La Marat¨®n de Nueva York frustra el sue?o deportivo de dos ni?os de A Coru?a con par¨¢lisis cerebral
Mario e In¨¦s lograron los dorsales y el dinero para participar gracias a una campa?a solidaria, pero la carrera se lo proh¨ªbe por ser menores pese a que ir¨ªan en carros deportivos empujados por sus padres
Un d¨ªa de 2015 el coru?¨¦s Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez quer¨ªa salir a correr. Es padre de Mario, un ni?o con par¨¢lisis cerebral que entonces solo ten¨ªa dos a?os. No ten¨ªa con qui¨¦n dejar al peque?o as¨ª que decidi¨® llev¨¢rselo y patear el asfalto empujando su silla. Era la primera vez, no sab¨ªa c¨®mo reaccionar¨ªa el cr¨ªo¡ La explosi¨®n de felicidad lleg¨® en cuanto cogi¨® velocidad: ¡°?Mario abri¨® los brazos y empez¨® a gritar y a re¨ªrse!¡±. Es la misma luz que ilumina el rostro de In¨¦s, tambi¨¦n con diversidad funcional, cuando sale con sus padres y hermanos a correr por el monte en su carro deportivo. Una campa?a solidaria en A Coru?a logr¨® este a?o cumplir el sue?o de estos dos chicos y sus familias: correr la Marat¨®n de Nueva York. Ya ten¨ªan hasta sus dorsales cuando hace solo un mes la organizaci¨®n les lanz¨® un jarro de agua fr¨ªa: finalmente no podr¨¢n participar porque, con 9 y 15 a?os respectivamente, ambos son menores de edad.
La norma que impera en la legendaria carrera que el pr¨®ximo 6 de noviembre congregar¨¢ por las calles de la Gran Manzana a m¨¢s de 50.000 corredores se explica por razones de salud. Pretende evitar que un menor se someta al tremendo esfuerzo f¨ªsico que requiere completar los 42 kil¨®metros y 195 metros de la prueba. Sin embargo, ese no es el caso de los ni?os coru?eses. Mario e In¨¦s iban a ir en carritos especiales y quienes asumir¨ªan el desgaste ser¨ªan los adultos que empujar¨ªan esos veh¨ªculos, en concreto sus padres y los voluntarios que les acompa?ar¨ªan para turnarse con ellos. Las familias afectadas ven ¡°l¨®gico¡± este precepto, pero argumentan que los organizadores neoyorquinos se lo est¨¢n aplicando a quien no deben. ¡°Es un sinsentido¡±, se queja Roc¨ªo Alfonso, madre de In¨¦s. ¡°Aqu¨ª los ni?os no corren ni 42 kil¨®metros ni 5. [En Espa?a] otras carreras han ido adaptando su normativa y ahora participamos presentando un certificado de discapacidad¡±, explica.
El no de la Marat¨®n de Nueva York llega despu¨¦s de una colecta de fondos y meses de tr¨¢mites en los que ha colaborado hasta el Consulado de Espa?a en la ciudad estadounidense. Mario e In¨¦s han llegado a tener un dorsal asignado, para lo que enviaron sus datos personales a la organizaci¨®n sin que les advirtieran de que su edad era un problema. Llegar hasta ese punto ya fue una carrera de obst¨¢culos, una historia de superaci¨®n y solidaridad que comenz¨® justo antes de que estallara la pandemia.
En febrero de 2020, las familias de Mario e In¨¦s se pusieron en contacto con el proyecto Enki, una iniciativa de la Fundaci¨®n Abrente para promover la inclusi¨®n en el deporte. Se quejaban de que en la media marat¨®n que se iba a celebrar en A Coru?a no permit¨ªan a estos ni?os disfrutar de la experiencia montados en carros que empujan sus padres. Las gestiones con la organizaci¨®n derribaron para siempre esa barrera y ah¨ª naci¨® un movimiento, Marines Enki, que promueve la participaci¨®n de personas discapacitadas en carreras populares, una celebraci¨®n deportiva que hace felices especialmente a ni?os como Mario e In¨¦s. ¡°Mi hija tiene un retraso muy severo y no puede hacer nada sola. Hemos encontrado una actividad que la hace feliz y que adem¨¢s puede hacer con nosotros. Es un lujo¡±, explica la madre de la ni?a. ¡°Ella, que no tiene amigos, siente en las carreras que forma parte de un equipo, rompe su aislamiento¡±.
Con la venta de camisetas de Marines Enki recaudaron fondos para que m¨¢s familias pudiesen comprar estos costosos veh¨ªculos especiales (el m¨¢s b¨¢sico para asfalto cuesta unos 1.000 euros) y lanzarse a volar por las calles de la ciudad. Ante el ¨¦xito de la movilizaci¨®n, surgi¨® una idea: montar en A Coru?a una gran carrera espec¨ªfica para personas con diversidad funcional llegadas de toda Espa?a, en la que el resto de participantes fuesen empujando sus carros. Bautizada como Runki, se celebr¨® el pasado junio en colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n Adcai. Se anunci¨® que el dinero de las inscripciones se destinar¨ªa a financiar la participaci¨®n de cuatro corredores en la Marat¨®n de Nueva York. Los elegidos fueron Mario e In¨¦s junto a dos mayores de edad: ?ngel L¨®pez, discapacitado y curtido triatleta que preside el proyecto Enki, y Pedro V¨¢zquez, el muchacho con par¨¢lisis cerebral que inspir¨® hace casi una d¨¦cada el nacimiento de esta iniciativa en favor del deporte inclusivo.
