Realidad virtual contra el odio en Galicia: ponerse unas gafas para sentirse en la piel de un inmigrante
Una veintena de extranjeros convierten sus historias reales, tanto negativas como positivas, en v¨ªdeos inmersivos para luchar contra los prejuicios
Una veintena de residentes extranjeros en Galicia y la ONG Ecos do Sur de A Coru?a han dado un salto en la lucha contra la xenofobia. Se han aliado con la organizaci¨®n catalana Be Another Lab para dise?ar v¨ªdeos inmersivos que permitan a cualquier persona sentirse en el cuerpo de un inmigrante. Con solo ajustarse unas gafas de realidad virtual, uno podr¨¢ verse en un pa¨ªs extra?o sin permiso de residencia, y escuchar c¨®mo un constructor que lo ha explotado como alba?il le espeta que no piensa pagarle. O afrontar como aspirante a inquilino las caras que pone el due?o del piso cuando le escucha hablar con acento latinoamericano. ¡°No buscamos quedar como pobrecitos ni dar l¨¢stima, sino que todo el mundo vea la realidad y rompa los estigmas, que deje de pensar que vamos a da?ar el piso, okuparlo o meter en ¨¦l a 300 personas¡±, explica Gabriela del Corral, venezolana de 26 a?os que lleg¨® a A Coru?a hace 12 meses.
El objetivo, abunda Del Corral, es que los ciudadanos ¡°analicen mejor¡± la realidad diaria de las personas inmigrantes y no caigan en la trampa de los discursos de odio. Ecos do Sur pretende llegar a esa ¡°gente que nunca ha sufrido discriminaci¨®n y a la que le cuesta ponerse en la piel de quienes s¨ª lo han hecho¡±, explica Natalia Monje, responsable de comunicaci¨®n. El juego cognitivo va m¨¢s all¨¢ de las im¨¢genes que se ven a trav¨¦s de las gafas. La experiencia incluye sensaciones t¨¢ctiles. Si se llega a una estaci¨®n de tren, el participante portar¨¢ una maleta y sentir¨¢ el viento en la cara cuando abandone el edificio. Si la experiencia incluye un abrazo, notar¨¢ en sus carnes que alguien se lo da. Y no faltar¨¢n los olores.
Una veintena de inmigrantes llegados de una decena de pa¨ªses han participado en la elaboraci¨®n de los guiones y han ejercido de actores y actrices en el rodaje de los v¨ªdeos. Han abierto la puerta de sus hogares para darles m¨¢s autenticidad y dentro de las casas, si se toma caf¨¦, oler¨¢ a caf¨¦. Los participantes han relatado las situaciones discriminatorias que han sufrido y que m¨¢s les han dolido, esas que a su juicio deben ser erradicadas de la sociedad cuanto antes. Pero tambi¨¦n han reservado un lugar a las vivencias positivas, a la nostalgia, a la gratitud. Todo se ha hecho en cuatro d¨ªas. Actualmente, los v¨ªdeos est¨¢n en proceso de edici¨®n, explica Ecos do Sur.
La ONG coru?esa se propone llevar estos v¨ªdeos, en cuanto est¨¦n listos, a la calle, a las escuelas, a los centros de mayores. Sus responsables no han decidido a¨²n c¨®mo, pero la idea es que el mayor n¨²mero posible de ciudadanos puedan vivir la experiencia y que los inmigrantes en los que se han encarnado durante unos minutos est¨¦n all¨ª, junto a ellos, cuando se quiten las gafas.
La dominicana Ivelisse Figueroa lleg¨® hace cinco a?os a Espa?a y en los v¨ªdeos cuenta la luminosa historia de una mujer que le dio trabajo al llegar para que cuidara de su madre. ¡°Ahora es mi amiga y es como la abuela de mi hija¡±, explica esta inmigrante de 37 a?os. ¡°No todo es malo, como migrante se viven cosas bonitas¡±, subraya. Cree que la campa?a ¡°puede ser efectiva¡± contra la xenofobia y ¡°cambiar el punto de vista¡± de quienes se presten a vivir lo que ellos viven. La peruana Paola Castillo, de 31 a?os, narra en primera persona el peso de la soledad cuando se est¨¢ a miles de kil¨®metros de distancia de la familia y los amigos. A ella le muri¨® su abuelo en su pa¨ªs y tuvo que superar el duelo como con la covid, sin besos ni abrazos de consuelo, y ¡°con un hijo peque?o con el que ten¨ªa que disimular¡± su tristeza. ¡°Es maravilloso hacer que otra persona se coloque un minuto en nuestra piel¡±, destaca.
