Los postes de la luz de la discordia en la Ca?ada Real
Los problemas ocasionados por las plantaciones de marihuana en el sector seis acaban afectando tambi¨¦n al cinco, donde los vecinos sufren asimismo los apagones y el fr¨ªo
El conductor aminora la marcha, baja el cristal de la ventanilla y vocifera volante en mano mientras toma la curva: ¡°?A ver si nos tra¨¦is ya la luz de una puta vez!¡±. Los dos empleados de una subcontrata de la compa?¨ªa el¨¦ctrica Naturgy siguen a lo suyo. Ni se inmutan ni se dan por aludidos. Lo suyo es colocar unas chapas que impidan escalar y llevar a cabo manipulaciones en una torreta de las que dan servicio el¨¦ctrico al sector cinco de la Ca?ada Real Galiana. ¡°Hacemos lo que nos mandan¡±, reconoce uno de ellos mientras aprieta unos remaches, ayudado por su compa?ero. El malestar crece entre los vecinos despu¨¦s de semanas sin apenas suministro en buena parte del que est¨¢ considerado como mayor asentamiento irregular de Europa. Una pandilla de ni?os en bicicleta pasa a continuaci¨®n y la demanda se repite a gritos: ¡°?La luz, queremos la luz!¡±.
Las autoridades y la empresa vinculan las plantaciones de marihuana de la Ca?ada con las subidas de tensi¨®n que provocan que los vecinos, que viven enganchados al no disponer de viviendas legales, se queden sin suministro. Pero fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n confirman que todos los puntos de cultivo de esa droga desmantelados por la Polic¨ªa Nacional se hallaban en el sector seis y ninguno en el sector cinco, que desde el 17 de noviembre sufre tambi¨¦n en gran medida la falta de luz que mantiene a oscuras al seis, en negro desde principios de octubre.
¡°Nuestra sorpresa fue que dejamos de tener luz y se empieza a vender en los medios que tenemos tambi¨¦n un problema de plantaciones, cuando hace un mes no lo ten¨ªamos¡±, se queja ?ngel Garc¨ªa S¨¢nchez, presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos del sector Cinco. Est¨¢ algo mejor urbanizado y con viviendas menos precarias que el seis. Hay incluso algunos chal¨¦s en la parte alta que pintan de enorme contraste la realidad, pues por uno de los callejones se accede a un asentamiento chabolista surgido en los ¨²ltimos tres a?os que no deja de crecer.
Los vecinos del sector cinco se?alan como responsables de la falta de luz a Naturgy, que ha instalado un nuevo reconectador autom¨¢tico en las torres, y al Comisionado, que seg¨²n ellos no acepta como soluci¨®n provisional la instalaci¨®n de grupos electr¨®genos. La asociaci¨®n de ?ngel Garc¨ªa vincula el problema a ese nuevo ¡°aparatito sospechoso¡±. Fuentes pr¨®ximas al conflicto confirman que en efecto se ha instalado, pero desmienten que limite la potencia, aunque s¨ª sirve para restablecer el suministro de forma no presencial cuando se cae. ¡°O me demuestras que en estos d¨ªas hay plantaciones o algo raro ha pasado¡±, a?ade Garc¨ªa. Su asociaci¨®n y la otra del sector cinco, la Alshorok, han enviado al Comisionado un informe en el que denuncian la situaci¨®n. Plantean varias soluciones como anular el reconectador o traer la luz desde Rivas Vaciamadrid, cuyos primeros edificios se ven apenas a un centenar de metros. Ese informe ya est¨¢ en manos del Comisionado regional de la Ca?ada y su contenido ha llegado tambi¨¦n a Naturgy. ¡°De manera premeditada han limitado el servicio para dejarnos sin luz, enga?ar a la opini¨®n p¨²blica y sacar el tema de la marihuana¡±, sentencia ?ngel Garc¨ªa.
¡°O me demuestras que en estos d¨ªas hay plantaciones o algo raro ha pasado¡±
Donde s¨ª hay es en el sector seis. Las hogueras y el ruido de los generadores anuncian la llegada de la noche, heladora estos d¨ªas en Madrid. Un grupo de una decena de chavales se calientan y conversan en torno a una fogata junto al cruce de la mezquita. La oscuridad se ti?e del color anaranjado del fuego, que emerge delante de muchas de las casas. Sufian se lamenta junto a otros j¨®venes de las semanas sin suministro y, sin esconder cierto hast¨ªo, desconf¨ªa de los reporteros antes de abrirse a conversar. ¡°Nosotros somos del partido que traiga la luz¡±, afirma. Este joven de 20 a?os, curiosidades del destino, estudia FP en un instituto del barrio vallecano de Palomeras para convertirse en electricista. Entre bromas, uno de sus colegas lamenta que lo que ellos est¨¢n viviendo, estos dos meses sin electricidad, ser¨ªa impensable en una zona de viviendas exclusivas como La Moraleja. ¡°Estamos llenando la Ca?ada de CO?¡±, a?ade entre risas mientras avivan con un tablero la humareda en lo que, entre bromas, supone un desaf¨ªo a la conciencia ecologista. De poco sirven las advertencias ante lo excesivamente animado de las llamas: ¡°Que tenga el fuego miedo de nosotros¡±.
