Electrifiquen la Ca?ada
Miles de personas pasan el invierno y la Navidad en la Ca?ada Real Galiana sin calefacci¨®n o agua caliente
![Concentraci¨®n de vecinos de la Canada Real frente a la sede de la empresa Naturgy, protestando por el corte de electricidad en los sectores 5 y 6 del asentamiento irregular. La empresa cort¨® el suministro hace ya 93 d¨ªas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5ZXQHV24LNE33ILTLZMYI3POQY.jpg?auth=5e761d53a5f60418204b1adf1f475dfcdb75d784f01892ba8c03a00e742bc247&width=414)
![Sergio C. Fanjul](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F7a9aca29-6268-4989-a7e4-1536610495c4.png?auth=7050b87eef2ddac3948587d7c985e761f21b140c84083d72b7d2e1555ec73366&width=100&height=100&smart=true)
La primera vez que pis¨¦ la Ca?ada Real Galiana alucin¨¦ con los chaletacos guapos, los coches buenos, los enanitos de cer¨¢mica que correteaban inm¨®viles por los jardines. ?Pero no era este un sitio donde pululaban fantasmales toxic¨®manos y los ni?os pobres se enguarraban en los charcos? Tambi¨¦n, depende del sector. De hecho, un poco m¨¢s all¨¢ vi c¨®mo las excavadoras enviadas por la autoridad competente demolian casas precarias y, lo que era m¨¢s perverso, hend¨ªan las calles de tierra para averiar las alcantarillas. En muchas casas las aguas fecales volv¨ªan y desbordaban el inodoro, todo por orden de los gobernantes. Qu¨¦ asco.
Eso fue hace a?os, pero las violaciones de los Derechos Humanos m¨¢s elementales son tradicionales en la Ca?ada, como el chotis en la Puerta del Sol, a solo 14 kil¨®metros. Ahora hay miles de personas que llevan tres meses sin electricidad, es decir, sin calefacci¨®n, agua caliente, cocina, informaci¨®n o entretenimiento. Todo comenz¨® con los problemas asociados al prohibicionismo: hay cultivos de marihuana en la Ca?ada que chupan demasiada energ¨ªa y tiran el suministro. Pero tampoco parece haber voluntad institucional por deshacer el entuerto. Son 4.500 vecinos en la m¨¢s profunda precariedad energ¨¦tica, unos 1.800 ni?os que en su vida han plantado yerba.
Los buenos sentimientos navide?os tienen un l¨ªmite fuera del centro comercial: la realidad.
La Ca?ada, donde convive la miseria con los enanitos de jard¨ªn, se comenz¨® a levantar de manera informal en los a?os 70, igual que tantos barrios del sur de Madrid, al calor del ¨¦xodo rural, y que luego se fueron urbanizando. Entrev¨ªas, El Pozo, Palomeras, Orcasitas, por ejemplo. La Ca?ada se qued¨® en tierra de nadie, como un monumento al problema end¨¦mico de la vivienda en Espa?a, a aquellos tiempos de chabola precaria y asociaciones de vecinos. Ahora es el mayor asentamiento de este tipo en el pa¨ªs. Un prodigio del urbanismo oportunista. Un crisol de culturas. Un puzle social. Un cachondeo. Una patata caliente entre varios municipios a la que cuesta echarle el diente.
El Defensor del Pueblo ha denunciado la ¡°aporofobia¡± en la actitud de Ayuso al no abordar el asunto de la luz, y exigi¨® soluciones a Comunidad y Ayuntamiento. Aporofobia: el rechazo al pobre por ser pobre, como acu?¨® la fil¨®sofa Adela Cortina. Hace un fr¨ªo que pela este invierno, y adem¨¢s es Navidad, pero la empresa Naturgy no acaba de sacar a estas familias de este infierno g¨¦lido. Los buenos sentimientos navide?os tienen un l¨ªmite fuera del centro comercial: la realidad.
Vino Balakrishnan Rajagopal, un se?or de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU), para ver en directo qu¨¦ se coc¨ªa en la Ca?ada y le pareci¨® fatal: reclam¨® al gobierno que ¡°restablezca de inmediato¡± el suministro el¨¦ctrico en los sectores V y VI y que se deje de ¡°estigmatizar¡± a los habitantes de este lugar por los cultivos de marihuana. Vaya, que no paguen justos por pecadores. Yo a?adir¨ªa: que deje aquello de ser pecado.
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