S¨¢nchez exprime su ¨²ltima oportunidad con el debate a tres

Fue un debate completamente distinto del anterior, y tambi¨¦n hubo un Pedro S¨¢nchez muy diferente al del d¨ªa 10. El candidato socialista a la presidencia del Gobierno el 23-J cambi¨® no solo el tono, algo que se vio desde el primer momento, con un punto mucho m¨¢s sosegado frente a los mensajes m¨¢s duros de Santiago Abascal, esperando su turno para golpear con dureza al adversario, y tratando en todo momento de mostrar autoridad.

La Moncloa sab¨ªa que esta era una segunda oportunidad para enterrar las malas sensaciones que dej¨® el primer encuentro. Y sobre todo, era la ¨²ltima ocasi¨®n antes de votar. S¨¢nchez exprimi¨® al m¨¢ximo los minutos de pantalla para intentar recuperar su imagen y, sobre todo, buscar votos no solo progresistas sino incluso de centro: en alg¨²n momento apel¨® a los votantes del PP que pueden estar descontentos con los acuerdos con Vox y que al ver el debate puedan escandalizarse con la idea de que Santiago Abascal sea el pr¨®ximo vicepresidente.

El formato ayud¨® mucho a S¨¢nchez, como pas¨® en el debate a 7 la semana pasada ¡ªtambi¨¦n en RTVE y conducido por Xabier Fortes¡ª porque las interrupciones eran la excepci¨®n y permit¨ªa discursos m¨¢s tranquilos, exposiciones m¨¢s largas, en las que S¨¢nchez est¨¢ m¨¢s c¨®modo.

Abascal no apost¨® desde el principio por arrollar a sus rivales, al contrario de lo que hizo Alberto N¨²?ez Feij¨®o en el cara a cara con S¨¢nchez, y eso permiti¨® al presidente defender con calma su gesti¨®n y sobre todo tratar de colocar a los espa?oles ante la verdadera disyuntiva de las elecciones, tal como la ve ¨¦l: apostar por una coalici¨®n PP-Vox o por la continuidad del pacto PSOE-Sumar, esta vez con m¨¢s facilidades para entenderse porque ya la lidera sin duda Yolanda D¨ªaz.

S¨¢nchez decidi¨® conscientemente evitar hasta la m¨ªnima confrontaci¨®n con D¨ªaz. Se notaba hasta en la forma de referirse a ella: quer¨ªa ofrecer la imagen de una coalici¨®n bien avenida. Incluso en las pocas ocasiones en las que D¨ªaz apuntaba a alguna diferencia program¨¢tica, S¨¢nchez la dejaba pasar, evitando cualquier sensaci¨®n de l¨ªo interno, una de las cuestiones que m¨¢s da?o ha hecho al Gobierno.

El rival real de S¨¢nchez es Feij¨®o, y no Abascal, y por eso el presidente fue el que m¨¢s veces intent¨® recordar a los telespectadores que el l¨ªder del PP no hab¨ªa querido estar. ¡°?Por qu¨¦ falta el se?or Feij¨®o?¡±, se pregunt¨® S¨¢nchez. ¡°Porque no puede hacerse cargo de la monta?a de mentiras que dijo en el anterior debate. Y adem¨¢s porque a Feij¨®o le da verg¨¹enza aparecer en televisi¨®n con Abascal. No le dan verg¨¹enza sus votos, que los usa, pero s¨ª aparecer en televisi¨®n¡±, remat¨®.

Esa es una de las ideas centrales de la campa?a del PSOE: poner al PP y a Vox juntos en todo momento como la alternativa real. Y por eso en La Moncloa estaban muy satisfechos, porque creen que se vio la imagen de una coalici¨®n bien avenida frente al l¨ªo que supondr¨ªa en su visi¨®n un Gobierno PP-Vox, como se comprob¨® en algunos ataques de Abascal a Feij¨®o, que tambi¨¦n le est¨¢ golpeando en su campa?a.

Pero por encima de todo, el l¨ªder del PSOE quer¨ªa colocar un mensaje claro, y esta vez s¨ª lo logr¨®, al contrario que la semana pasada: que los espa?oles deben decidir el domingo si el lunes ¡°Espa?a despierta en 2023 o en 1973¡å, con un claro retroceso. Esta segunda oportunidad hubiera sido sin duda mucho m¨¢s eficaz con Feij¨®o en el debate, pero en La Moncloa creen que el l¨ªder del PP ver¨¢ pronto que fue un error no acudir a un encuentro que conf¨ªan en que sirva para movilizar un alica¨ªdo voto progresista.