El Primavera Sound ya conoce su talla
Unas 130.000 personas han asistido al festival, que reivindica el F¨®rum de Barcelona como ¨²nico hogar posible
En un acontecimiento cultural rara vez los balances son negativos, y ayer, en la rueda de prensa en la que la organizaci¨®n del Primavera Sound resum¨ªa la edici¨®n que ha acabado esta madrugada, la satisfacci¨®n se notaba en la expresi¨®n de Alfonso Lanza, uno de los directores del festival, y de Marta Pallar¨¦s, su jefa de prensa. Si se trataba de consolidar el modelo en el F¨®rum y repetir las buenas cifras del a?o pasado, manejables en este espacio, los datos arrojan un balance positivo. Si el festival ha concitado la atenci¨®n de 268.000 personas durante todos los actos de la semana, la asistencia en los d¨ªas centrales en el F¨®rum ha sido de 130.000, que por primera vez en la historia del festival se han cribado de forma que a un comprador de abonos no ha sido contabilizado como tres personas por haber ido tres d¨ªas al festival. Desglosando por jornadas, 29.000 personas estuvieron en la gratuita inaugural y 60.000, 71.000 y 62.000 los tres d¨ªas centrales de actividad. El porcentaje de p¨²blico internacional, ya estable, se sit¨²a en un 59%, con incremento de asistencia norteamericana, inglesa e italiana. El festival ha encontrado su talla.
A estos datos se ha de sumar el balance art¨ªstico realizado por Lanza, quien destac¨® que en la jornada de ayer se manifestaba la importancia de las artistas femeninas en el Primavera, con la presencia, entre otras, de SZA, que actuaba por vez primera en Espa?a, adem¨¢s de PJ Harvey, Mitski, Roisin Murphy y Atarashii Gakko!, fen¨®meno del pop urbano japon¨¦s y a la saz¨®n grupo femenino. Lanza destac¨® tambi¨¦n que bandas de primer nivel como Vampire Weekend hayan escogido el Primavera como ¨²nico festival europeo en su gira de este a?o, lo que refuerza la centralidad del certamen como punto de partida de las giras estivales por Europa, en especial si se trata de artistas norteamericanos. Como detalle significativo, y recuperando la memoria de Steve Albini, que siempre sol¨ªa actuar en el Primavera con su grupo Shellac, Lanza indic¨® ¡°este es un festival de y para amantes de la m¨²sica, por lo que los artistas suelen quedarse en ¨¦l para ver otras actuaciones¡±. A estos elementos de car¨¢cter art¨ªstico, Lanza sum¨® la ausencia de incidentes en un acontecimiento que mueve tanto p¨²blico (y no siempre sereno, aunque esto ¨¦l no lo dijo).
Un elemento central en la rueda de prensa y en el ideario del festival es su vinculaci¨®n al F¨®rum. Lanza reiter¨® una idea que ya es un mantra del Primavera: ¡°El festival tiene dos cabezas de cartel extras, Barcelona como ciudad y el F¨®rum como recinto¡±, dijo, deslizando as¨ª que la idea y el concepto de festival urbano es indisociable del Primavera. Con respecto a las fricciones con algunos sectores vecinales, Lanza coment¨®: ¡°Mantenemos contactos con vecinos de las proximidades, directamente afectados por el sonido, y nos han manifestado su conformidad con las medidas de control que realizamos en cada edici¨®n¡±. Para acabar de despejar dudas sobre el futuro del festival en el recinto, Lanza manifest¨® el apoyo recibido por las autoridades y destac¨® la visita del ministro de Cultura, Ernest Urtasun. Siguiendo con el tema del recinto, ni tan siquiera se hubo de preguntar sobre una posible reedici¨®n del Primavera en Madrid, que, aunque no oficialmente descartada, se ve como lejana en el mejor de los casos. ¡°Este festival es un orgullo de Barcelona¡±, apunt¨® Lanza, quien cree que el estudio de impacto econ¨®mico del Primavera, que se espera conocer en un par de semanas, superar¨¢ los 200 millones de euros, quedando solo por debajo del Mobile World Congress.
Tras el balance, quiso el cartel que en el Auditori, otro lujo del Primavera, actuase una banda que en muchos sentidos a¨²na elementos propios del festival. Lankum, grupo dublin¨¦s que lleva el folk al terreno del doom, de la m¨²sica industrial o como llamarse quiera a la utilizaci¨®n de los sonidos oscuros y graves, triunf¨® inapelablemente con esta mezcla de tradici¨®n y contemporaneidad nada impostada. M¨¢s de 2.000 personas asistieron al concierto, y nadie se movi¨®, caso muy poco habitual en un recinto de entrada libre. Canciones tradicionales y canciones escritas por ellos que lo parecen, sentido del humor, carga pol¨ªtica con proclamas contra el genocidio de Gaza, bromas sobre si estaban actuando en Espa?a o Catalu?a (qued¨® claro d¨®nde se sent¨ªan ellos) y una bandera Palestina. Otra de ellas reinaba sobre el escenario donde los iruneses Lis?bo, grupo de posthardcore y m¨¢s all¨¢, descerrajaba otra de sus intens¨ªsimas actuaciones.
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