La sombra de los antiguos manicomios que a¨²n perdura en Galicia: 20 a?os en el psiqui¨¢trico de Conxo por sufrir ¡°retraso mental¡±
El Defensor del Pueblo lleva cinco a?os investigando este hospital, donde la Xunta mantiene recluidos a internos que deber¨ªan ser atendidos en centros sociosanitarios
Entre las desconchadas paredes del psiqui¨¢trico m¨¢s antiguo de Galicia reside una paciente que lleva 20 a?os ingresada con un ins¨®lito diagn¨®stico: ¡°retraso mental¡±. Es la mujer del hospital de Conxo, en Santiago de Compostela, que m¨¢s veces ha sido inmovilizada en una camilla, con sus manos y pies atados con correas. Seg¨²n admite la Consejer¨ªa de Sanidad de la Xunta, esta discapacitada intelectual fue sometida entre 2019 y 2021 a m¨¢s de 30 contenciones mec¨¢nicas, una pr¨¢ctica que la ONU pidi¨® erradicar ya en 2013 porque ¡°puede constituir tortura y malos tratos¡±. Al menos hasta solo hace un a?o, ella dorm¨ªa de forma permanente en una sala de inmovilizaci¨®n, tendida sobre una cama con cuerdas, seg¨²n descubri¨® con disgusto un equipo de inspectores del Defensor del Pueblo que entr¨® en el sanatorio.
La instituci¨®n encargada de velar por los derechos fundamentales de la ciudadan¨ªa ante las administraciones p¨²blicas lleva cinco a?os investigando lo que ocurre en este centro hospitalario de la Xunta, donde residen unos 180 internos. Pidi¨® explicaciones hace un a?o al Gobierno gallego por la controvertida reclusi¨®n de esta mujer y de otras 10 personas con discapacidad intelectual, algunas tambi¨¦n ingresadas durante ¡°muchos a?os¡±. Seg¨²n informa el Defensor del Pueblo, no obtuvo respuesta, por lo que a principios del pasado septiembre reiter¨® su requerimiento. Preguntada por este peri¨®dico, la Consejer¨ªa de Sanidad justifica la larga estancia de estas personas en Conxo ¡°por trastornos conductuales graves que en algunas ocasiones presentan las personas con discapacidad intelectual, lo cual se denomina psicosis injertada¡±.
La consejer¨ªa alega que la situaci¨®n cl¨ªnica de estos internos ¡°dificulta mucho¡± hallar un centro sociosanitario que ¡°se adapte a su alta necesidad de atenci¨®n, cuidados y tratamiento¡±. ?C¨®mo es posible que no se les haya encontrado una alternativa en 20 a?os? Este departamento responde que los ¡°recursos espec¨ªficos¡± con los que cuenta la Xunta para estas personas ¡°est¨¢n creciendo en n¨²mero de plazas¡±, pero ¡°sigue siendo necesario incrementar su n¨²mero¡±.
Las 110 plazas que hay en Galicia para atender a los discapacitados intelectuales que sufren alguna enfermedad mental o un trastorno de conducta son insuficientes y las familias se quejan de que est¨¢n mal atendidas desde el punto de vista sanitario. ¡°Son plazas en centros sociosanitarios, pero se quedan en socio¡±, lamenta Antonio Fuentetaja, gerente de Fademga,la federaci¨®n gallega que agrupa a 41 entidades de apoyo a estos discapacitados. Explica que faltan psiquiatras especializados que puedan diagnosticar y tratar adecuadamente a este tipo de pacientes. Sobre la situaci¨®n de la mujer que lleva en Conxo 20 a?os y sufri¨® 30 contenciones mec¨¢nicas entre 2019 y 2021, considera que ¡°despu¨¦s de tanto tiempo, est¨¢ claro que algo falla¡±: ¡°Las contenciones mec¨¢nicas, tanto las f¨ªsicas como las farmacol¨®gicas, tienen que ir con un estudio y un contraste de que funcionan. Son muchos a?os para no haber encontrado una respuesta alternativa¡±.
