Un tel¨¦fono contra el ¡°p¨¢nico¡± por el coronavirus: de 2,9 a 4 euros por llamada

El 25 de febrero, la Comunidad de Madrid comunic¨® su primer positivo por coronavirus: un joven que ven¨ªa de Italia. Al poco, habilit¨® un tel¨¦fono de informaci¨®n gratuita sobre la epidemia. Una semana despu¨¦s, el 1 de marzo, el n¨²mero 900 102 112 hab¨ªa recibido 1.949 llamadas de personas preocupadas. El 9 de marzo, las llamadas ya hab¨ªan llegado a 37.988. Hab¨ªa ¡°p¨¢nico¡± entre la poblaci¨®n, seg¨²n describe un documento gubernamental. ¡°Incertidumbre¡±. ¡°Necesidad de informaci¨®n sobre la epidemia¡±. Y el servicio amenazaba con colapsar: para evitarlo, el Ejecutivo ha tenido que firmar durante la crisis al menos cuatro contratos con dos empresas distintas, que cobrar¨¢n entre 2,9 y 4 euros (m¨¢s IVA) por llamada atendida tras movilizar a m¨¢s de 400 trabajadores.

El 9 de marzo, cuando ya hay 16 muertos y 469 contagiados reconocidos en la regi¨®n, Neus se acerca a las urgencias del hospital Gregorio Mara?¨®n. Est¨¢ desesperada. Le cuesta respirar. Nadie le dice qu¨¦ hacer. Y no le queda m¨¢s remedio que dar un paso indeseable tanto para ella como para los gestores del combate contra la pandemia: acercarse a un hospital que ya rebosa de enfermos para que alguien le aclare si tiene que preocuparse de verdad.

¡°Ayer llam¨¦ al tel¨¦fono, eso era una odisea, no cog¨ªa el tel¨¦fono ni Peter¡±, se lamenta.

¡°Suena y suena. No responde nadie¡±, coincide ese mismo 9 de marzo otro ciudadano en un mensaje en las redes sociales.

¡°No responde nadie. Est¨¢ permanente bloqueado. ?Alguna otra soluci¨®n?¡±, pide ayuda otro.

No son casos ¨²nicos. La pandemia se extiende al mismo ritmo que las quejas por la falta de respuesta, primero en el 112, luego en el 900 102 112. Una realidad que obliga a reaccionar a la Administraci¨®n, cueste lo que cueste, sea como sea, mientras el sistema sanitario de Madrid se asoma al precipicio.

¡°Resulta necesario realizar un refuerzo (de telefonistas) para as¨ª poder dar respuesta al servicio de desbordamiento de atenci¨®n de llamadas, ya que est¨¢n agotadas las posibilidades de la empresa que actualmente gestiona el CAP¡±, se lee en uno de los contratos firmados, que en total ascienden a al menos cuatro solo entre el 12 de marzo y el 1 de abril.

Esos son, precisamente, los 15 d¨ªas infernales en los que Madrid alcanza el pico de una pandemia que ya deja m¨¢s de 16.000 muertos vinculados a la enfermedad en la regi¨®n. El balance es terrible: ha habido 9.319 fallecidos tras dar positivo o ser diagnosticados en hospitales, 5.985 en centros residenciales, 905 en sus domicilios, y 28 en otras circunstancias.

Mientras la pandemia toma las riendas del d¨ªa a d¨ªa, ya declarado el estado de alarma, las condiciones de los contratos que rigen los servicios de informaci¨®n sobre el virus se detallan al mil¨ªmetro.

En un contrato se especifica que se contar¨¢ con 200 trabajadores para atender una previsi¨®n de 10 llamadas durante 12 horas para un total de 24.000 durante la duraci¨®n del acuerdo. En otro se estima que habr¨¢ 1.120 llamadas por la noche y 7.920 los fines de semana, a cuatro euros la llamada.

?Cu¨¢nto costar¨¢ todo? El Gobierno calcul¨® que m¨¢s de dos millones de euros. Es probable que sea m¨¢s. ¡°El importe no lo tienen liquidado porque va por llamada atendida¡±, resumen en la Consejer¨ªa de Sanidad cuando se pregunta por el coste final.

Casi tres meses despu¨¦s de que la curva de contagios de Madrid llegara a su pico, muchas cosas han cambiado. La regi¨®n dejo este domingo atr¨¢s la desescalada por fases que dise?¨® el Gobierno para pautar el adi¨®s al confinamiento. Con sus vidas regidas ya por un plan auton¨®mico, los madrile?os acuden a las terrazas, salen a hacer deporte y tienen flexibilidad para pasear en familia. El virus sigue golpeando, pero lo peor, dicen los expertos, ha pasado.

Por eso, desde el 7 de abril, el 900 102 112 tuvo capacidad para a?adir un nuevo servicio: dar informaci¨®n sobre la ubicaci¨®n de las personas que han fallecido por coronavirus (covid-19) en el caso en el que las familias tuvieran dudas sobre la localizaci¨®n de su ser querido.

El retrato del colapso, sin embargo, permanece indeleble en las cifras terribles de los muertos y los contagiados, adem¨¢s de en los recuerdos de pesadilla: ese tel¨¦fono que nadie respond¨ªa cuando se llamaba para saber si los s¨ªntomas eran de coronavirus.

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