Vivir sabiendo que tu expareja quiso matarte: primer caso en Espa?a de intento de asesinato a trav¨¦s de la ¡®deep web¡¯
El acusado se gast¨® 18.000 euros en contratar en la red a un sicario que nunca actu¨®, pero est¨¢ en libertad porque la jueza considera que no existe peligro
¡°Prefiero que parezca un accidente de coche¡±. Con ese mensaje, J. B. encarg¨® supuestamente el asesinato de su expareja, Ana Garc¨ªa Castro, vecina del municipio gallego de Barro (Pontevedra). Lo hizo en una p¨¢gina de contrataci¨®n de sicarios en la deep web en la que pag¨® 18.000 euros en bitcoin. El caso ocurrido en Galicia es el primero en Espa?a de este tipo del que tiene constancia la Guardia Civil.
Todo empez¨® el 18 de octubre de 2020. Ese d¨ªa, J. B. consigui¨® entrar en una p¨¢gina llamada Internet Killers, alojada en lo que se conoce como ¡°Internet profunda¡±, una parte del ciberespacio a la que no se accede por los motores de b¨²squeda tradicionales. All¨ª inici¨® la orden. Dio todos los datos de Garc¨ªa que conoc¨ªa: su direcci¨®n, las dos pescader¨ªas en las que trabajaba en Pontevedra y Caldas de Reis, a qu¨¦ hora sal¨ªa de casa, el modelo y color de su coche, y hasta la matr¨ªcula.
El primer pago fue de 1,04 bitcoin, que entonces equival¨ªan a 13.782 d¨®lares, unos 13.035 euros. Era 23 de octubre. J. B. pidi¨® entonces que pareciera un accidente de coche y le dese¨® ¡°buena suerte¡± al sicario, al que dio una semana de plazo para que asesinara a Garc¨ªa. Pero algo fall¨®. El 22 de noviembre, el administrador de la web escribi¨® a J. B. para comunicarle que el sicario no hab¨ªa podido llevar a cabo el encargo y necesitaban usar a alguien mejor: un exmilitar entrenado que podr¨ªa ejecutar la orden en 2 o 3 d¨ªas. Eso s¨ª, le iba a costar 5.000 d¨®lares m¨¢s, unos 4.730 euros, que pag¨® el 25 de noviembre.
En total, J. B. se gast¨® casi 18.000 euros en intentar matar a Garc¨ªa, pero hab¨ªa dos cosas importantes que ¨¦l no sab¨ªa entonces. Una, que la web era un fraude. Nadie iba a mandar a ning¨²n sicario a matar a Garc¨ªa. La otra, que un hacker hab¨ªa conseguido romper la seguridad del sitio web y estaba viendo todas las conversaciones que los supuestos homicidas ten¨ªan con el administrador.
Este pirata inform¨¢tico se puso en contacto con un periodista experto en seguridad de Reino Unido, Carl Miller, y este activ¨® una red de periodistas en todo el mundo para avisar a las v¨ªctimas y ayudarles a denunciar. El contacto con Ana Garc¨ªa Castro fue el 25 de noviembre, que result¨® ser el mismo d¨ªa en que J. B. pag¨® la segunda parte del precio de su supuesto asesinato.
El seud¨®nimo que el sospechoso utiliz¨® era Jonny25. Al principio, Garc¨ªa no identific¨® ese nombre con su expareja y acudi¨® a poner la denuncia a la Comisar¨ªa de Polic¨ªa Nacional de Pontevedra sin una acusaci¨®n clara. Pero lo que no se esperaba era o¨ªr desde la sala de espera c¨®mo los agentes se re¨ªan de la denuncia. ¡°Esto es una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n¡±, ¡°venga ya, un intento de asesinato encargado en la ¡®Internet profunda¡±, escuch¨®. La misma noche, se fue a la Comandancia de la Guardia Civil y all¨ª s¨ª se tramit¨® la denuncia.
Un mes despu¨¦s, los agentes de la Guardia Civil detuvieron a J. B. y se incautaron de un ordenador y un tel¨¦fono m¨®vil que, sin embargo, estaban encriptados. Pero cometi¨® un fallo: hab¨ªa abierto la cartera digital con la que hizo las transacciones en Internet Killers con la direcci¨®n de correo electr¨®nico de su negocio. Aun as¨ª, la jueza no crey¨® que su expareja representara un peligro real para Garc¨ªa, al ser la web un fraude, y lo dej¨® en libertad horas despu¨¦s.
La Guardia Civil, que lo acusa de tentativa de homicidio o asesinato, le aconsej¨® a ella que pidiera una orden de alejamiento, pero tambi¨¦n fue rechazada: el algoritmo del sistema VioG¨¦n determin¨® que como hac¨ªa m¨¢s de cinco a?os que hab¨ªan terminado la relaci¨®n, Garc¨ªa ya no estaba en riesgo. Nadie tuvo en cuenta que el acusado hab¨ªa pagado 18.000 euros para que alguien la matara y que adem¨¢s viv¨ªa a apenas 30 kil¨®metros de ella.
