Los cuentos llaman a la residencia
La biblioteca de Soto del Real da un servicio de lectura por tel¨¦fono para combatir el aislamiento social de personas mayores que viven solas o en residencias durante la pandemia
Juan Sobrino, de 48 a?os, se ocupa de la biblioteca municipal de Soto del Real desde 2006. Hace unos viernes se fue a hacer unas gestiones a Madrid capital, pero eso no le impidi¨® buscar un hueco para entrar en el coche, coger los libros que hab¨ªa preparado para Olvido, una de las residentes de la Residencia Soto Fresnos, y llamarla por tel¨¦fono para le¨¦rselos. Lo hace todos los viernes por la ma?ana desde que puso en marcha ¡®Cuentos por tel¨¦fono', un servicio de lectura para combatir el aislamiento de los mayores del municipio de Soto del Real mientras dure la pandemia.
¡°Desde 2015 vamos por lo menos una vez al mes a las residencias. Cuando ocurri¨® esto, con la imposibilidad de acceder dentro, ve¨ªa que ten¨ªamos que darle continuidad de alguna forma porque era m¨¢s necesario que nunca¡±, explica el bibliotecario. ¡°Ahora en vez de ir una vez al mes, les leemos por tel¨¦fono una vez a la semana¡±, a?ade. Para ello, cuenta con la ayuda de varios voluntarios. Cada uno de ellos, llama y lee siempre a la misma persona, de modo que se cree un v¨ªnculo entre ambos y conozcan sus gustos para saber c¨®mo acertar con las lecturas. En teor¨ªa son sesiones de 20 minutos, pero suelen alargarse si notan que el oyente est¨¢ animado.
La actividad es fundamental para que las personas se sientan conectadas al exteriorEncarna Riesco, terapeuta en la residencia Sierra-Madrid
Actualmente dan el servicio a ocho mayores de dos de las tres residencias del municipio, la de Soto Fresnos y la residencia Sierra-Madrid. Adem¨¢s, una vecina del municipio tambi¨¦n ha solicitado el servicio. ¡°Es una persona muy lectora que ahora tiene problemas de visi¨®n y le cuesta mucho leer. Est¨¢ en casa y se apunt¨®¡±, cuenta Sobrino.
Este jueves ha tenido su segunda sesi¨®n con Chus L¨®pez, residente en Sierra-Madrid. Tiene 69 a?os y hace tres que vive en la residencia. ¡°Me gustan mucho los libros de amor¡±, asegura. Chus conf¨ªa en el criterio del bibliotecario, de quien dice que ¡°siempre elige bien¡±, pero echa en falta sus visitas presenciales: ¡°es mejor porque les vemos, aplaudimos y cuando termina la lectura nos tomamos algo con ellos¡±. Pero aunque se entretenga leyendo, escribiendo y pintando, despu¨¦s de tantos meses de pandemia sin salir de la residencia lo que m¨¢s echa en falta es a sus familiares. ¡°Echo de menos ir a ver a mis sobrinitos peque?os, aunque los veo por videollamada, que Encarna me deja el tel¨¦fono¡±, admite.
Encarna Riesco es terapeuta en el centro y se?ala que ¡°la actividad es fundamental para que las personas se sientan conectadas al exterior¡±. La trabajadora reconoce que las residencias se encuentran en una situaci¨®n ¡°muy herm¨¦tica¡± y valora cualquier servicio externo. ¡°Aunque haya mucho deterioro cognitivo la persona es capaz de darse cuenta que viene algo de fuera¡±, explica.
Sebasti¨¢n Badosa, de 65 a?os, lleva siete sesiones leyendo a Fernando. ¡°Me ha contado ya toda su vida, a veces m¨¢s que escuchar lo que quiere es hablar¡±, asegura riendo. As¨ª ha descubierto, por ejemplo, que Fernando estuvo en uno de los ¨²ltimos reemplazos que fueron al S¨¢hara durante la mili, all¨¢ por el a?o 1974. ¡°Para hac¨¦rselo un poco m¨¢s atractivo estoy buscando escritos y reportajes que tengan que ver con eso. Curiosamente encontr¨¦ uno de un periodista catal¨¢n que estuvo en esos reemplazos y ha escrito art¨ªculos y libros de ello. Se los estuve leyendo y le encant¨®¡±, sostiene el voluntario.
De hecho, aunque la iniciativa tenga el nombre de ¡®Cuentos por tel¨¦fono', Sobrino insiste en que se hacen todo tipo de lecturas en funci¨®n de los gustos de la persona: relatos cortos, adivinanzas, refranes y textos que puedan resultar terap¨¦uticos para ayudar a los residentes a pensar y recordar experiencias. Es una manera de que personas como Olvido, recuerden. ¡°Le leo mucha poes¨ªa porque le gusta mucho. Cuando le leo poemas de Machado, me empieza a contar sobre los sitios que recuerda. Los paisajes, el Madrid antiguo, los sitios a los que iba, los barrios. La lectura es una excusa m¨¢s para hablar de esos temas que van surgiendo al hilo de la lectura¡±, aclara.
Entre su repertorio po¨¦tico hay obras como Romancero gitano, de Federico Garc¨ªa Lorca, y poemas cl¨¢sicos de Antonio Machado o Gloria Fuertes. Pero tambi¨¦n apuesta por poetas j¨®venes, como David Minayo, Rosa Berbel o Ben Clark. En cuanto a narrativa, sus libros favoritos para leer a las residentes son Un lugar en el bosque, de Jorge Bucay, Cuentos de buenas noches para ni?as rebeldes, de Elena Favilli y Francesca Cavallo, y El primer trago de cerveza, de Philippe Delerm.
La tercera edad supone m¨¢s del 20% de la poblaci¨®n en Soto del Real.
Los mayores disfrutan de estos peque?os ratos de lectura y, seg¨²n afirma el bibliotecario, han llegado incluso a demandar que se realicen m¨¢s de una vez a la semana. ¡°Creo que el aspecto de acompa?arles en su d¨ªa a d¨ªa es una parte importante del proyecto¡±, dice Badosa. Aun as¨ª, el voluntario reconoce que el contacto telef¨®nico deja una ¡°sensaci¨®n parcial¡±: ¡°Est¨¢ bien porque algo es algo, pero prefieres ver la cara a la gente, c¨®mo sonr¨ªe, c¨®mo te pregunta, reacciona a lo que dices. Es muy diferente la verdad, ojal¨¢ podamos ir pronto¡±.
La tercera edad supone m¨¢s del 20% de la poblaci¨®n de Soto del Real, seg¨²n los datos del Ayuntamiento. Como en el resto de la Comunidad, en este municipio el coronavirus tambi¨¦n se ha cebado con las residencias y ahora mantienen protocolos muy estrictos de visitas. ¡°La idea es que en el momento que se pueda, recuperemos la normalidad y volvamos a leer ah¨ª, pero en las residencias va a costar y va m¨¢s lento que en cualquier otro sitio¡±, admite Sobrino. Mientras tanto, los cuentos seguir¨¢n llamando a la residencia.
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