Las 10 de¡ Jorge Drexler
Pudo triunfar como m¨¦dico. Por suerte, se dej¨® engatusar por las musas. Ahora los seducidos, desde que Sabina le convenci¨® para que se mudara, somos todos nosotros
Despu¨¦s de 25 entregas, esta serie de sugerencias sonoras en forma de dec¨¢logos llega a su fin. Y qu¨¦ mejor que aplicarse las ense?anzas difundidas por este trovador uruguayo: amemos la trama m¨¢s que el desenlace. El propio periplo vital de nuestro ¨²ltimo protagonista, eminente otorrino que alternaba martillos, yunques y estribos con los barecitos de cantautores, tiene algo de novelesco. Habr¨¢ que agradecerle siempre a Sabina su capacidad de persuasi¨®n, aunque tampoco es que Jorge Drexler tardase en aceptar aquella sugerencia de hacer las maletas.
¡®Dos colores: blanco y negro¡¯
(De Vaiv¨¦n, 1996)
El debut espa?ol incluye esta lectura del tema que Drexler hab¨ªa escrito ex profeso para En blanco y negro, aquella gira conjunta de V¨ªctor Manuel y Pablo Milan¨¦s. Aquello, m¨¢s que un encargo, era una graduaci¨®n: Jorge se equiparaba en el repertorio con Joaqu¨ªn Sabina, que rubricaba En blanco y negro, y Pedro Guerra, autor de Im¨¢genes en blanco y negro.
¡®Raquel¡¯
(De Sea, 2001)
Uno de los raros ejemplos de composici¨®n a cuatro manos, ya que la m¨²sica es obra de David Broza. La versi¨®n del cantautor israel¨ª es, de hecho, bastante m¨¢s c¨¦lebre, ya que serv¨ªa como sinton¨ªa para Raquel busca su sitio. ?Recuerdan qu¨¦ joven actriz de 25 a?os se dio a conocer como protagonista en aquella serie de TVE? Leonor Watling, en efecto; a?os despu¨¦s, pareja de Drexler y madre de sus dos hijos, Luca y Leah. Qu¨¦ cosas.
¡®Vals de Violeta¡¯
(Ana Bel¨¦n. Banda sonora de Antigua vida m¨ªa, 2001)
Un regalazo confeccionado a la medida de su siempre admirada Pilar Cuesta, coprotagonista junto a Cecilia Roth de este no muy recordado largometraje del argentino H¨¦ctor Olivera. La canci¨®n es bell¨ªsima, pero tambi¨¦n ha ca¨ªdo en el olvido; quiz¨¢ porque aborda con crudeza (¡°los lentes oscuros apenas pod¨ªan tapar / las marcas que dej¨® quien m¨¢s quer¨ªas¡±) el tema medular del filme, la violencia de g¨¦nero.
¡®Todo se transforma¡¯
(De Eco, 2004)
Su canci¨®n m¨¢s popular, la del espaldarazo definitivo. Una de las cuatro o cinco m¨¢s brillantes, porque solo ¨¦l podr¨ªa encontrar inspiraci¨®n musical en la ley de conservaci¨®n de la masa y la energ¨ªa (¡°Nada se crea, nada se destruye, todo se transforma¡±). Y gloriosa luna de miel para el romance del cantor con la ciencia, ¡°esa generadora de ciudadan¨ªa¡±. La f¨ªsica o la astronom¨ªa tambi¨¦n alientan en este mismo ¨¢lbum los versos de Eco, Deseo o Polvo de estrellas. Sin duda, el mejor cantautor posible para unas charlas en el CSIC.
¡®Al otro lado del r¨ªo¡¯
(Banda sonora de Diarios de motocicleta, 2004)
No es su mejor composici¨®n, pero s¨ª la m¨¢s hist¨®rica. La concibi¨® a instancias del brasile?o Walter Salles para una pel¨ªcula sobre el joven Che Guevara, y su mera nominaci¨®n para el ?scar ya parec¨ªa inconcebible. Nadie en Hollywood sab¨ªa qui¨¦n era ese tal Drexler, as¨ª que la Academia oblig¨® a que en la gala la interpretaran dos latinos m¨¢s reconocibles, Antonio Banderas y el guitarrista Carlos Santana. El desenlace es c¨¦lebre: Jorge se impone contra todo pron¨®stico (entre los candidatos figuraba, por ejemplo, Andrew Lloyd Weber) y dedica su discurso de agradecimiento a¡ cantar a capela. Justo lo que le hab¨ªan impedido.
¡®La vida es m¨¢s compleja de lo que parece¡¯
(De 12 segundos de oscuridad, 2006)
Un disco inmenso todo ¨¦l, autobiogr¨¢fico y de sinceridad desgarradora. La cr¨®nica detallada del dolor ante una ruptura no vislumbrada (con la cantante Ana Laan) y la fascinaci¨®n en torno a quien acabar¨¢ convirti¨¦ndose en su nueva pareja. Las nueve palabras de este t¨ªtulo, concebido durante un trayecto en taxi, sirven como resumen preclaro para tantos meses de tormento interior.
¡®Fractura de escafoides tarsiano derecho¡¯
(De Cara B, 2008)
Drexler se escalabra el tobillo a la salida de un concierto en Bilbao, en mayo de 2007, y aprovecha la historia cl¨ªnica en su literalidad, de la primera l¨ªnea a la ¨²ltima, para construir una canci¨®n. Recitada casi siempre, pero con melod¨ªa a la altura del juicio diagn¨®stico y del tratamiento con eparina. Una ocurrencia disparatada. O, dicho con otras palabras, una genialidad.
¡®Toque de queda¡¯
(De Amar la trama, 2010)
La noche que escribi¨® este oscuro prodigio a lo Tom Waits (marlanguiano, inevitablemente), el 24 de julio de 2009 en Sep¨²lveda (Segovia), poco pod¨ªa sospechar el firmante cu¨¢ntas veces acabar¨ªamos pronunciando esa expresi¨®n militar que le da t¨ªtulo. A medias con la Watling, que canta con voz casi m¨¢s grave que ¨¦l. Y con fascinante instrumentaci¨®n de trompeta, marimbas y serrucho.
¡®Bolivia¡¯
(De Bailar en la cueva, 2014)
Su disco m¨¢s r¨ªtmico, tribal, enraizado y orgullosamente latinoamericano incluye este homenaje abrumador al ¨²nico pa¨ªs que se ofreci¨® a acoger a refugiados que escapaban del horror nazi en Alemania; entre ellos, los abuelos de Drexler y su pap¨¢, entonces con cuatro a?os. Jorge le confi¨® esta historia a Caetano Veloso durante una cena en Bogot¨¢ y su ¨ªdolo accedi¨® a aportar las segundas voces. Moreno Veloso, hijo de Caetano, las remiti¨® por correo electr¨®nico junto al siguiente mensaje: ¡°Gostei muito da sua cumbia tropicalista¡±.
¡®Silencio¡¯
(De Salvavidas de hielo, 2017)
El creador de Guitarra y vos quer¨ªa testimoniar su amor eterno hacia esa f¨¢brica de sue?os con seis cuerdas. Materializ¨® ese anhelo grabando todo un disco en que hasta la ¨²ltima nota que escuchamos, aunque no lo parezca, proviene de su colecci¨®n de guitarras. Silencio da valor al espacio en blanco en este mundo de terabytes de ruido retuiteados hasta el infinito. Y es la mejor y casi lorquiana manera para poner el punto final. Ssshhh.
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