porcentaje de inmigrantes de Catalu?a, Guissona (Lleida), viven 7.800 vecinos, de los que el 53% son migrantes. Pero justamente all¨ª el partido fundado por Carles Puigdemont tiene el poder. El alcalde es Jaume Ars, quien gan¨® las elecciones de 2019 y arras¨® en las de mayo de 2023 cuando consigui¨® nueve de los 13 concejales. ?l tiene un discurso propio bastante alejado del que se ha escuchado en otros alcaldes de la formaci¨®n. Y tambi¨¦n lo demuestra con hechos: ¡°No estoy a favor del binomio entre delincuencia e inmigraci¨®n. En mi partido hay mensajes en los que no estoy, del todo, de acuerdo, pero tambi¨¦n es cierto que los problemas que hay en Guissona no tienen nada que ver con de algunas poblaciones del Maresme¡±.
En el a?o 2000 viv¨ªan en Guissona 3.300 habitantes. Hoy se ha m¨¢s que duplicado la poblaci¨®n (7.800). Es uno de los pocos municipios donde los inmigrantes son mayor¨ªa. La clave para conseguir estas cifras la tiene la necesidad de mano de obra de la corporaci¨®n alimentaria Bon¨¤rea, una agrupaci¨®n empresarial agroalimentaria en plena expansi¨®n. Bon¨¤rea necesitaba tantos trabajadores que en los a?os 90 empez¨® a firmar contratos con trabajadores de otros pa¨ªses. Hoy en Guissona viven personas de 43 nacionalidades distintas. ¡°La comunidad m¨¢s grande es la rumana, con 1.260 vecinos, seguida de la ucrania, que ahora la integran 1.180 personas pero que cuando comenz¨® la guerra con Rusia lleg¨® a los 1.300. Hay 600 vecinos de Senegal, 380 de Bulgaria, 150 de Colombia, 78 de Gambia, 67 de Guinea, 50 de Moldavia, 25 de Pakist¨¢n, 21 de Cuba, 11 de Mauritania¡¡±, cuenta de memoria el alcalde. ¡°No tenemos problemas de inseguridad porque hay trabajo y el porcentaje de parados es residual. Adem¨¢s, Bon¨¤rea ejerce un papel de control. En el Ayuntamiento nos reunimos con la Guardia Municipal, Mossos y la seguridad de Bon¨¤rea una vez al mes. Si una persona da problemas y es trabajador de Bon¨¤rea le llaman la atenci¨®n. Para la empresa, la convivencia es esencial¡±, revela Ars. ¡°El problema de Guissona es que es complicado planificar el crecimiento de la poblaci¨®n. El instituto se nos qued¨® peque?o antes de inaugurar la ¨²ltima reforma¡±, mantiene Ars.
En 2021 el alcalde decidi¨® crear lo que se bautiz¨® como ¡°Espacio de Cohesi¨®n¡±. Es una reuni¨®n mensual en el Ayuntamiento en la que participan desde trabajadores del ambulatorio, los servicios sociales, Caritas o Cruz Roja, pero ¨Csobre todo- los l¨ªderes de las comunidades de migrantes. Estos referentes act¨²an sobre las comunidades transmitiendo mensajes y ejerciendo una autoridad que se traduce en convivencia. Las reuniones se celebran los ¨²ltimos jueves de mes y EL PA?S acudi¨® a la del pasado 25 de enero.
La primera en intervenir fue una t¨¦cnica del Centro de Atenci¨®n Primaria (CAP) de Guissona que record¨® a los l¨ªderes de las asociaciones de inmigrantes que cada jueves se expiden tarjetas sanitarias para los reci¨¦n llegados que no dispongan de ellas. Ars puntualiza: ¡°Guissona es un municipio de libre padr¨®n. Cuando llegan, lo primero que hacemos es empadronarlos para que pueda optar a todo: sanidad, educaci¨®n¡¡±. El discurso es muy diferente al que en las ¨²ltimas semanas est¨¢ dando la alcaldesa de Ripoll, S¨ªlvia Orriols, poniendo trabas al padr¨®n de los vecinos de otras nacionalidades. La t¨¦cnica del CAP se dirige a Tania Bashta, la vicepresidenta de la asociaci¨®n de ucranios en Guissona: ¡°Los m¨¦dicos nos dicen que hay muchos ancianos ucranianos que no se relacionan. Est¨¢n aislados¡±. Acuerdan montar grupos de actividades con la comunidad para intentar romper esta din¨¢mica.