Pensaron que el principal obst¨¢culo para cumplir este sue?o deportivo ser¨ªa econ¨®mico, pero no fue as¨ª. Cuando algunos patrocinadores se ofrecieron para sumar m¨¢s fondos a los 31.000 euros reunidos en la carrera Runki, se plante¨® el problema de c¨®mo conseguir tres dorsales dobles, necesarios para las tres parejas de corredores que forman Mario, In¨¦s y Pedro con sus padres. ¡°Es pr¨¢cticamente imposible porque solo dan 10 dorsales dobles en todo el mundo y es por invitaci¨®n¡±, les advirtieron en una de las agencias acreditadas por la Marat¨®n de Nueva York en Espa?a. La campa?a en redes sociales que lanz¨® Enki para lograr lo imposible triunf¨®. Tras el apoyo de varios influencers, el ofrecimiento del Ayuntamiento de A Coru?a para mandar una carta al alcalde de Nueva York y la intermediaci¨®n del Consulado de Espa?a en la Gran Manzana, un ¡°padrino an¨®nimo¡± contact¨® con la organizaci¨®n de la carrera y les consigui¨® a los coru?eses los tres dorsales dobles.
Los promotores de la marat¨®n neoyorquina les pidieron sus datos personales y no pusieron pegas. Pero hace un mes les comunicaron que Mario e In¨¦s no podr¨ªan participar en la cita del 6 de noviembre por ser menores. ¡°Sospechamos que no se fijaron en el a?o de nacimiento cuando les mandamos los datos para los dorsales¡±, apunta Carmen Touza, gerente de Enki, quien pide ¡°flexibilidad¡± y ¡°una reflexi¨®n¡± a la organizaci¨®n de la carrera: ¡°El reglamento est¨¢ bien redactado, pero tiene que haber excepciones. Para las personas discapacitadas es dif¨ªcil acceder al deporte, as¨ª que qu¨¦ menos que darles todas las facilidades para que puedan participar en una prueba no competitiva¡±, reclama.
New York Road Runners, la entidad organizadora de la Marat¨®n de Nueva York, alega en respuesta a este peri¨®dico que su ¡°pol¨ªtica de edad¡± ha sido consultada con expertos y defiende que est¨¢ destinada a ¡°garantizar un ambiente seguro y la mejor experiencia a los corredores, tanto j¨®venes como adultos¡±. La expedici¨®n coru?esa viajar¨¢ igualmente a Nueva York con los fondos recaudados. Quienes no pueden participar en la marat¨®n correr¨¢n otra de las carreras que se celebrar¨¢n paralelamente a esta prueba y todos ser¨¢n recibidos por el c¨®nsul espa?ol.
¡°El deporte les da vida¡±
Eva Ramil es la madre de Pedro V¨¢zquez, el muchacho de 19 a?os que s¨ª podr¨¢ correr los 42 kil¨®metros por ser mayor de edad: ¡°El deporte les da vida [a estos muchachos]. Forman parte de un grupo, les da independencia¡ En las carreras se sienten libres e integrados. No pretendemos que ganen medallas porque ellos ya se sienten ganadores en el punto de salida. Perciben la alegr¨ªa y los aplausos, es medicina para el alma¡±. Desde el punto de vista f¨ªsico, los carros est¨¢n adaptados con asientos de gel para que en ellos puedan pasar tiempo y superar los baches del camino. El padre de Mario, que ya ha participado con su hijo en varias carreras populares en Gij¨®n, Sevilla o Madrid porque al ni?o ¡°el est¨ªmulo de correr con otra gente le encanta¡±, explica que el traqueteo no solo no es perjudicial para su salud, sino que el m¨¦dico le ha dicho que le fortalece el cuello.
Las barreras para que los discapacitados participen en las carreras populares a¨²n perviven en Espa?a. A Pedro le han impedido correr en algunas de ellas con un triciclo. En A Coru?a s¨ª permiten acudir con este veh¨ªculo pero no con handbike, pese a que hay lesionados medulares que solo pueden usar estos artilugios que se propulsan con las manos, ilustra ?ngel L¨®pez, del proyecto Enki. ¡°Lo que pedimos es igualdad de condiciones en funci¨®n de las limitaciones de cada uno. Y no es para competir, no es para ganar nada, sino para poder participar en una actividad de ocio¡±, tercia su compa?era Carmen Touza. Laura Fern¨¢ndez, de la Fundaci¨®n Adcai, explica que el deporte para las familias con miembros con diversidad funcional es una ¡°terapia¡±: ¡°En el mundo de la discapacidad necesitas m¨¢s apoyo externo, estar con personas que est¨¢n viviendo lo mismo que t¨². El deporte es una v¨ªa de escape y tambi¨¦n una forma de visibilizar la discapacidad¡±.
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