La segunda hora federal en Catalu?a
El federalismo pasa ahora por dise?ar un nuevo modelo de financiaci¨®n, que inevitablemente ha de ser para Catalu?a y para las dem¨¢s comunidades
Desde su creaci¨®n en 1976, el PSC viene ofreciendo el federalismo como alternativa al nacionalismo en la sociedad catalana. Es su ideal como f¨®rmula de organizaci¨®n pol¨ªtico-administrativa. Despu¨¦s de la d¨¦cada larga de inflamaci¨®n nacionalista, los electores han apoyado la oferta del PSC y han colocado a los federalistas al frente de la Generalitat y de las principales administraciones municipales del pa¨ªs, incluida la de su capital, Barcelona. Esto ha sucedido en una coyuntura en la que, adem¨¢s, el Gobierno de Espa?a lleva seis a?os en manos del socialista Pedro S¨¢nchez.
Es la segunda vez desde el fin del franquismo en la que el PSC se halla al frente de todas las principales instituciones catalanas. La primera fue entre 2003-2010, cuando Pasqual Maragall y Jos¨¦ Montilla accedieron a la Presidencia de la Generalitat, Joan Clos y Jordi Hereu fueron alcaldes de Barcelona y, a partir de 2004, el PSC tuvo varios ministros en los gobiernos del PSOE presididos por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
En aquella etapa, los socialistas dirig¨ªan una coalici¨®n parlamentaria y de gobierno formada por las tres fuerzas de la izquierda catalana, el propio PSC m¨¢s ERC e Iniciativa-Verds. Ahora Salvador Illa dirige un gobierno monocolor, que est¨¢ en minor¨ªa en el Parlament pero apoyado desde fuera por las otras dos fuerzas de izquierdas. En la misma situaci¨®n est¨¢ el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. El PSC acumula as¨ª una enorme parte del poder institucional catal¨¢n, pero en condiciones de debilidad que no permiten aventuras.
Los socialistas parecen haber tomado buena nota de lo sucedido en Catalu?a en lo que va de siglo. La gran oferta pol¨ªtica en 2003 del convencido federalista Pasqual Maragall fue la renovaci¨®n y ampliaci¨®n del autogobierno mediante un nuevo Estatuto de Autonom¨ªa. El empe?o termin¨® frustr¨¢ndose en 2010 a manos del Tribunal Constitucional, al cabo de una agotadora pugna contra el conservadurismo encarnado por el PP. Fue una derrota del conjunto de la izquierda catalana y espa?ola.
Los federalistas quedaron entonces fuera de combate y a partir de 2010 el escenario pol¨ªtico catal¨¢n qued¨® en manos de los nacionalistas. A su vez, estos pronto fueron hegemonizados por su fracci¨®n independentista y se lanzaron a un pulso con los gobiernos de Espa?a, en manos del PP. Lo perdieron, sus dirigentes fueron a parar a la c¨¢rcel y el exilio y en las elecciones de mayo de este a?o quedaron en minor¨ªa en el Parlament.
El nuevo presidente catal¨¢n encarna el retorno de los federalistas tras 15 a?os de ostracismo. La oferta de Salvador Illa se caracteriza por ser modesta. Huye de las grandes formulaciones, de la ret¨®rica sobre la salvaci¨®n de la patria y ofrece mano tendida a derecha e izquierda. Se presenta como un humilde pol¨ªtico obsesionado por el buen funcionamiento de la Administraci¨®n y la polic¨ªa, por la mejora de los servicios p¨²blicos y el apoyo a los empresarios. Por reducir las listas de espera de la sanidad, mejorar las comunicaciones y la ense?anza p¨²blica y recuperar los atrasos de todo tipo registrados durante la d¨¦cada de turbulencias pol¨ªticas. En esta etapa, el federalismo ofrece esto. Y ese federalismo pasa ahora por dise?ar un nuevo modelo de financiaci¨®n, que inevitablemente ha de ser para Catalu?a y para las dem¨¢s comunidades. Por eso la batalla va a ser tan dura.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.