Eva, la ni?a de cinco a?os que escribi¨® un cuento contra los abusos sexuales
Uno de cada cinco menores sufre violencia sexual, seg¨²n el Consejo de Europa, que tambi¨¦n estima que uno de cada tres jam¨¢s lo contar¨¢ a nadie
Fue en un lugar conocido y lo hizo un conocido, como ocurre entre el 70% y el 85% de las ocasiones. Lo que no ocurri¨® fue el silencio, que es tambi¨¦n lo que pasa la mayor¨ªa de las veces. Eva tiene cinco a?os y sufri¨® abusos sexuales este verano. Su familia no lo escondi¨® ni huy¨® de lo sucedido. Hablaron. Denunciaron. Y aquel instante, que frecuentemente acaba convertido en secreto y vestido de verg¨¹enza, se convirti¨® en un cuento, Tu cuerpo es tuyo, el mensaje de Eva. Despu¨¦s, en un proyecto ben¨¦fico que ayudara a otras ni?as y ni?os y a sus familias a reconocer, entender y visibilizar el problema con un crowfunding en marcha para lograr una tirada de 3.000 ejemplares que poder repartir en entornos en los que los menores tienen m¨¢s riesgo de sufrir abusos o agresiones.
En Europa, uno de cada cinco es v¨ªctima de violencia sexual ¡ªesto incluye los tocamientos, la violaci¨®n, el acoso sexual, el estupro, el exhibicionismo, la explotaci¨®n en la prostituci¨®n y la pornograf¨ªa, la violencia sexual en l¨ªnea y el chantaje sexual¡ª, seg¨²n la estimaci¨®n del Consejo de Europa. La organizaci¨®n tambi¨¦n calcula que uno de cada tres jam¨¢s lo contar¨¢ a nadie e insta a los adultos a romper el mutismo en torno a este tema. Los padres de Eva no lo dudaron. ¡°Vivimos en una especie de tab¨² permanente. Se silencia. Y si lo denuncias se dice ¡°bueno, pero esto no sale de aqu¨ª¡±, as¨ª se normaliza y se perpet¨²a¡±, cuenta al tel¨¦fono Helena Torija, la madre.
De lo que estaba ocurriendo se dio cuenta V¨ªctor, el padre. ¡°Cuando lleg¨®, mi hija, en su lenguaje de cinco a?os, le dijo que menos mal, porque no pod¨ªa cont¨¢rselo porque era un secreto¡±, dice Torija. ¡°Cuando alguien de cuatro veces tu tama?o te dice que algo es un secreto¡ El poder que tiene es enorme y la capacidad de hacer da?o tambi¨¦n¡±. Para que aquello no se convirtiese en uno, para evitar que volviese a suceder y ¡°y dejar claro¡± que el ¨²nico responsable de un abuso es quien lo perpetra, Torija junto a Eva y otra de sus hijas, Julia, se pusieron a escribir: ¡°El cuento tiene la capacidad de entrar a la parte m¨¢s inconsciente, de forma suave, y ayuda a colocar cosas¡±. Despu¨¦s, entre todos, Torija, su marido y los cuatro hijos que tienen, lo ilustraron.
Una violencia creciente
Ella, fisioterapeuta en un hospital de Madrid, integrante de la Comisi¨®n de Violencia de ese centro y miembro de un grupo de crianza en su barrio, era consciente de que los hechos eran el resultado de un problema m¨¢s grave y m¨¢s profundo ¡ªlas ¨²ltimas cifras de la Fundaci¨®n Anar reflejan un repunte en los abusos sexuales a menores respecto a 2018, del 3,8% al 4,8%¡ª, por eso, el cuento no es la historia de lo que pas¨®: ¡°Habla del cuerpo, de lo importante que es cuidarlo y que lo cuiden los dem¨¢s, de que c¨®mo nos acompa?a toda la vida. De que es algo que jam¨¢s se puede violentar y quien no entiende eso lo est¨¢ haciendo mal y hay que frenarlo¡±. El objetivo era barrer la verg¨¹enza: ¡°Quien ha de sentirla es el otro, no la v¨ªctima¡±. Aunque, a?ade con pesar, ¡°la sociedad va justo en el otro sentido¡±.
En 2019, 416 menores ¡ªel 98,1% chicos y el 1,9% chicas¡ª fueron condenados por delitos sexuales en sentencias firmes en Espa?a
Organizaciones nacionales e internacionales llevan a?os intentando visibilizar y poner en la agenda pol¨ªtica y social de forma sostenida un problema cuyas consecuencias a largo plazo en la salud y en la vida de quienes la sufren es dif¨ªcil de calcular y que depende, entre otras cuestiones, del apoyo emocional y psicol¨®gico que los menores encuentren en su entorno y las herramientas legales y de soporte de las instituciones. Esa violencia, adem¨¢s, est¨¢ creciendo, sobre todo entre los menores, contra ellos y ejercida por ellos. Como fue el caso de Eva.
Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, el pasado a?o 416 menores ¡ªel 98,1% chicos y el 1,9% chicas¡ª fueron condenados por delitos sexuales en sentencias firmes en Espa?a, un 28,8% m¨¢s respecto al a?o anterior. Un porcentaje de crecimiento que supone el doble que en los adultos, que fue del 11,4% con 2.708 condenados por esos mismos delitos. Del total, 245 fueron considerados como abuso y agresi¨®n sexual a menores de 16 a?os, 165 como abuso sexual y 60 como agresi¨®n sexual, seis de ellas violaciones. Y son ellas, mayoritariamente, las v¨ªctimas de estos delitos.
En Madrid, en 2018, se registraron 975 v¨ªctimas de delitos contra la libertad y la indemnidad sexual, 802 ni?as y 173 ni?os, seg¨²n las ¨²ltimas cifras de Infancia en datos, el portal estad¨ªstico del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Y no ha parado de subir desde 2011, cuando se registraron 458 v¨ªctimas. Cuando Torija se puso a bucear en esos n¨²meros se dio cuenta de no le sorprend¨ªan: ¡°Si rascas, casi cualquier mujer ha sido en alg¨²n momento de su vida violentada de alguna forma, y ha tenido la sensaci¨®n de ser peque?ita, de que si lo cuentas nadie te va a creer¡±.
Su percepci¨®n est¨¢ reflejada en otra estad¨ªstica, la ¨²ltima macroencuesta de violencia contra la mujer de la Delegaci¨®n de Gobierno contra la violencia de g¨¦nero, publicada en septiembre. Seg¨²n esos datos, un 3,4% del total de mujeres de 16 o m¨¢s a?os en Espa?a ha sufrido violencia sexual fuera del ¨¢mbito de la pareja antes de cumplir los 15 a?os de edad, y, estima el informe, ¡°extrapolando estas cifras a la poblaci¨®n, se estima que 703.925 mujeres de 16 o m¨¢s a?os¡± la sufrieron en la infancia (antes de cumplir los 15 a?os de edad); 3.778.356 mujeres si se habla de acoso.
¡°Levantar la alfombra¡±
Contra esto, dice Torija, ¡°quedan much¨ªsimas cosas por hacer a todos los niveles, solo hemos cambiado el barniz¡°. Mientras, sigue, ¡°tienes que saber c¨®mo defenderte, y si no puedes, saber reaccionar, contarlo. Si como sociedad no somos capaces todav¨ªa de hacer que esto no pase, s¨ª al menos que los ni?os puedan hablar de ello y que se nos quite a todos la venda, porque esto pasa, puede pasar, en cualquier sitio y a cualquiera¡±.
Ellos est¨¢n a¨²n a la espera de la declaraci¨®n de Eva en una de las c¨¢maras gesell con las que cuenta la Comunidad ¡ªun espacio que evita la confrontaci¨®n entre v¨ªctima y acusado y preconstituye la prueba, grabando la declaraci¨®n inicial, que servir¨¢ despu¨¦s en el juicio¡ª, tres meses despu¨¦s. Un retraso habitual que la pandemia ha acrecentado y que no solo ocurre en el ¨¢mbito judicial ¡ª¡±en el momento que la justicia no es r¨¢pida ya no es justicia¡±, lamenta Torija¡ª, tambi¨¦n en el asistencial.
El Centro especializado de Intervenci¨®n en abuso sexual infantil (CIASI) de la Comunidad de Madrid ten¨ªa, en febrero, 261 ni?os y ni?as en lista de espera. ¡°Y este centro no cuenta con asesor¨ªa jur¨ªdica, adem¨¢s, solo con atenci¨®n¡±, cuenta: ¡°Todo se convierte en un muro infranqueable¡±. Pero lo primero, concluye, es ¡°levantar la alfombra. Si se hiciese sin miedo, las cosas empezar¨ªan a cambiar¡±.
Una ley en marcha
En junio, el Consejo de Ministros aprob¨® el anteproyecto de ley de protecci¨®n integral de la infancia y la adolescencia frente a la violencia, que ahora est¨¢ en el Congreso y se espera que se apruebe el pr¨®ximo a?o. Esta nueva norma incluir¨¢ medidas en prevenci¨®n, detecci¨®n precoz, protecci¨®n y reparaci¨®n de las v¨ªctimas y, entre las novedades que tendr¨¢, estar¨¢ la ampliaci¨®n del plazo de prescripci¨®n de los delitos m¨¢s graves contra menores, entre ellos los abusos y agresiones sexuales, que comenzar¨¢ cuando la v¨ªctima tenga 30 a?os (ahora est¨¢ en 18). Y como la prescripci¨®n va de cinco a 15 a?os, el margen se dilatar¨¢ 12 a?os m¨¢s que los que rigen actualmente en los casos m¨¢s graves, ir¨¢ hasta los 45 a?os (ahora est¨¢ en 33).
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