Inyecci¨®n de capital para investigar el coronavirus
La Fundaci¨®n Mutua Madrile?a aument¨® los fondos destinados a las personas m¨¢s necesitadas y compr¨® material para los sanitarios y los mayores
Los tel¨¦fonos de la Fundaci¨®n Mutua Madrile?a no dejaron de sonar desde que se decret¨® el estado de alarma a mediados de marzo. Esta organizaci¨®n con 18 a?os de historia se convirti¨® en el paraguas de decenas de organizaciones no gubernamentales, de residencias de mayores y hasta de sanitarios en una ¨¦poca en la que conseguir una simple mascarilla resultaba una misi¨®n imposible. Eso s¨ª, fiel a su trayectoria, sus responsables vieron que no pod¨ªa dejar de lado una de las cuatro patas sobre las que asienta su labor social: la investigaci¨®n. Por ello, pusieron en marcha una convocatoria para luchar contra las contradicciones que hubo y que todav¨ªa persisten alrededor de la covid-19.
Uno de los que m¨¢s sufri¨® los embates de las llamadas continuas durante la pandemia fue el director general de la fundaci¨®n, Lorenzo Cooklin D¨ªaz (Madrid, 56 a?os), un periodista que tambi¨¦n es director de Comunicaci¨®n, Identidad Corporativa y Responsabilidad Social Corporativa del Grupo Mutua Madrile?a. Casado y con cuatro hijos, su jornada comenzaba a las ocho de la ma?ana y terminaba a las nueve de la noche, con tan solo 20 minutos para comer. ¡°Fue brutal el volumen de llamadas y de trabajo que tuvimos esos d¨ªas, pero era l¨®gico. Las personas que nos llamaban ten¨ªan necesidades y sab¨ªan que nosotros pod¨ªamos ayudarles. Toda la organizaci¨®n se volc¨®¡±, reconoce el directivo. De hecho, a la convocatoria anual para ayudas a ONG dotado con dos millones de euros concurren m¨¢s de 450 colectivos. De ah¨ª, la fama de que goza en el sector, seg¨²n Cooklin.
Una de las primeras Administraciones que les llam¨® fue el Ayuntamiento de Madrid para el que adquirieron 70.000 mascarillas y material de protecci¨®n procedente de China y 21.000 test de diagn¨®stico r¨¢pido para el Samur-Protecci¨®n Civil. Despu¨¦s, atendieron la llamada del Foro de Empresas por Madrid y financiaron con 70.000 euros un estudio que inici¨® de manera inmediata el Instituto de Investigaci¨®n del hospital La Paz, dirigido por el doctor Eduardo L¨®pez Collado. Su objetivo era establecer criterios de clasificaci¨®n de los enfermos de la covid-19 en el momento de llegar al centro sanitario.
¡°Aquellos d¨ªas los recuerdo con un enorme desasosiego por las im¨¢genes que ve¨ªamos en los medios de comunicaci¨®n que reflejaban que la pandemia no era tan grave, como los aplausos o la solidaridad entre los vecinos. Pero detr¨¢s de las cifras tan fr¨ªas de contagiados y de muertos, sab¨ªa por mis relaciones familiares y mis amistades en el ¨¢mbito m¨¦dico que era un aut¨¦ntico drama¡±, recuerda el director de la fundaci¨®n.
Para aportar su granito de arena, los responsables de la organizaci¨®n decidieron sacar una convocatoria extraordinaria de ayudas a la investigaci¨®n m¨¦dica, que se sumar¨ªan al mill¨®n de euros que reparten para este fin todos los a?os. Era necesario inyectar capital a los cient¨ªficos espa?oles. Dos de los tres proyectos financiados se quedaron en la regi¨®n. El primero, coordinado por el jefe de la unidad de enfermedades infecciosas del hospital 12 de Octubre, el doctor Jos¨¦ Mar¨ªa Aguado, busca determinar el alcance y la duraci¨®n de la inmunidad adquirida por los pacientes de coronavirus. El otro, en el que participan el hospital La Paz y el Centro de Transfusiones de la Comunidad de Madrid -junto con organismos vascos y valencianos-, quiere crear un banco nacional de terapia celular (linfocitos) de pacientes donantes que han superado la enfermedad.
