El para¨ªso infantil que se esconde en la primera planta
Tiny Cottons es una tienda de ropa, juguetes y actividades para ni?os, pero tambi¨¦n para sus padres. En pandemia han reinventado el modelo de negocio y han decidido mudarse a un bloque de pisos
Hay dos reyes en Castell¨®, 34. El primero es el algod¨®n. Un algod¨®n popular, porque es suave, confortable y amoroso, que dir¨ªan las madres, que impregna camisetas, leggings o las flamantes colchas de la l¨ªnea de hogar que acaban de llegar a Tiny Cottons, una tienda para gente peque?a que ha decidido darle una vuelta a su situaci¨®n tras la pandemia e instalarse en este amplio y laber¨ªntico piso del barrio de Salamanca. Los segundos reyes son ellos, los ni?os. Por eso Tiny, como se la conoce a secas, no solo tiene pantalones y camisetas, sino que tras un largo pasillo esconde un para¨ªso de libros, juguetes y juegos, adem¨¢s de una gran terraza donde organizan fiestas, eventos, lecturas... que ahora, en plena pandemia, tiene su actividad algo m¨¢s parada.
Alicia Mage, 37 a?os, es, oficialmente, responsable de comunicaci¨®n y eventos de Tiny Cottons. ¡°Pero ahora mismo, m¨¢s bien multitarea. Dale rienda suelta a tu imaginaci¨®n¡±, dice divertida y para definirse la ahora tambi¨¦n encargada de la tienda madrile?a (tambi¨¦n hay una gran sede en Barcelona), que cuenta a la perfecci¨®n un caso que, aunque quiz¨¢ es m¨¢s sonado aqu¨ª, es el de tantos otros negocios de Madrid. Con mucho m¨¢s comercio por Internet, las tiendas se han convertido en lugares testimoniales, pero a la vez imprescindibles para poder captar el producto y la esencia de quien lo vende. Peque?as embajadas selectas y definitivas.
En el caso de Tiny, el truco est¨¢ en la calidad. Todo se fabrica en Espa?a y Portugal y su algod¨®n es legendario en los corrillos de padres de parques y puertas de colegios. Aunque el precio es algo mayor que el de las grandes cadenas, las prendas duran, aguantan chocolate, ca¨ªdas, l¨¢grimas y a hermanos peque?os. Pasan de generaci¨®n en generaci¨®n. Aqu¨ª el patr¨®n de compra es claro: los clientes vienen un par de veces al a?o, compran cinco o seis prendas y aguantan con ella toda la temporada.
De hecho, hay una demostraci¨®n evidente de esa famosa calidad: hay todo un mercado sumergido de segunda mano. Son conscientes de ello, y hasta lo dicen con cierto orgullo, porque demuestra ¡°comodidad y atemporalidad¡±, explican.
Los regalos son otra de las bases de Tiny, con nuevas generaciones cansadas de prendas que aguantan dos d¨ªas, de puntillas y capotitas imposibles. Y las redes sociales se convierten en sus aliadas. ¡°Esto junta a tres generaciones: abuelas que vienen por la calidad, padres, por el dise?o y ni?os, por la comodidad¡±. La gracia es que los ni?os toman autonom¨ªa y deciden solos. Tanto gustan sus dise?os de lunares, animales, colores y texturas apetecibles... que hace un tiempo incorporaron una l¨ªnea para mayores, de camisetas, jerseys, chaquetas... de las tallas 36 a 42 para quienes gustan ir vestidos igual que sus hijos, sobrinos o incluso nietos. Pero tambi¨¦n han crecido estos d¨ªas con una flamante l¨ªnea de ropa de hogar.
Pero para grandes y chicos las delicias las hace su jugueter¨ªa. Maderas, telas, p¨®sters con toques vintage, libros venidos de todas partes del mundo... Un para¨ªso para quienes quieren ir m¨¢s all¨¢ de los juguetes de pl¨¢stico que se multiplican por doquier en estas fechas. Junto al espacio de los juegos hay una inmensa terraza donde, aunque no estos d¨ªas, habr¨¢ eventos, lecturas de cuentacuentos y talleres de papiroflexia, cocina... que ahora ser¨¢n online. Nada de actividades navide?as este a?o: por ahora, han creado unas tarjetas para escribir la carta Sus Majestades. Todav¨ªa no saben si alguno de sus pajes podr¨¢ ir para recibir a los ni?os y que las entreguen en persona.
Todo es incierto en pandemia, pero a ellos el confinamiento les hizo reflexionar. Tuvieron que permanecer cerrados, manteniendo solo la venta por internet, que se convirti¨® en un canal fundamental, y en el que los leggings hicieron furor. ¡°Solo se compraban leggings y ch¨¢ndals. ?Solo eso!¡±, recuerda a¨²n con sorpresa Mage. Fundada hace ocho a?os en Barcelona, la tienda de Madrid ha evolucionado especialmente al hilo de la pandemia.
Por eso han dado con un par de claves que les han ayudado a la reinvenci¨®n. ¡°Aqu¨ª se toca todo, se leen los libros, se juega con los juguetes. Los padres est¨¢n felices porque los ni?os se ponen a pintar...¡±, relata Alicia Mage sobre lo que supone una tienda infantil en pandemia. Por eso, la primera decisi¨®n ha sido hacer perenne su outlet, esas prendas y objetos de rebaja para las que antes organizaban una venta especial de tres d¨ªas, y que ahora ser¨ªa imposible por la afluencia de p¨²blico.
Esa afluencia ha sido lo que tambi¨¦n les ha hecho cambiar de ubicaci¨®n. Tras pasar por el callej¨®n de Jorge Juan y por un gran local con escaparate en Lagasca, 36, llegan ahora a este amplio piso en Castell¨®, 34. M¨¢s metros, una distribuci¨®n m¨¢s organizada por salas... pero sin salida visual a la calle. Con el boom definitivo de la compra online, necesitaban ¡°espacio¡±, pero un lugar concreto. ¡°Aqu¨ª quien viene compra, ha venido porque quer¨ªa ver algo concreto¡±, reconoce la responsable. ¡°El cliente casi siempre est¨¢ solo¡±, reconoce, algo que da sensaci¨®n de seguridad. A lo largo de la ma?ana s¨ª es cierto que hay flujo constante de personas, pero apenas se cruzan. Eso tambi¨¦n les ayuda a conocer mejor al cliente, que, afirma Mage, ¡°es muy fiel: repite, regala, da a conocer¡±. Mientras que la de Barcelona es una tienda tur¨ªstica (¡±los turistas asi¨¢ticos arrasaban), la de Madrid era para clientes m¨¢s fieles. Y ese escaparate ha decidido cambiar a algo m¨¢s ¨ªntimo y c¨®modo, lo que ahora se llama un ¡°concept apartment¡±.
¡°Tenemos mucha competencia¡±, reconoce Mage, ¡°por lo que esto ha sido un proceso largo de diferenciaci¨®n. Pero nos pone las pilas¡±. La inmediatez y el cambio generacional tambi¨¦n han sido claves. Ellas lo miran todo con una sonrisa, con una mirada de ni?os. ¡°A la gente le gusta la experiencia de llegar aqu¨ª y encontrarse todo esto ?Es m¨¢s secreto!¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.