El chileno Alejandro Alegr¨ªa, de 43 a?os y que lleva ocho meses viviendo en Santiago de Compostela, colabor¨® en el v¨ªdeo sobre los padecimientos laborales de los inmigrantes. La historia del alba?il que no cobra bebe de las experiencias de varios participantes y tiene ¡°un final feliz¡±, aclara ¨¦l, que es mejor no desvelar. En ese grupo de trabajo sobre empleo se escucharon algunas de las vivencias m¨¢s duras. Una colombiana relat¨® que fue enviada por una agencia a trabajar a una casa donde fue rechazada por ser extranjera. Para no perder el puesto, se pas¨® 30 d¨ªas llamando al timbre de aquella vivienda sin obtener respuesta y pasando su jornada laboral en la calle, hasta que la empresa la cambi¨® de familia.
Alegr¨ªa se muestra convencido de que la realidad virtual puede ayudar a ¡°derribar los pensamientos negativos hacia las culturas y colores de piel diferentes¡±. Del Corral atribuye a esta tecnolog¨ªa un poder especial: ¡°Te involucra totalmente en situaciones que a veces cuesta entender. No es ver un reportaje o un documental, es vivir la realidad de los otros¡±.
La iniciativa de Ecos do Sur forma parte de un proyecto m¨¢s amplio que se llama CibeRespect Link. Naci¨® en 2016, cuando la asociaci¨®n se percat¨® del auge del discurso del odio y la desinformaci¨®n. Se dieron de bruces con el problema al leer los comentarios a un reportaje que un peri¨®dico local hab¨ªa publicado sobre inmigrantes que recib¨ªan clases de castellano en sus instalaciones. ¡°El 95% de los casi 200 comentarios eran negativos y atacaban de forma brutal a personas que simplemente contaban sus sue?os y lo que hab¨ªan dejado atr¨¢s al emigrar¡±, recuerda Monje.
La asociaci¨®n empez¨® a monitorizar las informaciones sobre migraciones en los medios de comunicaci¨®n y se sorprendi¨® del volumen de odio que conten¨ªan las reacciones en Internet. As¨ª fue c¨®mo sus responsables descubrieron ¡°la internacional del odio¡±, grupos ¡°organizados¡±, ruidosos y ¡°con muchos recursos¡± que se dedican a dise?ar bulos y ¡°estrategias narrativas discriminatorias¡± para conectar con los prejuicios y los miedos de la ciudadan¨ªa a trav¨¦s de las redes sociales. Para combatirlos, se aliaron con tres ONG catalanas y desarrollaron una metodolog¨ªa para medir el fen¨®meno y formar ciberactivistas dispuestos a destapar los enga?os de los que se nutre. ¡°El 60% de la poblaci¨®n no es abiertamente racista, machista o xen¨®foba pero forma parte de lo que llamamos ambivalentes: seg¨²n como vayan las cosas, pueden verse arrastrados¡± por estos discursos, explica Monje.
Los v¨ªdeos inmersivos son un salto en el proyecto CibeRespect Link, que en los ¨²ltimos a?os ha desarrollado 27 iniciativas. Con la realidad virtual se ¡°va m¨¢s a lo experiencial¡±, a competir con la ¡°alta emotividad¡± que manejan quienes expanden el odio al extranjero. Hasta ahora, Ecos do Sur ha recurrido m¨¢s a los datos para desmontar los bulos. ¡°Responder con datos en los mismos espacios donde se mueve el discurso del odio es a veces necesario pero no siempre es efectivo¡±, esgrime Monje. ¡°Hace un a?o empezamos con la estrategia de la innovaci¨®n narrativa, de influir en lo invisible [los prejuicios] a trav¨¦s de las palabras¡±.
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