Cuesti¨®n de cuidados
Es urgente que se construyan m¨¢s y mejores residencias p¨²blicas, se promuevan modelos comunitarios de convivencia y se integren a las trabajadoras del hogar en los servicios sociales
Mar¨ªa toma asiento en el bus mientras le comparte a su amiga Lili que su trabajo est¨¢ muy mal pago. Antes cuidaba de un se?or, pero trabajaba m¨¢s de 12 horas al d¨ªa y no ten¨ªa vida, ni si quiera para cuidar de su ni?o.
El trabajo de hogar y cuidados supon¨ªa en 2022, el 0,7% del PIB catal¨¢n, seg¨²n el Observatori del Treball i Model Productiu. De las 80.000 personas trabajadoras, unas 56.000 est¨¢n afiliadas al sistema especial para empleadas de hogar, sistema que a d¨ªa de hoy no les permite tener los mismos derechos que el resto de personas trabajadoras. M¨¢s del 90% son mujeres y un 51% son extranjeras, cifra que demuestra la sobre representaci¨®n de las mujeres migrantes en este sector al compararlo con el 16% de afiliaci¨®n en el total de sectores.
En otro rinc¨®n de la ciudad, Cristina, se desahoga con su amiga porque su padre ha tenido un ictus y ya no podr¨¢ volver a vivir solo. Lleva d¨ªas buscando una residencia, pero no encuentra ninguna que puedan pagar y para una plaza p¨²blica hay dos a?os de espera como m¨ªnimo.
En el segundo a?o del plan de choque para la mejora del sistema de dependencia, el Gobierno catal¨¢n recort¨® 57,3 millones de euros su aportaci¨®n. No obstante, consigui¨® aumentar en un 7,4% el n¨²mero de personas beneficiarias con prestaciones y redujo en un 21% la lista de espera, seg¨²n el Observatorio de la dependencia. Pero no fue suficiente, ya que tambi¨¦n fue la comunidad aut¨®noma con mayor n¨²mero de fallecidos pendientes de resoluci¨®n de grado o de prestaci¨®n, es decir, aquellos a los que esa ¡°ayuda¡± que les iba a mejorar el d¨ªa a d¨ªa no les lleg¨® a tiempo.
Mar¨ªa y Cristina son solo dos caras de la ag¨®nica e injusta realidad a la que se enfrentan miles de personas en Catalu?a. Las familias, y sobre todo las mujeres, hacen malabares con el tiempo y el dinero para resolver las necesidades de cuidados que van surgiendo, y las cuidadoras profesionales se desgastan intentando salir de la espiral de la precariedad a la que se ven sometidas.
La hist¨®rica feminizaci¨®n e infravaloraci¨®n de los cuidados y la inoculada creencia de que cuidar es una cuesti¨®n personal y no p¨²blica, son una peligrosa combinaci¨®n de la que se beneficia una administraci¨®n p¨²blica que act¨²a como recurso complementario, cuando deber¨ªa ser el principal garante de un sistema p¨²blico integral de cuidados que elimine las actuales desigualdades de g¨¦nero, ¨¦tnicas y de clase que merman las posibilidades de una vida mejora para una gran parte de la poblaci¨®n.
Catalu?a necesita un plan de financiaci¨®n que aumente la inversi¨®n en el Sistema para la Autonom¨ªa y Atenci¨®n a la Dependencia y disminuya los tiempos de espera. Es urgente que se construyan m¨¢s y mejores residencias p¨²blicas y se promuevan modelos comunitarios de convivencia, se integren a las trabajadoras del hogar en los servicios sociales, se adapte la formaci¨®n sectorial a la disponibilidad de las trabajadoras y mejore la coordinaci¨®n entre las diferentes departamentos de la Generalitat ya implicados.
Sandra Mart¨ªn Tremoleda es especialista en pol¨ªticas de cuidados en Oxfam Interm¨®n
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