¡°Cuando sal¨ªa del mercado, miraba a mi alrededor, ten¨ªa miedo. Ya no tengo la calma que sol¨ªa tener en mi vida¡±, dice Garc¨ªa. Durante la relaci¨®n sufri¨® maltrato psicol¨®gico, sobre todo desde que ¨¦l se enganch¨® al p¨®ker online, seg¨²n relata la mujer, pero nunca hab¨ªa llegado a la violencia f¨ªsica. En todo caso, no lo denunci¨® por violencia machista cuando estaban juntos. Con su arresto y puesta en libertad, Garc¨ªa no volvi¨® a quedarse sola en casa. Cada vez que cog¨ªa su coche, miraba obsesionada todas las matr¨ªculas con las que se cruzaba. Y hasta hoy, cuatro a?os despu¨¦s.
Pero el caso ten¨ªa a¨²n otras sorpresas reservadas. Meses despu¨¦s del arresto, ya en 2021, la actual pareja de Garc¨ªa contrat¨® a una detective para un asunto de su negocio y le cont¨® el calvario por el que estaban pasando. Esta profesional, Raquel Probanza, record¨® a un hombre que hac¨ªa unos a?os le hab¨ªa pedido investigar a una mujer. Contaba que le hab¨ªan desaparecido 200.000 euros de casa y pensaba que se los hab¨ªa robado su exnovia. Aquel cliente era J. B. y la exnovia, Ana Garc¨ªa. La detective hizo sus pesquisas y no hall¨® ninguna prueba del robo. Pero el hombre no estaba contento y meses despu¨¦s la volvi¨® a contactar y le pidi¨® verse en persona. Ten¨ªa una consulta que no pod¨ªa hacerle por tel¨¦fono.
¡°Estaba convencido de que Ana le hab¨ªa robado el dinero y no quer¨ªa que se saliera con la suya. Quer¨ªa saber c¨®mo hacer un ajuste de cuentas sin que las pruebas apuntaran hacia ¨¦l. Cuando le pregunt¨¦ qu¨¦ quer¨ªa decir con esa expresi¨®n, ¨¦l solo me dijo ¡®?qu¨¦ crees que significa un ajuste de cuentas?¡±, recuerda la detective. Pens¨® en denunciarlo, pero el Colegio Profesional de Detectives Privados y Privadas de Galicia le advirti¨® de que si lo hac¨ªa, ¨¦l sabr¨ªa que lo hab¨ªa denunciado ella. As¨ª que Probanza se resign¨®, pero estuvo meses escrutando la prensa local. ¡°Nunca me hab¨ªan pedido algo tan salvajemente ilegal¡±, afirma. No desaprovech¨® esa segunda oportunidad y redact¨® un informe que se incorpor¨® a la causa.
¡°Una pesadilla que nunca termina¡±
Mientras Garc¨ªa se preguntaba ¡°?cu¨¢ntas veces ha intentado matarme?¡±, la misma jueza decidi¨® archivar temporalmente el caso en abril de 2023. Consider¨® que no hab¨ªa pruebas suficientes. Solo unos d¨ªas despu¨¦s, mientras trabajaba en la pescader¨ªa, Garc¨ªa vio pasar a J. B. empujando su bicicleta por delante de la tienda. La mir¨® fijamente a los ojos. ¡°Me puse muy nerviosa, fue como revivir otra vez esta pesadilla que nunca termina¡±, rememora ella.
Pero no flaque¨® y recurri¨® el archivo. Y por fin, la Audiencia Provincial de Pontevedra orden¨® el pasado abril que se reabriera el caso y que se agotaran todas las v¨ªas de la investigaci¨®n. Una de ellas es desencriptar los dispositivos que se le incautaron a J. B. Cuando la Guardia Civil lo intent¨®, su sistema no ten¨ªa los recursos suficientes. El programa que prueba todas las combinaciones posibles para abrir los dispositivos estim¨® que tardar¨ªa 100 a?os en dar con la clave. El abogado de Garc¨ªa, Andr¨¦s M¨¦ndez, ha conseguido que de esa labor se haga cargo ahora la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenier¨ªa de la Universidad de Santiago y conf¨ªa en que finalmente habr¨¢ juicio.
¡°No entiendo la finalidad de este proceso, porque las transacciones ya est¨¢n demostradas¡±, se?ala una fuente de la Guardia Civil. Los investigadores est¨¢n molestos con el tribunal, que sigue sin ponerle fecha al juicio m¨¢s de cuatro a?os despu¨¦s y a¨²n no lo califica como violencia de g¨¦nero. El caso de Garc¨ªa es uno de los m¨¢s de 175 que ha destapado la investigaci¨®n encargada por la productora Novel a una red de periodistas en todo el mundo, y forma parte de la serie documental de podcast Kill List, que emite Amazon. Es el ¨²nico caso que sigue pendiente de juicio. Tanto tiempo despu¨¦s, Garc¨ªa vive entre la esperanza y la resignaci¨®n: ¡°Si alg¨²n d¨ªa tengo justicia, aunque solo sea un poco, podr¨¦ volver a tener una vida normal¡±.
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