Castellucci debuta en el Liceu con su hipn¨®tico ¡®R¨¦quiem¡¯ de Mozart
El Gran Teatre acoge esta semana una rompedora escenificaci¨®n de la c¨¦lebre obra del compositor austriaco llena de simbolismos
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Un ni?o jugando a f¨²tbol con un cr¨¢neo, una ni?a a la que le arrojan pintura de colores por encima, el coro danzando un baile folkl¨®rico inventado y, en la pantalla, una interminable lista de los animales, flores, ciudades, idiomas y obras de arte que han desaparecido a lo largo de la historia de la humanidad. El director de escena Romeo Castellucci debuta hoy en el Liceu con su fascinante mirada sobre el R¨¦quiem de Mozart, que escenifica junto a otras obras sacras del compositor austriaco. La grandiosa partitura sirve casi de pretexto al director italiano para realizar una profunda reflexi¨®n, llena de simbolismos, sobre el ciclo de la vida. Giovanni Antonioni dirigir¨¢ la orquesta en esta funci¨®n que estar¨¢ en cartel hasta el d¨ªa 26.REste lunes, ya la dirigi¨® en La Sagrada Familia para una sesi¨®n para 2.000 j¨®venes menores de 35 a?os.
Tras pasar por Viena, en Aix-en-Provence y en Australia, el ¡°R¨¦quiem de Barcelona¡±, como as¨ª lo defini¨® la directora asociada Silvia Acosta, por su voluntad de anclarse en las ciudades que visita, llega al Liceu. El teatro de La Rambla ya present¨® hace cuatro a?os el War Requiem de Britten y, el a?o pasado, un rompedor Mes¨ªas de Haendel versionado por Mozart de la mano de Robert Wilson. El objetivo es seguir en esta l¨ªnea innovadora. V¨ªctor Garc¨ªa de Gomar, director general artistico del Liceu, ha se?alado que en esta versi¨®n del R¨¦quiem se activa toda una maquinaria teatral en favor de la ¡°belleza y la reflexi¨®n¡±. ¡°Castellucci es capaz de renovar el g¨¦nero sacro en toda su totalidad. La muerte se convierte en consoladora. Nos acordaremos de este montaje. Como pasa con una buena peli, la llevaremos horas en la cabeza¡±, ha afirmado.
Mozart compuso el R¨¦quiem por encargo de un conde para honrar a su difunta esposa. Castelluchi, fil¨®sofo y arquitecto, ha dibujado su versi¨®n con el comentario que hizo el compositor de que la muerte es el objetivo de nuestra existencia y el mejor amigo de la humanidad. ¡°El R¨¦quiem es un funeral, pero quisimos presentarlo no en clave negativo sino de belleza. ?Por qu¨¦ una flor es bella? Porque sabemos que ma?ana no estar¨¢. Sabemos que las cosas se acaban. El R¨¦quiem es una gran fiesta y se baila y se celebra porque se acaba¡±, ha afirmado Acosta. ¡°El fin forma parte del ciclo de la vida. Es una par¨¢bola¡±, ha a?adido.
Una veintena de miembros del coro, que han ensayado desde julio, bailan en este R¨¦quiem unas danzas formando corros de inspiraci¨®n folkl¨®rica. ¡°Para el coro es casi llevar al extremo su doble funci¨®n, la de cantante y actor¡±, ha dicho su director Pablo Assante, que ha subrayado que han requerido un entrenamiento especial y un estado f¨ªsico que no exigen otras producciones y las ¨®peras. Antonini ha afirmado que solo eso ya es un reto en s¨ª y ha a?addio que la originalidad de la obra se basa, tambi¨¦n, en que ademas del R¨¦quiem hay otras piezas de Mozart como La marcha f¨²nebre y otras piezas donde se combinan distintos estilos. ¡°Esas mezclas me fascinan¡±, ha afirmado.
El tel¨®n se abre y aparece en el escenario una anciana en su dormitorio con una televisi¨®n que ofrece noticias de TV3 como un gui?o de a Barcelona. El hilo conductor son sus distintas edades hasta que es un beb¨¦. Mientras se suceden distintas escenas, una pantalla gigante ejerce una atracci¨®n hipn¨®tica en la que aparece una interminable relaci¨®n de animales extinguidos, como los dinosaurios o el Trigre de Java. Flora, lagos, los hombres primitivos ¡ªhay una escena evocadora con sombras en que se recrea el fuego¡ª, de pueblos desaparecidos como los etruscos o los nabateos, de idiomas y religiones ca¨ªdas o edificios como el Faro de Alejandr¨ªa y, en otro gui?o a la ciudad, el Palacio del Virrey en Barcelona.
La secuencia impacta a medida que avanza con obras de arte perdidas como La conspiraci¨®n de los Pazzi, de Botticelli o la escultura el Cupido durmiente de Miguel ?ngel. Te remueve y te clava en la butaca cuando alude a la extinci¨®n de La Sagrada Familia, de la Catedral, de la playa de la Barceloneta, de La Rambla, del Liceu o del propio ¡°m¨ª¡±; de las l¨¢grimas y de la sorpresa y de la m¨²sica aunque no cesa. Acosta ha recordado que es clave la interpretaci¨®n que le da cada espectador para dar sentido a la funci¨®n. ¡°Vi esta producci¨®n en Viena hace tres a?os. Es un espect¨¢culo que no te deja indiferente¡±, ha afirmado Antonioni, que ha a?adido: ¡°Te queda en la mente durante d¨ªas. Te haces preguntas. Tiene un simbolismo extremo. El espect¨¢culo permanece en ti¡±.
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