La cuna de Podemos seis a?os despu¨¦s
Pablo Iglesias ha sido reprendido en la facultad de la Complutense donde fue docente y que vio nacer a la formaci¨®n morada
En seis a?os han cambiado muchas cosas. Los pasillos garabateados de la facultad de Ciencias Pol¨ªticas de la Complutense conmemoran un pasado efervescente que hoy se ha volatilizado. Donde hubo bullicio e interminables asambleas hoy solo queda la memoria detenida de algunas pintadas. Varias de ellas prueban que aqu¨ª existi¨® Contrapoder, el embri¨®n de Podemos. Al convertirse en una escuela de formaci¨®n de cuadros para el partido, la asociaci¨®n que fundaron Iglesias y Errej¨®n perdi¨® garra. Y acab¨® cerrando el local donde un d¨ªa se urdi¨® el asalto al bipartidismo.
Este mi¨¦rcoles la facultad se despert¨® con una imagen n¨ªtida de su pasado. Pablo Iglesias acud¨ªa a la que fue su casa por primera vez en calidad de vicepresidente. Lo acompa?aba ?lvaro Garc¨ªa Linera, el intelectual de cabecera de la revoluci¨®n bolivariana y n¨²mero dos de Evo Morales, a quien Contrapoder ya trajo a Somosaguas en 2009 reci¨¦n investido presidente. Interrumpieron el coloquio una decena de j¨®venes del Frente Obrero, un grup¨²sculo marxista-leninista: ¡°Fuera vendeobreros de la universidad¡±, gritaron en el mismo sal¨®n de actos en el que hace diez a?os Iglesias recibi¨® a Rosa D¨ªez con una tarjeta roja. El antiguo profesor pidi¨® calma y un micr¨®fono: ¡°La obligaci¨®n de quien se sienta aqu¨ª es escuchar y yo quiero escuchar¡±.
Un d¨ªa despu¨¦s del escrache, por los pasillos de la facultad circula un consenso claro: quienes protagonizaron los hechos no estudian aqu¨ª. Vinieron ex profeso a boicotear el acto. Ya ha ocurrido otras veces. El Frente Obrero tiene en su diana a los pol¨ªticos de izquierda y ya asaltaron hace un a?o, en la UVA de Hortaleza, a otro miembro del dream team de Somosaguas: I?igo Errej¨®n. Flirtean con el estalinismo y tildan de traidores a los dem¨¢s. Sin embargo, todos los estudiantes preguntados este jueves han votado a Podemos. El partido puede haber perdido su infraestructura en esta facultad, pero no las simpat¨ªas. Aunque est¨¦n te?idas de cierto escepticismo.
¡°Hay cosas que me enfadan, como que Alberto Garz¨®n no haya cerrado las casas de apuestas. Lo prometieron y se han quedado en una regulaci¨®n publicitaria que no va a solucionar el problema. Seguir¨¢n cayendo en la trampa muchos j¨®venes de los barrios obreros¡±, sentencia Joaqu¨ªn, que estudia tercero de Sociolog¨ªa. En clase han debatido sobre el escrache del mi¨¦rcoles: ¡°Me parece mal que se interrumpa un acto. Para intervenir ya est¨¢ el turno de preguntas. Si no quieres escuchar a alguien, con no asistir es suficiente¡±, cuenta. En la facultad estas expresiones son una tradici¨®n asentada. Joaqu¨ªn lo atribuye a la viveza de los debates. Pero la memoria puede convertirse en un bumer¨¢n.
Las paredes muestran que aqu¨ª los autores del siglo pasado conservan su influencia: ¡°La historia se repite dos veces. Primero como tragedia, despu¨¦s como UPyD¡±, dice un grafiti parafraseando la hist¨®rica cita de Carlos Marx. Tambi¨¦n tienen su hueco los hechos recientes, como la muerte de Samba Martine en el Centro de Internamiento para Inmigrantes (CIE) de Aluche. Estaba enferma de sida. Martina estudia segundo de Antropolog¨ªa y no conoc¨ªa ese suceso, aunque le preocupa la pol¨ªtica migratoria del gobierno y teme que da?e el esp¨ªritu de la formaci¨®n de Iglesias: ¡°Podemos debe presionar para acabar con las devoluciones en caliente¡±. Y agrega convencida: ¡°Este no es un espacio de autopromoci¨®n para los partidos. No deber¨ªa venir ninguno¡±.
De la ¨¦poca dorada en el claustro solo quedan Juan Carlos Monedero y Carolina Bescansa, pero no se hablan. Optaron por unirse a familias opuestas cuando el partido se desgarr¨® en dos y naci¨® M¨¢s Pa¨ªs. Ambos, eso s¨ª, han abandonado la primera l¨ªnea pol¨ªtica y retrocedido a la vida docente. Ahora la principal valedora de Iglesias en la facultad, a decir de los estudiantes preguntados, es la decana Esther del Campo. Fue profesora del vicepresidente y quien se empe?¨® en acoger el acto del mi¨¦rcoles. Ella no ha querido responder a las preguntas de EL PA?S, pero en los corredores se quejan de su gesti¨®n: ¡°Quiere tener a las asociaciones a raya¡±, espeta un grupo de chicos en el ¨¢gora. Aqu¨ª dentro la pol¨ªtica es sencilla. Hacerse con una facultad no es lo mismo que gobernar un pa¨ªs.
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