Vuelta al cole en Madrid: ¡°Tengo dos hijos en el mismo colegio, uno entra a las 9.15 y el otro a las 10.30¡å
As¨ª se ha vivido el primer d¨ªa de colegio de segundo ciclo de infantil a tercero de primaria en un colegio afectado por obras y en otro con grupos mixtos
A la puerta del colegio p¨²blico V¨¢zquez de Mella en la capital, a escasos metros de las Vistillas, a las 8.10 solo estaban Rub¨¦n y Claudia, monitores del comedor de este peque?o centro de infantil y primaria con solo una l¨ªnea por curso. Pero este martes, primer d¨ªa de clase para 407.000 alumnos en Madrid desde segundo ciclo de infantil hasta tercero de primaria, no ha ido a desayunar ninguno de sus 210 ni?os. ¡°Tal y como est¨¢n las cosas, no me extra?a¡±, confiesa Rub¨¦n.
Las puertas del centro quedan cerradas hasta las nueve, hora de entrada. Conforme se acerca, empieza la cascada de padres con sus hijos. F¨¦lix Ortega llega de la mano de los suyos, una ni?a de seis a?os y un ni?o de tres. Les ha explicado la situaci¨®n, aunque admite que no es f¨¢cil que lo comprendan: ¡°La mayor, mejor, pero el peque?o no se entera de nada¡±. Defiende que los peque?os vuelvan a la escuela porque es un espacio imprescindible para que se relacionen y aprendan. Adem¨¢s, tienen muchas ganas. ¡°Enzo [el peque?o] no para de preguntar por sus compa?eros¡±, asegura. Otros padres, como Juan y Rosa, comentan que su hija Claudia, de cinco a?os, est¨¢ igual de ilusionada. ¡°Ha dormido vestida¡±. ?Hay miedo al contagio? Antonio no lo tiene: ¡°Los ni?os tienen que ir al colegio, despu¨¦s si se contagian o no ya se ver¨¢. No podemos permitirnos vivir con psicosis, lo que temo es que nos vuelvan a encerrar¡±.
En poco tiempo, la entrada de primaria, en una calle estrecha, es un hervidero. Los padres, que se acercan a ver las listas de los grupos colgadas en la entrada, tienen m¨¢s cuidado con la distancia que la mayor¨ªa de los peque?os, que corretean de un lado a otro. Las puertas se abren y aparece el personal con las listas en la mano.
-?El grupo de primero!
La entrada se hace escalonada y por edades, como en la gran mayor¨ªa de colegios, para evitar aglomeraciones en la puerta. Se les toma la temperatura y pasan de uno en uno. La direcci¨®n ha confirmado que los cuatro refuerzos que pidieron se incorporar¨¢n este martes, por lo que podr¨¢n aplicar la ratio de 20 alumnos. Una de las medidas de seguridad ha provocado el descontento de muchos padres del V¨¢zquez de Mella: para bajar el n¨²mero de alumnos por aula, la direcci¨®n se ha obligado a grupos mixtos, donde se mezclan ni?os de distintos cursos, tanto en infantil como en primaria.
Los hijos de Ortega no han corrido esa suerte, pero entiende la preocupaci¨®n y el enfado. ¡°Al final los ni?os pierden el apego que ten¨ªan con sus compa?eros y la referencia docente¡±, cuenta, ya que de esas clases se van a encargar los nuevos maestros de refuerzo. Jordi Aguilar s¨ª es uno de los afectados. ¡°Nos avisaron a las once de anoche¡±, relata. Aguilar afirma que iban a ser los profesores los que escogieran a los ni?os que mejor se pudieran adaptar, pero al final no ha sido as¨ª: ¡°Lo hicieron a sorteo y consideramos que es un horror¡±. Otra madre afectada incide en que ¡°no se han tenido en cuenta las capacidades de los ni?os, si se adaptan bien o c¨®mo es su formaci¨®n¡±. Algunos padres ya han empezado a buscar soluciones y van a reunirse para ver qu¨¦ acciones tomar.
