La experiencia personal de un repartidor: ¡°Entregas el paquete y una sensaci¨®n extra?a te invade¡±

Mi nombre, Luis, madrile?o de nacimiento, cargando ya 59 a?os en mi espalda y desde hace dos, trabajando como repartidor aut¨®nomo en el programa AmazonFlex.

Me gusta mi trabajo. Me gusta relacionarme con la gente y saber que desde el m¨¢s ¡°peque¡±, hasta el adulto, te espera ilusionado por ese juguete, libro, m¨®vil... que ha comprado en la web. Como bien reza en el lema de la compa?¨ªa, "repartir sonrisas¡±.

Pero maldito d¨ªa en el que comenz¨® todo este tormento. La ilusi¨®n por ese m¨®vil, se transforma en la necesidad de ese desinfectante, guante, mascarilla. A esa ¡°sonrisa¡± se le ha unido un asomo de l¨¢grimas. Es, como si en ti vieran a una especie de ¡°angel salvador¡±. Entregas el paquete y una sensaci¨®n extra?a te invade.

¡°?C¨®mo estas?¡±, ¡°?No tienes miedo?¡±, ?Cu¨ªdate mucho! son palabras de agradecimiento que recibes estos d¨ªas.

Me viene a la mente la tarde en que una SE?ORA me entrega una mandarina, muy bien envuelta en una servilleta de papel, dici¨¦ndome: ¡°Toma hijo, la he lavado muy bien, c¨®metela mientras descansas en tu furgoneta y ten mucho cuidado¡±.

Vuelves a la ¡°furgo¡±, cabalgas solitario por Cea Berm¨²dez, Islas Filipinas... Sigues tu ruta. ¡°Desgraciadamente¡±, no tienes problemas para aparcar. As¨ª, entrega tras entrega. Finalizas.

La sensaci¨®n de tristeza que llevas hace que antes de regresar a tu casa, te quedes en tu ¡°burra¡± unos minutos mirando a trav¨¦s del parabrisas. No reconoces ¡°tus calles¡±, solitarias, sin vida. Son las 8 de la tarde, oscureciendo y lloviznando. Se divisa el Cl¨ªnico San Carlos. La polic¨ªa enciende los rotativos y sirenas de sus coches patrulla. Homenajean a los sanitarios. No puedes contener las l¨¢grimas.

Respiro con fuerza e intento aliviar la congoja. Inmediatamente, por el grupo de WhatsApp, preguntas a tus compis c¨®mo les ha ido la ruta. Somos una peque?a cuadrilla muy comprometidos con nuestro trabajo que echamos de menos nuestro caf¨¦ con churro (volver¨¢n esos d¨ªas, seguro) antes de comenzar nuestra ruta ma?anera. As¨ª de simple es nuestra composici¨®n, ¨¦ramos divertidos.

No s¨¦ hasta qu¨¦ punto, nuestra labor pueda ser m¨¢s o menos necesaria o importante, pero, en tanto en cuanto, creamos que el contenido de ese paquete que entregamos, pudiera en la medida de lo posible, aliviar el confinamiento, satisfacer una necesidad o simplemente dibujar una sonrisa, con las debidas precauciones, seguiremos repartiendo.

Si con este granito de arena, contribuimos a derrotar a nuestro enemigo, nos damos por satisfechos. Contad con nosotros.

Espero que a los repartidos como yo Amazon nos permita seguir luchando. ??nimo! ?Esta guerra la vamos a ganar". Y la consigna de nuestra cuadrilla: ?Que la fuerza nos acompa?e".

Luis ?vila es repartidor de Amazon Flex

Esta tribuna pertenece a la serie La Experiencia Personal, que EL PA?S Madrid publica a diario durante el estado de alarma por coronavirus. Puedes leer aqu¨ª la experiencia personal de Ana Corroto (El D¨ªa del Libro no ser¨¢ como siempre, pero lo necesitamos m¨¢s que nunca), Ignacio Bazarra (Los ¨¢ngeles existen, pero con gafas de buceo), Sof¨ªa Thys (Estamos hechos un l¨ªo), Candela Manj¨®n (La experiencia personal de compartir piso, balc¨®n y aplausos durante el confinamiento), Mateo G.V. (Cuando salga voy a salir corriendo a la monta?a) Quique Villalobos (El poder de hacer barrio), Carlos Gonz¨¢lez (Anestesia contra el miedo), T¨¢bata Cerezo (La raz¨®n por la que estamos encerrados), Celia Blanco (Funeral Malasa?ero), Nacho Mart¨ªnez (El cumplea?os de Charo se canta en el patio de luces), Esther Arroyo (¡°Liberar espacio: a mi abuela de 93 a?os la sacan de paliativos¡±), de Miguel del Arco (?C¨®mo estar tranquilo cuando sabes que tienes una plantilla?), de Mariah Oliver (¡°Dos meses sin cobrar el sueldo¡±), de Victoria Torres (La tribu se pone en marcha) o de Juan Jos¨¦ Mateo (Ojo, que tiene 38?).