Extutelados en la universidad: ¡°Pens¨¦ que era imposible poder estudiar Medicina¡±
Las universidades p¨²blicas valencianas reservan, por primera vez, plazas para quienes salen del sistema de protecci¨®n y no pueden acceder a una carrera por la nota de corte
M¨®nica (nombre ficticio) accede a contar su historia pero no quiere que se le identifique ni con el nombre ni con una imagen. Tiene 22 a?os y es una de las dos j¨®venes que, despu¨¦s de pasar por el sistema de protecci¨®n p¨²blico valenciano, ha accedido a una carrera universitaria a trav¨¦s de la reserva de plazas para extutelados que no pueden matricularse por el turno general al no alcanzar la nota de corte. M¨®nica no quiere que se le identifique porque ya sabe cu¨¢l es la reacci¨®n: ¡°O qu¨¦ pobrecita o qu¨¦ morro. Y no es ninguna de las dos cosas¡±, afirma.
M¨®nica es seria, mira directamente a los ojos y no utiliza un tono lastimero. ¡°Se puede ver como injusto¡±, dice, pero considera que es una forma de trabajar en la verdadera integraci¨®n. Adem¨¢s, tal y como destaca, a partir de ahora, tendr¨¢ la misma consideraci¨®n que cualquier otro estudiante y tendr¨¢ que aplicarse como los dem¨¢s para poder aprobar cada asignatura.
Al igual que ocurre con los deportistas de ¨¦lite y las personas con discapacidad, las universidades p¨²blicas valencianas tienen, desde el pr¨®ximo curso, una plaza en cada grado reservada para los chavales que salen de la tutela p¨²blica y no han logrado acceder por la nota de corte. ¡°Es una plaza extra, no se le quita a ning¨²n estudiante¡±, explica el director de la c¨¢tedra para la Infancia y la Adolescencia, Vicente Cabedo, quien pelea para tratar de hacer crecer las tasas de j¨®venes extutelados que siguen estudiando.
En la Comunidad Valenciana, a finales de 2022 hab¨ªa cerca de 4.000 menores tutelados, seg¨²n datos de la consejer¨ªa de Igualdad y Pol¨ªticas inclusivas. De ellos, m¨¢s de 1.600 ten¨ªan entre 15 y 18. El curso pasado el n¨²mero de extutelados matriculados en universidades p¨²blicas apenas alcanzaba la decena. ¡°Llegan muy pocos¡±, atestigua Cabedo.
La reserva de plazas es una forma de equilibrar las oportunidades de los j¨®venes que dejan el sistema de protecci¨®n a los 18 a?os con el resto de estudiantes. Solo Catalu?a, adem¨¢s de la Comunidad Valenciana, tiene esta reserva de plazas, aunque las universidades vascas se destacan tambi¨¦n por los programas de ayuda, asesoramiento y acompa?amiento que tienen para estos chavales, algunos de ellos implantados tambi¨¦n en Valencia donde, adem¨¢s, cuentan con la exenci¨®n de tasas.
¡°No quiero dar pena¡±
¡°No quiero que me tengan pena. Yo s¨¦ lo que he pasado y es muy raro que el trato no cambie cuando les cuento mi vida¡±, insiste M¨®nica. ¡°Hay quien ni sabe ni distinguir entre un centro de acogida y un centro de menores¡±, a?ade.
M¨®nica entr¨® a los 14 a?os en un centro de acogida del que no guarda buen recuerdo. ¡°Era un ambiente en el que no me sent¨ªa bien¡±, relata. Repiti¨® un curso, le costaba encontrar un lugar para ponerse a estudiar: ¡°Era imposible¡±, asegura. En el segundo centro la cosa cambi¨®. Conviv¨ªa con otros 11 tutelados de entre 8 y 18 a?os y los educadores le apoyaban m¨¢s en su idea de seguir con los estudios. ¡°Pero nunca era una prioridad¡±, recuerda. Como otros j¨®venes tutelados que no viven con una familia de acogida, la mayor¨ªa de edad supone, de un d¨ªa para otro, abandonar el sistema de protecci¨®n, tener que valerse por s¨ª mismos, por lo que la b¨²squeda de un empleo ocupa un lugar preferente. Pensando en eso, M¨®nica se matricul¨® en el grado medio de auxiliar de enfermer¨ªa, que sac¨® sin problemas.
