M¨®nica y la dignidad
Escuch¨¦ decir a Oltra que algunos se cre¨ªan que las instituciones eran su cortijo, y que, a quien viene del Pueblo, nadie le hace bajar la cara
Nac¨ª y me cri¨¦ con gobiernos del Partido Popular en mi pueblo y la Generalitat, los ¨²nicos que vivenci¨¦ desde que iba en pa?ales hasta que pr¨¢cticamente cumpl¨ª los dieciocho. En aquella ¨¦poca de mayor¨ªas absolutas, recuerdo que el exalcalde de mi pueblo usaba la palabra ¡°ae¨®¡± en los Plenos para cambiar de tema. Como dec¨ªa mi t¨ªa, eran ¡°los que ten¨ªan que ganar¡±, y no parec¨ªa que hubiese alternativa posible. Yo, que soy hijo ¨²nico y vengo de una familia en la que siempre se ha hablado de pol¨ªtica con naturalidad, desde peque?ito normalic¨¦ las conversaciones ¡°de mayores¡±. Sin saber apenas leer, reconoc¨ªa los nombres de todas las marcas que aparec¨ªan anunciadas en la entrada de Val¨¨ncia y mi maestra de Infantil se qued¨® flipando cuando pronunci¨¦ la palabra ¡°aerotransbordador¡± con cuatro a?os.
Recuerdo, en aquellos eternos 2000, los domingos en la casa de mi abuelita. D¨ªas en los que, despu¨¦s de que me dejaran ver los dibujos, pon¨ªamos el informativo (?y el tiempo!) de Canal 9 mientras com¨ªamos cocido. A m¨ª no me gustaba demasiado, la verdad. Mi abuela me ense?¨® a echarle un poco de queso de untar al caldo, y as¨ª fue como empec¨¦ a disfrutar del cocido de los domingos. Un d¨ªa, mi familia decidi¨® cambiar de canal, y empezamos a ver los informativos de Televisi¨®n Espa?ola. Tras preguntarle por qu¨¦ el hombre del tiempo ya no hablaba en valenciano, mi madre me dijo que estaba muy enfadada, porque en la tele de todos los valencianos hab¨ªa una parte de la sociedad que no aparec¨ªa nunca. ¡°Nos han robado la tele¡±, me dijo.
En aquellos a?os, vi por primera vez a M¨®nica Oltra a trav¨¦s de una pantalla. Despu¨¦s vino la Primavera Valenciana, y la escuch¨¦ decir que algunos se cre¨ªan que las instituciones eran su cortijo, y que, a quien viene del Pueblo, nadie le hace bajar la cara. Entonces, fui consciente de que una parte de los valencianos hab¨ªamos vivido con la cara agachada. Despu¨¦s de aquello, vendr¨ªan el cierre de Canal 9, las duras consecuencias de la crisis, el 15M¡ Y mi primer blog, que mont¨¦ en mis ratos libres en tercero de la ESO. Lo llam¨¦ ¡°La justicia es muy injusta¡±, y as¨ª fue como empec¨¦ a jugar a ser periodista. A?os m¨¢s tarde, recuerdo que aquella M¨®nica que sal¨ªa en la tele con sus camisetas reivindicativas se hab¨ªa convertido en la vicepresidenta de la Generalitat. El Presupuesto en Servicios Sociales hab¨ªa aumentado un 200% y al piso de mi pobre abuela Maruja, que muri¨® sin cobrar la dependencia, hab¨ªa llegado una carta firmada por M¨®nica Oltra para pedirnos disculpas y reparar el da?o.
El Jordi de 15 a?os, que no ten¨ªa comentarios en su blog y pill¨® a su padre redact¨¢ndole uno con un nombre falso, ni siquiera pod¨ªa imaginar que, en el 2017, le recibir¨ªa la vicepresidenta de la Generalitat en su despacho para hacerle una entrevista. Recuerdo que le pregunt¨¦ si les hab¨ªa faltado ¡°vender¡± mejor sus pol¨ªticas, y me dijo que mejor hacer que vender. Yo me qued¨¦ pensando, impactado por aquella respuesta, y llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que, en este mundo de pantallas y burbujas digitales, tan importante es lo uno como lo otro. Y esto me llev¨®, parad¨®jicamente, a adentrarme en la comunicaci¨®n pol¨ªtica. En 2022, el mundo se volvi¨® un lugar un poco m¨¢s feo, y M¨®nica Oltra tuvo, injustamente, que dimitir. Meses m¨¢s tarde, el caso ha sido archivado y su silencio demostr¨® la altura de su dignidad. Y es que, como dec¨ªa Marco Aurelio, ¡°la mejor venganza es ser diferente a quien te caus¨® el da?o¡±. Gr¨¤cies per la dignitat, no oblidarem.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.