Entre los compromisos adquiridos por las tres Administraciones en 2017 con la firma del Pacto Regional por la Ca?ada Real se encuentra el de garantizar un adecuado suministro el¨¦ctrico, para lo que se puso en marcha un plan de rehabilitaci¨®n de las instalaciones. Los vecinos insisten en que ese pacto no solo no se est¨¢ cumpliendo, sino que el problema actual de tantos d¨ªas de falta de electricidad no se hab¨ªa dado nunca. El sector cinco y el seis acogen a m¨¢s de la mitad de los aproximadamente 7.500 habitantes de la Ca?ada, de los que en torno a un tercio son menores. Estas eran las cifras oficiales de 2017. Todos asumen que ahora son m¨¢s. Las reuniones se suceden para tratar de buscar una soluci¨®n. Ayer fue la ¨²ltima y estuvieron presentes autoridades municipales, regionales y nacionales, adem¨¢s de representantes de Naturgy.
¡°Ante el problema que ocasionan los enganches ilegales, solo hay una lectura posible: la actuaci¨®n de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado¡±
Tras esta cita, fuentes del Comisionado de la Ca?ada Real de la Comunidad de Madrid aseguran que ¡°ya se est¨¢n barajando soluciones a corto plazo¡±. ¡°Ante el problema que ocasionan los enganches ilegales, solo hay una lectura posible: la actuaci¨®n de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado¡±, explica un portavoz. Por eso dan a entender que todo pasa por una sola v¨ªa: entrar de nuevo y desmantelar. Acabar con las mafias y la proliferaci¨®n de las plantaciones de marihuana, que no dejan de proliferar. Ahora mismo, denuncian, los agentes limpian un sitio, y pronto hay cultivos en otro. El problema est¨¢ llevando al l¨ªmite a los vecinos que est¨¢n al margen de la droga.
Ah¨ª es donde el Comisionado quiere poner el foco. ¡°No han cortado la luz. El servicio no lo han dejado de ofrecer y esto les est¨¢ costando dinero¡±, insisten. El mi¨¦rcoles por la tarde dos representantes de la asociaci¨®n vecinal Alshorok, del sector cinco, admitieron que, a veces, en momentos puntuales, la luz se enciende. Pero los plomos cada vez saltan antes. Y la oscuridad y el fr¨ªo asolan a una poblaci¨®n que cada vez se calienta m¨¢s cuando intuyen que los visitantes buscan hablar de la marihuana, de las drogas, de los que no pagan e incluso de los que tienen un Porsche, como recientemente apareci¨® en unas im¨¢genes de televisi¨®n. Eso, si existe, forma parte de una minor¨ªa, lamentan los vecinos. Una minor¨ªa con la que no se quieren meter porque temen sus represalias y a la que no apoyan. Cu¨¢ntos son los que se encuentran a un lado u otro de la barrera que les separa, es dif¨ªcil de cuantificar. Pero lo m¨¢s repetido en las calles es que pagan justos por pecadores.
La pregunta m¨¢s acuciante ahora no puede ser otra. ?C¨®mo va el plan de realojo de las familias? El pacto de la Ca?ada Real estim¨® que 150 familias ser¨ªan realojadas en viviendas sociales, algo que estaba previsto hacer a lo largo de 2020. Pero la situaci¨®n no ha mejorado e incluso en el sector cinco las chabolas se han triplicado en un descampado. En 2017 llegaron 15 familias. Ahora hay m¨¢s de 55. ¡°Se han invertido 18 millones de euros en vivienda, nueve los ha aportado la Comunidad y nueve, el Ayuntamiento¡±, aseguran fuentes del Comisionado. ¡°No te puedo decir exactamente c¨®mo va el plan de realojo, porque el compromiso es muy relativo, pero s¨ª m¨¢s de la mitad¡±, insisten. Hay datos que s¨ª quieren aportar: el de los que se han negado a marcharse. ¡°Hay 15 familias a las que se les ha asignado una vivienda y no han querido irse por diferentes motivos. Porque est¨¢n muy lejos de sus familiares o simplemente no les gusta¡±.
"?D¨®nde est¨¢ la hoja de ruta? Yo lo que veo es inacci¨®n"
Esa mala vida ha provocado consecuencias nefastas para todos los vecinos, incluidos los del sector cinco, que reconocen que les salpica.
El alcalde de Rivas Vaciamadrid, Pedro del Cura (IU), lo vive en sus propias carnes y denuncia ¡°la inacci¨®n¡± de las fuerzas pol¨ªticas. Esa es la ¨²nica raz¨®n, seg¨²n explica, por la que ahora mismo hay m¨¢s droga y m¨¢s delincuencia en sus calles. ¡°Lo que pasa en el sector seis acaba afectando al cinco¡±, analiza, justo donde la Ca?ada Real linda con su municipio. ¡°La situaci¨®n de ahora es indignante¡±. Ni?os de la Ca?ada Real est¨¢n matriculados en centros escolares de su localidad y, asegura, no puede mirar hacia otro lado. ¡°Hemos hablado con las Ampa y los directores de esos colegios, y por eso hemos puesto a disposici¨®n de estos menores un pabell¨®n para que puedan ducharse con agua caliente y puedan cargar sus dispositivos¡±.
?Eso soluciona el problema? No. Pero lo aten¨²a. ¡°Hay que ser realistas. Para que las fuerzas de seguridad del Estado entren a desmantelar las plantaciones de marihuana se necesita una autorizaci¨®n de un juez y eso no va tan r¨¢pido. Los vecinos son los primeros colaboradores y, cuando saben que se alquilan zonas para hacer micro plantaciones, llaman a la polic¨ªa¡±, asegura. Por eso hay que mirar la situaci¨®n de esos vecinos, asegura, como la de una situaci¨®n de emergencia. ¡°Viven en unas condiciones que requiere de una soluci¨®n habitacional cuanto antes. Durante el anterior mandato del Ayuntamiento de Madrid [de Manuela Carmena] todas las viviendas que se compraron se ocuparon. Ahora no se sabe nada. ?D¨®nde est¨¢ la hoja de ruta? Yo lo que veo es inacci¨®n¡±.
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