Idiotas
Algunos pol¨ªticos consideran que es mejor callar, no advertir a tiempo, sobre pandemias o temporales no vaya a ser que los ciudadanos nos traumaticemos
Confieso que dentro del g¨¦nero humano, pertenezco al orden de los sorprendidos. Mi capacidad de sorprenderme es casi ilimitada lo que a veces me convierte en una persona bastante inocente a la que otros le cuelan bromas ante las que parpadeo y digo: ¡°No, no puede ser¡±. Y en ese estado de negaci¨®n vivo desde el s¨¢bado pasado, desde que me levant¨¦ a las siete de la ma?ana y vi que toda la terraza estaba cubierta por casi un metro de nieve y que segu¨ªa cayendo, segu¨ªa soplando, el viento formaba dunas blancas y de las tumbonas solo quedaba una sugerencia en forma de mont¨ªculo helado. Esa ma?ana, mirando por la ventana, pronunci¨¦ mi primer ¡°no puede ser¡± del d¨ªa. Y as¨ª de incr¨¦dula vivo desde entonces.
Vinieron luego las ruedas de prensa de Ayuso y Almeida, de ?balos y Marlaska. Vinieron los ¡°est¨¢bamos preparados desde hace d¨ªas para el temporal¡± o la exculpatoria ¡°se ha esparcido en Madrid el 30% de sal de un a?o normal en toda Espa?a¡±. Yo los ve¨ªa, los o¨ªa hablar y segu¨ªa diciendo ¡°no puede ser¡±. En Al Rojo Vivo, el Consejero de Transportes de la Comunidad, ?ngel Garrido, lleg¨® a decir: ¡°A veces no somos capaces de transmitir la realidad de lo que va a pasar por un exceso de no crear alarma¡±.
?Por un exceso de crear alarma?
Por miedo a asustar a la poblaci¨®n, dejamos que se quedasen atrapados en mitad de la M-30 durante horas sin comer, sin beber, en armazones de fr¨ªa chatarra en la que se convierten los coches cuando acaban en medio de ¡°la mayor nevada del siglo¡±. Por miedo a asustarnos, no dijeron que probablemente los supermercados iban a quedarse con las estanter¨ªas vac¨ªas despu¨¦s del temporal. Que MercaMadrid estar¨ªa cerrado. Por miedo a nuestro p¨¢nico, dejaron que el viernes las tiendas siguieran funcionando, que la gente siguiera cogiendo autobuses urbanos al salir de trabajar y que luego se quedasen varados, en medio de la ciudad, sin posibilidad de llegar a casa. O durmiendo en el centro comercial en el que trabajaban porque nadie dijo, aconsej¨®, orden¨®, cerrar las tiendas al mediod¨ªa. Est¨¢bamos preparados, claro. Para salvar las rebajas.
Hace casi un a?o nos dijeron que las mascarillas no eran imprescindibles. Luego reconocieron que fue porque no hab¨ªa suficientes para todos y no quer¨ªan alarmarnos. Hace un mes, se negaron a cancelar la Navidad. Esta semana, ante uno de los peores datos de contagios de la pandemia, Fernando Sim¨®n ha comparecido para decir que ¡°lo hemos pasado, quiz¨¢s, mejor de lo que deber¨ªamos y ahora tenemos que asumir lo que va a suceder¡±. Una rega?ina, como si fu¨¦ramos unos ni?os. O peor: como si fu¨¦ramos idiotas. Idiotas que no pueden entender la gravedad de una pandemia ni tampoco de una borrasca que ha sepultado media Espa?a en nieve y por eso es mejor callar, no advertir a tiempo, no se vayan los chiquillos a traumatizar. A d¨ªa de hoy sigo sorprendida. ¡°No puede ser¡±, me digo, yo ya me cre¨ªa mayor de edad.
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