¡°Ciudad sin ley¡±
La reclusi¨®n de este grupo de discapacitados intelectuales no es la ¨²nica preocupaci¨®n del Defensor del Pueblo en relaci¨®n con el psiqui¨¢trico de Conxo. La entidad que encabeza ?ngel Gabilondo mantiene tres expedientes abiertos sobre el hospital, un edificio obsoleto en el que 45 a?os de democracia no han logrado borrar del todo los horrores de los manicomios. La lentitud del Gobierno gallego en responder a sus preguntas y poner en pr¨¢ctica sus recomendaciones ha sido la t¨®nica desde hace cinco a?os, despu¨¦s de que en noviembre de 2017 varios inspectores del Mecanismo de Prevenci¨®n de la Tortura entraran por sorpresa en el centro.
Recorriendo los pasillos de Conxo y buceando en sus archivos, aquel equipo dependiente del Defensor del Pueblo se encontr¨® con un buen n¨²mero de irregularidades. Entre otras, sobremedicaciones, enfermos ingresados durante medio siglo o un total descontrol en las contenciones mec¨¢nicas: se ataba a los pacientes sin las m¨¢s elementales medidas de seguridad, como camas ancladas al suelo, grabaci¨®n con c¨¢maras de vigilancia o un registro inform¨¢tico de las circunstancias de la inmovilizaci¨®n. Desde entonces, la instituci¨®n no le ha quitado ojo a Conxo y en julio y octubre de 2021 sus inspectores realizaron otras dos visitas.
Los t¨¦cnicos del defensor comprobaron que las condiciones en las que se ataba a los pacientes no hab¨ªan cambiado pr¨¢cticamente nada en cuatro a?os y certificaron la persistencia de graves deficiencias en las instalaciones, d¨¦ficit de personal y falta de protocolos y controles que garanticen un trato reglado y transparente a los enfermos. Recogieron incluso el testimonio de una paciente que hab¨ªa denunciado haber sufrido una agresi¨®n sexual sin que los responsables del hospital acudieran a la justicia para que se abriera una investigaci¨®n.
La Consejer¨ªa de Sanidad de la Xunta defiende que en los ¨²ltimos meses ha dado pasos para cumplir con las recomendaciones del Defensor del Pueblo. En octubre de 2021 se aprobaron unas instrucciones para regular las inmovilizaciones de pacientes en todos los centros del Servicio Gallego de Salud (Sergas) y el pasado mayo, asegura, se empezaron a registrar digitalmente las que se realizan en Conxo. Seg¨²n los datos aportados por este departamento, entre mayo y octubre fueron atados de pies y manos 14 pacientes de este psiqui¨¢trico ¡°por situaciones de urgencia, de agitaci¨®n extrema y fracaso de medidas terap¨¦uticas y de contenci¨®n verbal¡±. Los representantes sindicales de los trabajadores y el Movimiento Gallego por la Salud Mental, una plataforma que lleva a?os reclamando mejoras para Conxo, coinciden en que las nuevas normas no han sido divulgadas entre el personal, que tampoco ha recibido formaci¨®n.
El Defensor del Pueblo est¨¢ a la espera de que el Gobierno gallego le documente que ha acabado con la falta de control de las contenciones mec¨¢nicas. Lo que le ha comunicando ya la Xunta es que no piensa atender otra de sus demandas en este sentido: rechaza su recomendaci¨®n de registrar las posibles lesiones que sufra un paciente durante las inmovilizaciones, pese a que as¨ª lo recomiendan la Fiscal¨ªa General del Estado y el Comit¨¦ Europeo para la Prevenci¨®n de la Tortura. ¡°Esta es una ciudad sin ley, llevan toda la vida improvisando¡±, lamenta Irene Tato, portavoz del sindicato CIG, mayoritario en la sanidad p¨²blica gallega.
