Pedro S¨¢nchez y Yolanda D¨ªaz hunden a la izquierda
Toca realismo, y no relatos impostados que quedan bien en boca de voceros, pero no se creen ni los propios votantes progresistas, y acabar¨¢n teniendo consecuencia en las urnas
El siniestro total de la izquierda en Andaluc¨ªa corre un riesgo brutal de replicarse por toda Espa?a si la ausente autocr¨ªtica de Pedro S¨¢nchez y Yolanda D¨ªaz sigue brillando de forma imp¨²dica. Basta observar los an¨¢lisis autocomplacientes durante la noche electoral, desde los cuarteles generales de Madrid, para comprobar qu¨¦ poco entiende la coalici¨®n de Gobierno de su declive, y la pujanza descomunal del Partido Popular. Es una tendencia que podr¨ªa repetirse en elecciones auton¨®micas y generales, a menos de un a?o vista en 2023.
Primero, porque no existe hoy ning¨²n proyecto de izquierda alternativa capaz de sustentar al PSOE para mantenerse en La Moncloa. Andaluc¨ªa es la segunda plaza auton¨®mica donde Yolanda D¨ªaz se volcaba, antes fue Galicia, y no se aprecia tampoco el presunto ¡°efecto D¨ªaz¡±. El Bloque Nacionalista Gallego barri¨® en 2020 a la amalgama de Podemos del Parlamento regional, y ahora, otras patas del proyecto de la vicepresidenta tambi¨¦n flojean. En la Comunitat Valenciana, Comprom¨ªs tiene a M¨®nica Oltra imputada, y a¨²n sin dimitir, mientras Ada Colau no es ya ninguna novedad electoral en Catalu?a.
Asimismo, la marca Podemos est¨¢ hundida, y la salida de Pablo Iglesias de la pol¨ªtica hace un a?o fue la consecuencia, no la causa de ese hundimiento. No existe hoy un Podemos fuerte m¨¢s all¨¢ de los sillones ministeriales. Tampoco impera l¨®gica alguna en territorios clave como Andaluc¨ªa, donde el partido morado ni lleg¨® a tiempo de registrarse para los comicios. La divisi¨®n frente a Teresa Rodr¨ªguez resulta incomprensible, algo solo explicado por las cuitas partidistas.
En consecuencia, el ¡°proceso de escucha¡± que D¨ªaz proclama a los cuatro vientos debe abandonar el ego, el personalismo, o la necesidad de vender presuntos liderazgos distintos. Para escuchar, que escuche a las urnas andaluzas. La pol¨ªtica espa?ola se fundamenta sobre la base de partidos fuertes. Por eso, el PP ha empezado a arrinconar a Vox con unos barones que beben del descalabro de Ciudadanos, e incluso, podr¨ªan estar recibiendo ya trasvase de votos desde perfiles de la izquierda moderada.
En segundo lugar, el propio PSOE empieza a acusar un desgaste de la figura de Pedro S¨¢nchez. Varios de sus barones son a¨²n nuevos, sin proyecto propio, como en el caso de Juan Espadas, y encima, noqueados por el presidencialismo del l¨ªder de Ferraz. Es el resultado de que S¨¢nchez laminara el comit¨¦ federal en 2018, restando visibilidad y poder a los l¨ªderes territoriales que le hab¨ªan echado en 2016. Eso explica tambi¨¦n por qu¨¦ los socialistas tampoco pueden afrontar ninguna reflexi¨®n honesta, que no parta de la voluntad graciosa del propio S¨¢nchez.
Tercero, al progresismo se le ha acabado aquello de ¡°que viene la ultraderecha¡±. Ni el mantra moviliza, ni es m¨¦rito suyo haber frenado a Vox en las urnas. Siendo el ¨²nico ¨¦xito que podr¨ªa celebrarse desde la izquierda, la democracia solo puede agradecerle a Juan Manuel Moreno, como antes a Isabel D¨ªaz Ayuso, que la ultraderecha no toque otro Ejecutivo auton¨®mico El primero, gracias al rechazo del discurso reaccionario; la segunda, pese a imitar sus alarmantes postulados. E incluso, se debe al bluf de la campa?a de Macarena Olona, junto a la defunci¨®n de Ciudadanos, a manos de un PP que es hoy un reino de taifas especializado en discursos regionales, andalucistas, madrile?istas, galleguistas¡ que podr¨ªan llevar a Alberto N¨²?ez Feij¨®o en volandas hasta La Moncloa.
Quiz¨¢s la magnitud de la tragedia quede m¨¢s clara dando un dato a S¨¢nchez y D¨ªaz: Dos Hermanas, Sevilla; Vallecas, Madrid. Los populares quedaron primeros en zonas humildes, antes bastiones por antonomasia de la izquierda. Toca realismo, y no relatos impostados que quedan bien en boca de voceros, pero no se creen ni los propios votantes progresistas, y acabar¨¢n teniendo consecuencia en las urnas.
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