Retrato callejero del Madrid confinado
La fot¨®grafa Carmenchu Alem¨¢n ha plasmado la desolaci¨®n de la capital en los d¨ªas m¨¢s dram¨¢ticos de la pandemia
Fase 0, desde el kil¨®metro 0, con casi 500 muertos al d¨ªa en la Comunidad de Madrid, en una ciudad en lo m¨¢s crudo del confinamiento. En esas coordenadas se ha movido la fot¨®grafa Carmenchu Alem¨¢n durante las ¨²ltimas semanas para retratar un Madrid desolado por la pandemia del coronavirus, el del cierre total. Cada ma?ana, Alem¨¢n sal¨ªa con dos c¨¢maras por los rincones de Centro, Malasa?a, Lavapi¨¦s, Austrias¡ para un proyecto, que ha llamado Stop Madrid, compuesto por unas 70 fotos, en blanco y negro, en el que ha intentado ¡°fotografiar lo que no se ve, el silencio, la soledad, la ausencia¡±, dice esta fot¨®grafa.
Pamplonesa residente en Madrid desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, Alem¨¢n no suele tener la capital en su objetivo, sino que lo suyo es, desde hace unos 20 a?os, ir cada fin de semana a los pueblos en fiesta por toda Espa?a y Portugal, como parte de una cuadrilla de fot¨®grafos. Sin romer¨ªas ni procesiones a las que acudir y sin poder salir de Madrid, ha tomado im¨¢genes en una urbe que, asegura, no reconoce. ¡°Del ruido de enjambre por los miles de personas y el tr¨¢fico, hemos pasado a ver la ciudad a trav¨¦s de las ventanas y de paredes con mensajes. Este Madrid es como un esqueleto, sin savia para vivir, de una sensaci¨®n apocal¨ªptica. Eso he querido transmitir¡±.
En calles desiertas y silenciosas, Alem¨¢n ha hablado y fotografiado a las pocas personas que se encontraba. ¡°Hab¨ªa indigentes, pero tambi¨¦n gente que no lo son y est¨¢n ahora en la calle, algunos extranjeros. Gente que ha perdido sus trabajos precarios y no tiene donde ir¡±. La impresi¨®n que le han suscitado todas esas personas ¡°es de fragilidad y vulnerabilidad¡±. Como ese hombre mayor que mira a la c¨¢mara, con gesto desorientado, mientras hace cola para comprar en el supermercado. O la imagen sobrecogedora de la Puerta del Sol desierta, en la que ¨²nicamente se ve un bulto con forma humana que duerme envuelto entre sus ropas en el suelo, delante de la estatua de Carlos III. O retratos de historias personales, como la de Cinabrio, un hombre al que capt¨® en su vivienda tras un cristal invadido por caracoles, ¡°que son una met¨¢fora de c¨®mo vivimos ahora, en nuestra concha¡±, a?ade la autora. Una selecci¨®n de este trabajo lo ha subido Alem¨¢n a su web y puede verse tambi¨¦n en la web del Centro Internacional de Fotograf¨ªa y Cine (EFTI).
Fue precisamente en esa escuela en la que se form¨® Alem¨¢n, con la suerte de tener como maestros a Chema Madoz, Juan Manuel Castro Prieto, Alberto Garc¨ªa-Alix y Cristina Garc¨ªa Rodero. Alem¨¢n cuenta que ¡°la devoci¨®n¡± por la fotograf¨ªa hab¨ªa nacido a?os antes, durante una estancia en Par¨ªs, cuando se qued¨® ¡°embobada¡± en el Pompidou con las fotos de Espa?a oculta, el libro t¨®tem sobre fiestas y ritos populares que catapult¨® a Garc¨ªa Rodero en 1989. ¡°Ah¨ª descubr¨ª un mundo que desconoc¨ªa y me enganch¨¦ a la fotograf¨ªa de fiestas¡±.
El estado de alarma ha paralizado varios trabajos que Alem¨¢n tiene pendientes de finalizar. ¡°Uno sobre los sanfermines, otro sobre fiestas religiosas, que se llama Mi¨¦rcoles de ceniza, uno sobre fiestas de invierno y finalmente el relacionado con c¨®mo se usan los animales en las fiestas, llamado Bestiario¡±.
En toda su trayectoria, incluyendo las fotos de Stop Madrid, Alem¨¢n ha trabajado en blanco y negro. ¡°Vengo del negativo, del laboratorio, y veo la realidad en dos colores extremos, el blanco y negro es una s¨ªntesis. Mientras que el color da demasiada informaci¨®n, y lo m¨¢s importante de una buena imagen es quitar elementos que sobran, para poder transmitir lo que has visto¡±, explica. Esta teor¨ªa la plasma en instant¨¢neas como la que tom¨® de la estatua de Federico Garc¨ªa Lorca, obra de Julio L¨®pez, frente al Teatro Espa?ol. En ella se ve el monumento al poeta ¡°con las piernas atadas por una cinta de seguridad y un indecente cartel que dice ¡®Este parque queda cerrado¡±, agrega. Tambi¨¦n est¨¢ rodeado por otra de esas cintas el hombre que descansa con los ojos cerrados sentado en un banco.
Estampas de un Madrid irreconocible. Ah¨ª est¨¢ la Plaza Mayor solitaria, con las terrazas cerradas y atravesada por una sola persona, ¡°lo que permite fijarse en las l¨ªneas del suelo y en las ventanas, algo que no nos sucede habitualmente¡±. Y para cerrar su ensayo fotogr¨¢fico, en el que cada imagen tiene misterio porque invita a hacerse preguntas, Alem¨¢n ha elegido una fotograf¨ªa de la Puerta del Sol despoblada, en la que ¨²nicamente se ve caminando a una ni?a con mascarilla. ¡°Fue el primer d¨ªa que se dej¨® salir a los ni?os. Quer¨ªa acabar con una imagen de esperanza¡±.
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