La situaci¨®n de personas necesitadas se fue agravando conforme avanzaba el estado de alarma. Cada vez hab¨ªa m¨¢s personas dentro de un expediente de regulaci¨®n temporal de empleo (ERTE) o aut¨®nomos que se hab¨ªan quedado sin clientes y, por tanto, sin ingresos. La Fundaci¨®n Mutua Madrile?a decidi¨® sacar una convocatoria especial de ayudas por un montante de 300.000 euros, del que se beneficiaron 22 iniciativas, en su mayor¨ªa de la Comunidad de Madrid. Entre ellos, el albergue de San Juan de Dios, C¨¢ritas, Banco de Alimentos, C¨¢ritas Diocesana de Getafe y la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR), entre otros. Unos 20.000 madrile?os se beneficiaron de estas iniciativas.
Con ese dinero, se compraron alimentos; bienes de primera necesidad, como productos de higiene personal, o se contrat¨® personal ante la falta de voluntarios. Todo ello destinado a personas sin hogar y a familias en situaci¨®n vulnerables. Tambi¨¦n se adquiri¨® material de protecci¨®n contra el covid-19.
¡°Todo ello lo pudimos hacer en un tiempo r¨¦cord, como lo requer¨ªa la situaci¨®n, porque ten¨ªamos el m¨²sculo, el nervio y los brazos necesarios para hacerlo. Adjudicamos todo en d¨ªas para evitar que unos salieran beneficiados en perjuicio de otros. Las asociaciones tuvieron su dinero casi de un d¨ªa para otro, lo que tambi¨¦n cre¨® que la plantilla de Mutua estuviera muy motivada¡±, recuerda con orgullo Cooklin. Su tel¨¦fono m¨®vil recibi¨® esos d¨ªas muchas im¨¢genes de profesionales de sanitarios y de auxiliares que se proteg¨ªan con los equipos facilitados por la fundaci¨®n. El 17% de los 1.500 empleados del grupo (unos 250) son voluntarios de la fundaci¨®n.
Los que s¨ª tuvieron que quedar aparcados fueron los otros dos puntales sobre los que se asienta la labor de la Fundaci¨®n Mutua Madrile?a: La parte de difusi¨®n cultural -con conciertos en la sede de la aseguradora y las visitas guiadas a museos y exposiciones, entre otras- y los programas de seguridad vial para j¨®venes de 18 a 25 a?os. El cierre de toda actividad fuera de los domicilios hac¨ªa imposible cualquier acto.
Ya fuera de la fundaci¨®n, el Grupo Mutua Madrile?a tambi¨¦n tuvo iniciativas para luchar contra los efectos de la covid, como destinar 20 millones de euros para pagar a 1.700 pymes y aut¨®nomos proveedores, disponer de otros 25 para ayudar a pagar el seguro de autom¨®vil o moto a sus mutualistas que fueran despedidos o se quedaran sin actividad, en el caso de los aut¨®nomos o prorrogar dos meses la p¨®liza a los asegurados que no dieron ning¨²n parte durante el estado de alarma, entre otras.
Tabletas para los mayores y centros de menores
Mayores en habitaciones solos, completamente aislados y sin poder comunicarse con sus familiares o amigos. Ese es el panorama que sufrieron bastantes ancianos en residencias de la tercera edad de toda la regi¨®n. Para acabar con esa tristeza, la Fundaci¨®n Mutua Madrile?a reparti¨® en 156 geri¨¢tricos 1.100 tabletas a trav¨¦s de entidades como C¨¢ritas o Mensajeros de la Paz. ¡°Acudimos a residencias en las que los mayores ten¨ªan una econom¨ªa y una situaci¨®n peores que el resto¡±, reconoce el director general, Lorenzo Cooklin.
Otras 600 tabletas se donaron a centros de protecci¨®n de menores de la Comunidad de Madrid para que los j¨®venes pudieran asistir a sus clases en l¨ªnea y comunicarse con sus profesores. ¡°El departamento comercial contact¨® con varias entidades comerciales y consiguieron comprarlas en un tiempo r¨¦cord y a un precio razonable. Despu¨¦s se distribuyeron tambi¨¦n muy r¨¢pidamente¡±, a?ade Cooklin.
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