Tambi¨¦n solicit¨® acceder a un piso de emancipaci¨®n y recibi¨® la formaci¨®n intensiva de adultez. En el centro ya le hab¨ªa ense?ado a administrarse y a ahorrar. Aprendi¨® de contratos de trabajo y tipos de alquiler, a cocinar, a limpiar, a hacer la compra y a abrir una cuenta en el banco con las mejores condiciones. ¡°Es muy raro salir de una casa de acogida y seguir estudiando¡±, admite, cuando lo siguiente es pasar a vivir en un piso que has de pagar. Pero ella quiso hacerlo y se matricul¨® en un grado superior de t¨¦cnico de radiodiagn¨®stico. Ah¨ª fue el momento en el que el gusanillo de la Medicina empez¨® a dar vueltas en su cabeza, cada vez que estudiaba patolog¨ªas o anatom¨ªa. Altern¨® los estudios con el trabajo como auxiliar, que no le falt¨® en ning¨²n momento. Se independiz¨® y en el segundo a?o del grado superior de FP dej¨® el trabajo para centrarse en sacar las mejores notas. ¡°Consegu¨ª una ayuda y tir¨¦ de ahorros¡±, recuerda.
Los meses de mayo y junio de este a?o fueron una monta?a rusa en su vida. No puedo hacer la EBAU porque coincidi¨® en fechas con el trabajo final del grado superior. ¡°Siempre pens¨¦ que la FP me servir¨ªa de puente a la universidad¡±, indica. Antes, ya se hab¨ªa presentado al examen de acceso a Enfermer¨ªa en una universidad privada, en la que fue admitida.
La frustraci¨®n
Pero ella quer¨ªa estudiar Medicina: ¡°Era mi sue?o¡±. Se present¨® al examen de Medicina del mismo centro y aprob¨® tambi¨¦n pero tuvo que renunciar cuando se dio cuenta de que no contaba con el dinero que necesitaba para matricularse y cursar el grado en el centro privado. ¡°No me daba tiempo que tramitar ninguna beca que me garantizara que pod¨ªa hacer frente a esos gastos y no quer¨ªa empezar sin saber que pod¨ªa pagar¡±, recuerda. Fueron momento de frustraci¨®n. Cabecea cuando recuerda aquellos d¨ªas. ¡°Pensaba que no pod¨ªa seguir estudiando nada¡±, rememora con muecas de dolor. Y lleg¨® la que llama su ¡°t¨¦cnico¡±, la profesional que durante el tiempo de acogida la ha guiado y ayudado en tr¨¢mites, asesoramiento y gestiones y ¡°no s¨¦ c¨®mo, se enter¨® de que exist¨ªa esa reserva de plaza¡±, recuerdo. M¨®nica pens¨® que no pod¨ªa ser cierto, que era imposible que existiera algo as¨ª pero hizo la preinscripci¨®n y fue admitida. Su semblante cambia completamente cuando revive ese momento: ¡°No me lo cre¨ªa¡±.
¡°La vida que pasas ah¨ª no tiene comparaci¨®n con nada¡±, se?ala respecto a su estancia en los centros de menores. Sin embargo, solo tiene buenas palabras para la mayor¨ªa de educadores, y la psic¨®loga - ¡°siempre han estado ah¨ª¡±, dice- que le acompa?aron en esos a?os. No le importa admitir que ahora est¨¢ ¡°sola¡±, no cree que sea una condici¨®n negativa: ¡°Estoy acostumbrada y no me importa, estoy m¨¢s tranquila¡±, cuenta.
Trabajar¨¢ durante todo el verano para ahorrar y poder dedicarse a la carrera plenamente a partir de septiembre. ¡°Soy constante. Creo que puedo hacerlo. Es un reto pero voy a poner todo mi esfuerzo en ello¡±, asegura firme.
La segunda estudiante que ha accedido a la reserva de plaza para extutelados reci¨¦n aprobada es otra chica, que estudiar¨¢ Educaci¨®n Social. Vicente Cabedo preside tambi¨¦n la Red de Universidades por la Infancia y la Adolescencia y apuesta por que la reserva de plazas se implante en todas las universidades p¨²blicas.
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