Hoy han acudido a la reuni¨®n media docena de miembros del hogar de ancianos del municipio. Pepito toma la palabra: ¡°El centro est¨¢ herido, no hay excursiones, no hay charlas, ni teatro. Tenemos un local gigante para cuatro personas y creemos que los ancianos de otras nacionalidades pod¨ªan venir con nosotros¡±. Ivana Mocany, vicepresidenta de la asociaci¨®n de rumanos, cree que no arrastrar¨¢ a su comunidad hasta all¨ª: ¡°En mi pa¨ªs no hay cultura de ir de un sitio a otro. Les da verg¨¹enza entrar en un bar¡±. La soluci¨®n acordada: organizar talleres para acercar a ancianos migrantes al local.
La teniente de alcalde de Cohesi¨®n Social, Elena Guirado, saca a relucir el punto m¨¢s espinoso del orden del d¨ªa: ¡°Nos han llegado noticias de que ha habido alguna conducta racista. ?Hab¨¦is detectado algo?¡±. Bashta contesta enseguida: ¡°S¨ª, pero no sabemos qu¨¦ hacer¡±. Entre todos concluyen que, sobre todo, este tipo de conductas se dan en j¨®venes adolescentes. Ars resume: ¡°En un torneo de f¨²tbol intercultural tuvimos un episodio. Hemos detectado que en el f¨²tbol hay conflictos racistas y creemos que quiz¨¢s podr¨ªamos hablar con los entrenadores y proponer alg¨²n tipo de formaci¨®n¡±. Una representante de Bon¨¤rea alerta: ¡°En la empresa ha habido casos aislados entre colectivos de j¨®venes. Nosotros tenemos nuestros propios protocolos que hemos puesto en marcha¡±. La t¨¦cnica del CAP defiende que tambi¨¦n hay charlas antibullying en el centro sanitario y Theophile Fayendione, de la asociaci¨®n de senegaleses, y una representante de una de las asociaciones de vecinos de Am¨¦rica Latina coinciden en que el problema son las ¡°etiquetas¡± y la ¡°educaci¨®n¡± que se da dentro de las casas.
Uno de los cuatro guardias municipales, Ra¨¹l Novell, toma la palabra para tratar sobre los conflictos de convivencia. ¡°Este municipio trabaja por turnos (en referencia a los turnos laborales de Bon¨¤rea) y hay que buscar equilibrios. Un bar debe poder trabajar y el vecino debe poder dormir. Tenemos que ganar todos¡±, decide salom¨®nico Novell.
El ¨²ltimo punto del d¨ªa es el relativo a ¡°los senegaleses¡±. Hasta 68 senegaleses sin permiso de trabajo llegaron en diciembre a Guissona y desbordaron los servicios sociales del municipio. ¡°Necesitamos recursos. Estamos d¨¢ndoles clases de catal¨¢n pero necesitan permanecer en Espa?a dos a?os para acreditar arraigo y poder trabajar. Ese recorrido es complicado en Guissona¡±, admite el alcalde. Ars anticipa: ¡°Ahora est¨¢n viviendo en pisos de otros senegaleses y no sabemos cu¨¢nto tiempo podr¨¢n aguantar as¨ª¡±.
Acaba la reuni¨®n. Poco a poco, los asistentes se van a sus casas. Ars se muestra orgulloso del espacio que ha creado. ¡°Yo soy el alcalde de todos los vecinos. Al final, el sistema es injusto. Hay 7.800 vecinos, solo 3.200 tienen derecho a voto. En mayo lo hicieron el 62% y yo tuve mayor¨ªa absoluta con 1.000 votos¡±.
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