El hospital psiqui¨¢trico de Conxo fue fundado por la Iglesia en 1885 en un monasterio medieval y su ¨²ltima gran remodelaci¨®n data de principios de los ochenta, antes incluso de que se aprobase en 1986 la ley que reform¨® la psiquiatr¨ªa y puso fin a los antiguos manicomios y a los encierros de por vida. Para combatir el fr¨ªo y las humedades que invaden el pabell¨®n donde residen los pacientes, unas condiciones que el Defensor del Pueblo tach¨® de ¡°insalubres¡±, la Xunta anunci¨® una reforma integral que no llega. Este a?o se han destinado 345.000 euros para la ¡°humanizaci¨®n de los espacios¡±, informa el Gobierno gallego, con mejoras en salas de trabajo del personal, en el gimnasio, en la peluquer¨ªa y en unidades de rehabilitaci¨®n. Para Tato, se trata de ¡°parches¡± insuficientes para adecentar el edificio.
El personal denuncia que rehabilitarse en Conxo es una quimera debido a la falta de medios. Los inspectores del Defensor del Pueblo hallaron en 2017 a pacientes que llevaban hasta 50 a?os ingresados en el psiqui¨¢trico (la estancia media en Espa?a es de ocho meses, seg¨²n datos de 2020). No fue hasta marzo de 2021 que la Xunta puso en marcha un programa sociosanitario para buscarles a estas personas un centro ¡°m¨¢s adecuado¡±. En el ¨²ltimo a?o, explica la Consejer¨ªa de Sanidad, se le ha dado el alta a 24 de los 117 ingresados en la unidad de larga estancia. De estos pacientes, 14 fueron derivados a residencias de mayores, 6 a domicilios y el resto a pisos de protecci¨®n o viviendas comunitarias.
Sin rehabilitaci¨®n
Los sindicatos reprochan que esta unidad encargada de evaluar los traslados y vigilar que los enfermos est¨¦n adecuadamente atendidos en su nuevo hogar est¨¢ formada solo por un psiquiatra y una enfermera. Tuvo que cerrar en verano por vacaciones y bajas de sus miembros, a?aden. ¡°El problema de estos traslados es que en Conxo no hay rehabilitaci¨®n y esos pacientes son pacientes cronificados para los que no hay centros especializados que los atiendan en condiciones¡±, critica Irene Tato. En su ¨²ltima visita a Conxo, el Defensor del Pueblo detect¨® que solo el 9,6% de los residentes ten¨ªan acceso a actividades de rehabilitaci¨®n e intervenci¨®n psicoterap¨¦utica y que apenas un 23% asist¨ªa a talleres ocupacionales y fisioterapia. La Xunta sostiene que esas cifras se explican por las restricciones de la pandemia y que actualmente asisten a estas actividades m¨¢s del 80% de los internos.
La psic¨®loga Rosa Cerqueiro, portavoz del Movimiento Gallego por la Sauld Mental, reprocha a la Xunta su ¡°falta de diligencia¡± con este hospital psiqui¨¢trico. Se?ala que despu¨¦s de cuatro a?os ¡°perdidos¡± la Consejer¨ªa de Sanidad ha empezado en 2022 a ¡°ponerse las pilas pero de forma muy paulatina¡± y sin abandonar del todo ¡°las respuestas vagas y ambiguas¡± y la falta de informaci¨®n. La portavoz sindical Irene Tato cree que la gerencia del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) ¡°saca cuatro papelitos¡± para intentar contentar al Defensor del Pueblo, pero ¡°a la hora de llevarlos a la pr¨¢ctica no hay resultados¡±. Pese a algunas incorporaciones, se arrastra un importante d¨¦ficit de personal, incide.
Adem¨¢s de la rehabilitaci¨®n integral del pabell¨®n de residentes, siguen quedando asignaturas pendientes para que Conxo dignifique el trato a sus pacientes. En su visita de hace un a?o, los inspectores del Defensor del Pueblo descubrieron que en este psiqui¨¢trico se aplica a los enfermos el llamado ¡°castigo a pijama¡±. Consiste en una ¡°sanci¨®n informal¡± que impide a los pacientes en r¨¦gimen cerrado vestir su propia ropa y los obliga a llevar puesto d¨ªa y noche el pijama hospitalario. La Xunta ha aceptado erradicar esta pr¨¢ctica, pero, seg¨²n la instituci¨®n con sede en Madrid, a¨²n no lo ha cumplido.
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