?A las palas, ciudadanos!
Defenderemos siempre la presencia de movimientos sociales, asociaciones de vecinos, grupos que participan en la pol¨ªtica. Pero estos no son sustitutivos del Estado, ni deben serlo
Esta semana pasada han sido las palas, grupos de WhatsApp ofreciendo 4¡Á4 para acceder a los hospitales ante un metro saturado en plena pandemia. Pero hace unos meses fue la prestaci¨®n de servicios sociales: la ayuda a los dependientes, los transportes de materiales durante las primeras olas de la covid; o de servicios sociosanitarios: los rastreadores o los nuevos trabajadores del hospital de nuestra megal¨®mana regional. Todo ello adornado de acusaciones sobre ¡°formas de vida¡± en algunos barrios a los que se les niegan las condiciones de vida, y acompa?ado tambi¨¦n de pizzas en las colas del hambre.
Defenderemos siempre la presencia de movimientos sociales, asociaciones de vecinos, grupos que participan en la pol¨ªtica y que influyen en la misma, que presionan para que los poderes p¨²blicos gobiernen por y para el inter¨¦s general. Pero estos no son sustitutivos del Estado, ni deben serlo.
Aunque es muy emocionante ver a la ciudadan¨ªa organiz¨¢ndose solidariamente para que nadie se quede atr¨¢s, que este sistema se convierta en el pan nuestro de cada d¨ªa tiene sus riesgos, algunos a veces irreversibles. La autoorganizaci¨®n de la ciudadan¨ªa madrile?a dice mucho de su capacidad y de su compromiso, pero al mismo tiempo dibuja un escenario pavoroso.
Un escenario al que por desgracia, las y los madrile?os empezamos a acostumbrarnos. No encontramos respuesta a necesidades fundamentales ni en la Comunidad ni en el Ayuntamiento de Madrid, rompi¨¦ndose la confianza entre los ciudadanos y las instituciones que les deben servir.
Primero fue el deterioro y esquilmaci¨®n de los servicios p¨²blicos, y ahora se est¨¢n jugando el saldo de legitimidad de las instituciones por su incapacidad para prestar servicios b¨¢sicos. El debilitamiento de los poderes p¨²blicos hace asumir a la ciudadan¨ªa sus competencias, al no dar estos se?ales de vida. Ni est¨¢n, ni se les espera. As¨ª, el d¨ªa a d¨ªa en la Comunidad y en la capital parece haberse disociado de sus instituciones de proximidad, generando un peligroso espejismo de ¡°normalidad¡±, que discurre al margen de los procesos institucionales. Experiencias no tan lejanas reflejan la gravedad de este error: cuando las instituciones pierden relevancia se abre un terreno f¨¦rtil para aventuras populistas, reacciones autoritarias y una progresiva p¨¦rdida del estado de derecho, favoreciendo cuadros de desestabilizaci¨®n con severo impacto, tambi¨¦n, en el crecimiento econ¨®mico.
El desapego de las instituciones y la insatisfacci¨®n con la democracia constituyen la antesala para deterioros mucho mayores... Con su acci¨®n y su inacci¨®n est¨¢n trumpizando nuestra Comunidad y nuestra ciudad, favoreciendo que el huevo de la serpiente acabe haci¨¦ndose con el nido. La democracia es la ¨²nica forma de gobierno que requiere para su existencia de la confianza de los ciudadanos. Acabada la confianza, acaba la democracia.
Vicente Mont¨¢vez es secretario general del PSOE de Puente de Vallecas. Jediael ?lvarez es secretario general de las Juventudes Socialistas de Puente de Vallecas.
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