La direcci¨®n del colegio cree que los padres han entendido esta soluci¨®n como la creaci¨®n de un nuevo grupo cuando en realidad es una medida ¡°extraordinaria y provisional¡± que obedece a criterios puramente sanitarios. Al mismo tiempo, ha remarcado que los grupos mixtos se crearon por concurso para que fuera un proceso lo m¨¢s objetivo posible.
En otro punto de la ciudad est¨¢ el colegio p¨²blico Joaqu¨ªn Costa donde, en una gran cola, las familias respetan la distancia, aunque no falta alg¨²n ni?o que, emocionado por ver a sus amigos tras casi seis meses, salta, grita y corre a abrazarlos. En este centro, al que hoy deb¨ªan acudir unos 900 alumnos de un total de 1300, hay un orden estricto a la entrada, coordinado por dos profesores. Parece que todo estuviera ensayado por lo bien que fluye. Sin embargo, Antonio, padre de dos ni?os, explica que nada m¨¢s lejos de la realidad: ¡°Nos notificaron a las diez de anoche c¨®mo iba a ser, por grupos cada 10 minutos, pero no tiene sentido. Yo tengo dos hijos, uno entra a las 9.15 y el otro a las 10.30. Me ha tocado pedirme tiempo en el trabajo, pero esto no puede ser permanente, no es viable¡±. Sin embargo, va a tener que serlo. La direcci¨®n afirma que es el plan para todo el curso, porque es la ¨²nica manera de mantener la distancia y cumplir el protocolo con 1300 alumnos.
A solo unas manzanas, una ni?a pregunta a su padre por qu¨¦ no puede entrar todav¨ªa en su cole. Ambos esperan en la acera improvisada de una de las entradas habilitadas en el colegio p¨²blico Tom¨¢s Bret¨®n, frente a Madrid R¨ªo, donde la ya de por s¨ª complicada vuelta al cole de este curso se complica a¨²n m¨¢s por las obras de la antigua f¨¢brica de Mahou y del estadio Vicente Calder¨®n. ¡°Quince minutos. Ahora entran en grupos¡±, contesta su padre. El colegio, con unos 500 alumnos en total, de los que unos 250 volv¨ªan este martes, ha establecido una entrada y salida escalonadas a trav¨¦s de tres puertas y en tramos de 15 minutos durante 45. En todas, los ni?os se saludan con los codos en sus tentativos reencuentros.
Elena es madre de dos ni?os, uno de cinco y otra de ocho: ¡°Estamos inquietos con esta vuelta. Por la preparaci¨®n del centro y por los ni?os, que cumplan las normas tambi¨¦n, especialmente los m¨¢s peque?os¡±. ¡°La comunicaci¨®n del centro tambi¨¦n ha sido un problema. De hecho anoche a las diez y media no sab¨ªa a qu¨¦ hora entraba mi hija mayor, aparentemente por un problema en la plataforma de EducaMadrid, pero gracias al AMPA y al WhatsApp nos hemos enterado a qu¨¦ clase iban los ni?os, a qu¨¦ hora entraban y por qu¨¦ puerta¡±. ¡°El horario es hasta las 12.00, pero hoy se quedan a comer, hasta las 15.00. Los mando de investigadores, que me cuenten c¨®mo est¨¢ organizado, aunque probablemente no los deje hasta m¨¢s adelante¡±.
¡°Desalojen, pap¨¢s, para que pueda acercarse el siguiente grupo¡±, dice la directora desde la entrada principal. En las tres hay padres voluntarios con chalecos naranjas para apoyar al personal en el manejo de un proceso que, aunque est¨¢ planeado, se va puliendo con la primera pr¨¢ctica real. David Ortiz es miembro de la asociaci¨®n de padres y ha estado trabajando todos los d¨ªas de las ¨²ltimas semanas coordinando la vuelta. ¡°La situaci¨®n log¨ªstica era bastante desastrosa. Estamos con unas obras en todo el entorno que imped¨ªan completamente el acceso y toda esta falta de previsi¨®n de la Junta de Arganzuela ha tenido que ser suplida por el esfuerzo de familias y profesores¡±, se lamenta.
