Los ¨¢rboles ca¨ªdos de la Casa de Campo se triturar¨¢n y servir¨¢n de abono para el propio monte
El Ayuntamiento de Madrid ir¨¢ abriendo progresivamente el parque urbano, de 1.700 hect¨¢reas, donde tambi¨¦n se plantar¨¢n nuevos ejemplares
Han pasado tres semanas desde que el temporal Filomena arras¨® con 800.000 ¨¢rboles en la capital, seg¨²n la ¨²ltima estimaci¨®n del Ayuntamiento, y ya se conoce c¨®mo se va a intentar revertir el desastre. Hab¨ªa casi 1,8 millones de ejemplares en ese momento repartidos entre la v¨ªa p¨²blica y los parques antes del temporal y en torno al 40% acabaron da?ados, con diferente consideraci¨®n. Francisco Mu?oz, director general de gesti¨®n del agua y zonas verdes, espera que al menos el 90% de ellos se recupere, aunque hay un arduo trabajo por delante. La Casa de Campo, con 1.700 hect¨¢reas de monte mediterr¨¢neo, se ha convertido en todo un reto para los expertos, con alrededor de 500.000 ejemplares tocados. Los ¨¢rboles y las ramas ca¨ªdas acabar¨¢n triturados all¨ª mismo y servir¨¢n de abono para el propio monte. La muerte de unos servir¨¢ para que el ciclo de la vida contin¨²e para otros.
Hace unos d¨ªas, el Ayuntamiento de Madrid marc¨® un plazo de 55 d¨ªas para evaluar cada zona, muchas de ellas cerradas al paso para evitar males mayores. Se trata de inspeccionar, solucionar e ir abriendo por poco a poco hasta que la ciudad vuelva a estar disponible en su plenitud. La Casa de Campo, el gran pulm¨®n de la capital, situado junto a Madrid R¨ªo, se ha convertido en el gran reto por su enorme dimensi¨®n. Es complicado, adem¨¢s, acotar el paso a ciclistas, paseantes y personas que suelen acudir diariamente por ah¨ª para hacer ejercicio. Pero todav¨ªa no es seguro, insisten los expertos. ¡°Priorizaremos primero el trabajo en las zonas importantes, es decir, las que su apertura o no condiciona su funcionamiento normal¡±, explica Mu?oz. Se refiere, dice, a zonas arboladas con parques infantiles o con accesos a kioscos, a la sede de la polic¨ªa municipal o a negocios particulares, ¡°para que servicios y empresas puedan empezar a funcionar cuanto antes¡±. De hecho, los restaurantes situados en el lago se abrieron el s¨¢bado, para permitir que los negocios volvieran a retomar su actividad.
Lo curioso, en todo caso, es el c¨®mo van a solucionar un desastre natural provocado por Filomena en una monte tan singular como la Casa de Campo, con una biodiversidad propia, donde la intervenci¨®n del hombre ha sido m¨ªnima en comparaci¨®n con otros parques de la ciudad. ¡°Tenemos unos 14 o 15 equipos de 10 personas cada uno trabajando en la Casa de Campo. Van con plataformas con sus correspondientes camiones y biotrituradoras para picar primero, antes de triturar. Lo que se propone no es m¨¢s que reproducir el propio ciclo de la naturaleza¡±, analiza. La pasta resultante servir¨¢ para alimentar el propio monte. ¡°Los ¨¢rboles son seres vivos que nacen, crecen, se reproducen y mueren en el suelo, por lo que se descomponen y son asimilados por plantas y organismos vivos. Nosotros simplemente vamos a acelerar ese proceso porque si dejamos que se haga solo se tardar¨ªan centenares y centenares de a?os para completar el proceso¡±, contin¨²a.
Con eso, el director general de agua y zonas verdes, recuerda que como sistema vivo, tras la masacre del temporal ahora toca que se adapte a las condiciones del medio. ¡°Ahora hay que respetar el tiempo de respuesta, a que cicatrice, en los sistemas vivos hay que respetar ese tiempo. Porque como sistema ecol¨®gico hay un banco de semillas en el suelo que es el primer eslab¨®n de recuperaci¨®n del sistema¡±. Luego, cuando esa manera de autocurarse se inicie, desde la Administraci¨®n iniciar¨¢n tambi¨¦n un proceso de plantaci¨®n de nuevos ejemplares ¡°para acelerar la recuperaci¨®n¡±. ¡°Pero siempre respetando las leyes ecol¨®gicas, porque esto es monte, que se diferencia de un parque artificial. Ah¨ª hay 130 especies de vertebrados, aves, fauna y flora muy caracter¨ªstica¡ Nosotros vamos a favorecer y ayudar a acelerar la recuperaci¨®n del ecosistema, pero no vamos a sustituir un ¨¢rbol por otro, eso no tiene sentido, esa regla no se cumple aqu¨ª. Vamos a combinar los procesos naturales con nuestras plantaciones que tampoco tiene mucho sentido que sea con otras especies porque afectar¨ªa a todo el ecosistema¡±. Primera idea, por tanto: nada de estigmatizar al pino, uno de los ¨¢rboles m¨¢s afectados por Filomena.
Efectivamente, la especie vegetal m¨¢s tocada ha sido el pino pi?onero (Pinus pinea), por tener copa aparasolada, adaptada y adecuada para proporcionar sombra en este clima. Al ofrecer una amplia superficie con sus ac¨ªculas permanentes, la nieve se acumul¨® de forma fatal, quebrando ramas e incluso troncos poderosos de forma sorprendente. Tambi¨¦n abundan los pinos carrascos (Pinus halepensis), que han ca¨ªdo o se han inclinado peligrosamente al haber desarrollado troncos muy altos por plantarse muy pr¨®ximos unos de otros. La presencia de estas especies de pinos se debe a repoblaciones de los a?os 50.
La opini¨®n generalizada entre los expertos reunidos en la Mesa del ?rbol tras la nevada es que se debe evaluar con detenimiento los da?os y se debe actuar sin prisas y con criterios sostenibles. Una veintena de personas y entidades presentes en la reuni¨®n se manifestaron de forma un¨¢nime y con la misma visi¨®n del panorama de parques y zonas verdes de la capital, seg¨²n explica la Plataforma Salvemos la Casa de Campo en un comunicado.
La Plataforma entiende, adem¨¢s, que la Casa de Campo no puede estar cerrada en su totalidad durante 50 d¨ªas. ¡°La creciente demanda social de espacios verdes ha venido aumentando por la actual situaci¨®n de pandemia. Hay capacidad y medios para ir liberando de peligros de da?os personales de forma paulatina y ser¨¢ oportuna la apertura de zonas debidamente se?alizadas y perimetradas. Todo ello hasta el final de las tareas de saneamiento y retirada de vegetaci¨®n¡±. Juan Garc¨ªa Vicente, de Ecologistas en Acci¨®n, apuesta tambi¨¦n por el sistema de trituraci¨®n y convertir los ¨¢rboles ca¨ªdos en biomasa ¡°que sirve de abono y evita la erosi¨®n en tiempo de lluvias¡±.
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