¡°No vivir¨¦ para pagar la deuda¡±
La Comunidad calcula que 15.000 familias residentes en viviendas p¨²blicas adeudan m¨¢s de 80 millones, y estudia acudir a los tribunales contra las que no negocien
Ya han pasado dos d¨¦cadas desde que To?i ocup¨® con sus cuatro hijos la casa de su cu?ado, beneficiario de un piso p¨²blico en Vallecas. ¡°Llevo 20 a?os sin pagar nada¡±, cuenta en la noche del jueves, mientras recuerda los innumerables intentos de desahucio a los que se ha enfrentado, que ha intentado regularizar su situaci¨®n, y que est¨¢ en paro y sin alternativas si le echan de su hogar. ¡°No pago el alquiler y tengo la luz y el agua enganchada¡±, reconoce. ¡°Me consideran una okupa¡±, lamenta, porque entr¨® al piso usando las llaves de su cu?ado y sin dar una patada en la puerta. Ahora, su vida puede dar un giro inesperado.
A sus 56 a?os, To?i ha escuchado en las ¨²ltimas semanas un anuncio inquietante para sus intereses: David P¨¦rez, el consejero de Vivienda y Administraci¨®n Local, ha detallado que miles de inquilinos de viviendas sociales adeudan a la Administraci¨®n m¨¢s de 80 millones de euros, y que estudiar¨¢ si demanda en los tribunales a los m¨¢s de 3.000 que no quieren o no pueden negociar su pago por falta de fondos (ese grupo adeuda 30 millones).
¡°Si no lo hacen por las buenas, lo har¨¢n por la v¨ªa judicial¡±, advirti¨® P¨¦rez la semana pasada en una entrevista con Europa Press. ¡°No solo tienen derechos, tambi¨¦n tienen deberes y esos los vamos a hacer cumplir por la v¨ªa que sea; ya sea por di¨¢logo normal, por un requerimiento administrativo m¨¢s serio, o por la v¨ªa judicial en los casos que no haya una respuesta aceptable¡±.
La mastod¨®ntica magnitud del agujero econ¨®mico da cuenta de la dram¨¢tica dimensi¨®n que tiene el problema humano: a un lado, una deuda millonaria; al otro, familias sin recursos.
Entre bolsas de patatas y humo de tabaco, m¨¢s de 30 mujeres se re¨²nen en busca de apoyo todos los jueves en la calle de San Cosme y San Dami¨¢n, donde se citan para participar en las reuniones que organiza la Plataforma de Afectados por la Vivienda Publica y Social (PAVPS). Novedades del d¨ªa, acciones sorpresa y preparaci¨®n ante pr¨®ximos desahucios hacen parte del orden del d¨ªa de un grupo que sabe que se est¨¢n jugando el techo que cobija a sus hijos y sus mayores.
La Comunidad ha localizado 15.830 expedientes de familias que viven en casas de la Agencia de la Vivienda Social (AVS) sin pagar. De ellos, 6.580 acumulan retrasos por valor de m¨¢s de 11 millones y a¨²n no son considerados deudores porque los impagos no han superado los tres recibos o los 300 euros. Otros 5.550 ya han adquirido la condici¨®n de morosos, aunque se han mostrado dispuestos a negociar el pago poco a poco de los 34,2 millones de euros que representan. Finalmente, un grupo de m¨¢s de 3.700 familias deben a la Agencia 35,06 millones de euros, ¡°cantidades que o bien no reconocen o bien directamente dicen que no van a pagar y con los que presumiblemente haya que litigar¡±, seg¨²n detallan desde la consejer¨ªa.
Angelines, de 45 a?os, es una de las m¨¢s veteranas del grupo. Todos acuden a ella a por consejos. ¡°Si nos tenemos que encerrar en la Agencia de la Vivienda Social para que negocien con nosotros, pues lo hacemos¡±, le dice a una compa?era.
El jueves hace memoria. Ocup¨® la casa de su abuela cuando ella falleci¨® en 1994. ¡°Estuve pagando el alquiler a nombre de ella unos a?os, hasta que un d¨ªa llegaron unos trabajadores del antiguo Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) a preguntar que por qu¨¦ estaba viviendo yo ah¨ª, si esa vivienda hab¨ªa sido adjudicada a otra persona¡±, describe.
Angelines asegura que siempre ha pagado la comunidad y los gastos a su nombre, que en esa ¨¦poca sumaban 70 euros. En 2005, el antiguo Ivima le ofreci¨® regular su situaci¨®n y pudo firmar el alquiler de la vivienda. Se comprometi¨® a pagar todos los meses 421 euros.
¡°Al comienzo, mi marido ten¨ªa trabajo y pod¨ªamos pagar el alquiler, hasta pensamos en comprar el piso¡±, recuerda. Despu¨¦s la crisis lleg¨® y su esposo acab¨® en el paro. No pudieron seguir pagando los recibos y la deuda se fue acumulando.
Entonces, Angelines trat¨® de negociar. Sin embargo, en los siguientes cinco a?os nunca pudo volver a pagar el alquiler. Ahora tiene una deuda de 32.000 euros a la AVS. ¡°No voy a tener vida para pagar la deuda que tengo¡±, afirma, pese a que ha conseguido que le fraccionen la deuda. Paga 50 euros cada mes de lo que debe y 85 euros del alquiler actual por su piso en Usera.
23.000 euros de deuda
No es un caso excepcional. La AVS tiene un protocolo para reclamar las cantidades adeudadas y ofrecer facilidades de pago mediante el fraccionamiento de recibos en funci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica de cada caso, seg¨²n detallan desde la consejer¨ªa. De hecho, la Comunidad deja de ingresar 14 millones anuales que condona a las familias residentes en viviendas p¨²blicas a las que decide reducirles los alquileres. Cuando todas las negociaciones fallan, y ya solo queda el paso de acudir a los tribunales, un equipo de trabajadores sociales visita a los afectados y elabora un informe decisivo para que se litigue o no. Su criterio es b¨¢sico para decidir si los inquilinos no pagan porque no quieren o porque no pueden.
Esther, de 58 a?os, logr¨® regularizar su situaci¨®n en 2005, como Angelines. En 1991 ocup¨® una vivienda p¨²blica que estaba vac¨ªa en el barrio de Orcasur. ¡°Quer¨ªa forzar a la Comunidad a que me diera un piso para m¨ª y mis dos hijos¡±, dice.
Esther era conocida en el barrio como la del quiosco de prensa. Lleg¨® la crisis y se qued¨® sin trabajo. No pudo seguir pagando su alquiler de 450 euros. Ahora tiene una deuda de cuatro a?os que asciende a algo menos de 23.000 euros.
¡°He aceptado pagar 35 euros al mes de lo que debo y 70 euros por mi alquiler¡±, explica.
¡°Si m¨¢s familias supieran que la AVS est¨¢ dispuesta a negociar, intentar¨ªan llegar a acuerdos para pagar lo que deben¡±, reflexiona Angelines. Ahora, los que no logren un acuerdo se arriesgan a acabar en los tribunales.
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