¡°Hasta hace tres d¨ªas, la acera de todas las entradas era una gran zanja del Canal Isabel II. Hace uno no hab¨ªa agua, la electricidad no funcionaba. Un desastre absoluto¡±, contin¨²a Ortiz. Ahora, la estrecha acera ha sido adoquinada, excepto en la puerta m¨¢s grande, donde se ha tapado la zanja con arena. Adem¨¢s, uno de los carriles de la calzada, una concurrida entrada a la M-30, hace de acera con unos grandes separadores de cemento. Estas obras tambi¨¦n afectan al Tom¨¢s Bret¨®n y al instituto Gran Capit¨¢n, 1.600 alumnos en total.
Dentro del centro, todo es tambi¨¦n provisional. Ortiz explica que, como ocurre en todos los colegios, se va a tener que usar el comedor y otros espacios como aulas por la bajada de la ratio. ¡°Todav¨ªa estamos esperando que la comunidad confirme si se van a entregar los barracones que se han solicitado¡±. Hasta el lunes, tampoco sab¨ªan cu¨¢ntos profesores de los solicitados les iban a conceder. Finalmente, se lo notificaron anoche: seis docentes.
Mercedes Fern¨¢ndez ha acudido al V¨¢zquez de Mella, el colegio del principio, a buscar a su hija a la salida. Da por hecho que va a haber un brote de covid en alg¨²n momento. ¡°Est¨¢ claro que lo habr¨¢, pero ?qu¨¦ hacemos los padres? ?Nos ponemos en cuarentena todos? ?Y el trabajo qu¨¦? ?Lo perder¨¦?¡±. Fern¨¢ndez recuerda que el colegio est¨¢ ligado a la conciliaci¨®n. Una madre amiga suya, que prefiere no dar su nombre, la secunda. ¡°No tenemos opci¨®n, tenemos que traerlos a la escuela porque tenemos que trabajar, si no, todo se hunde, nos hacen elegir entre el trabajo o la salud¡±, argumenta. Y concluye: ¡°Al final, estamos contra la espada y la pared¡±.
La hija de Fern¨¢ndez sale revolucionada. ?C¨®mo lo ha pasado en su primer d¨ªa? ¡°Pues no s¨¦, m¨ªrala¡±, dice mientras se?ala a su hija, que sostiene en brazos al perro de un compa?ero mientras se r¨ªe. ¡°?Venga Mari Trini, que nos vamos!¡±, la llama. En un abrir y cerrar de ojos, ya no queda nadie en la salida de primaria y todo queda en silencio.
Alumnos de primero de Primaria del Liceo Franc¨¦s, en confinamiento preventivo
En el colegio privado Liceo Franc¨¦s, donde el curso arranc¨® la semana pasada y llevaban dos d¨ªas de cole, este domingo avisaron a las familias de una de las clases de primero de Primaria para que no llevaran a sus hijos: un miembro del grupo, que el viernes pasado acudi¨® a clase, tuvo contacto directo con un caso positivo y est¨¢ a la espera de hacer PCR y de los resultados. Entre tanto, seg¨²n explica un miembro del AMPA, el centro aplic¨® el protocolo dictado por la Consejer¨ªa de Sanidad y decidi¨® poner a esos alumnos en cuarentena. El director comunic¨® a esas familias que los alumnos de esa clase est¨¢n "confinamiento preventivo" y que el colegio coopera con las autoridades sanitarias espa?olas para saber cu¨¢ndo y c¨®mo podr¨¢n reincorporarse. / MIGUEL CANT?N
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