La hora de Carlos Mur, el doctor que aprob¨® los triajes a personas mayores en Madrid

En los d¨ªas m¨¢s letales de la primera ola, el hombre que deb¨ªa medicalizar las residencias de Madrid pidi¨® m¨¦dicos voluntarios de forma desesperada. ¡°Echadme una mano, por favor¡±, le dijo Carlos Mur al gerente de uno de los hospitales m¨¢s grandes de Madrid, el Cl¨ªnico San Carlos. Otro amigo, el influyente doctor Antonio Burgue?o, le puso en contacto con su hija Encarnaci¨®n, que activ¨® la Operaci¨®n Bicho, el nombre fr¨ªvolo que ella dio a un plan con poco m¨¢s de 10 sanitarios. ?l mismo, un alto cargo de la Consejer¨ªa de Sanidad de la Comunidad de Madrid, pas¨® muchas tardes en las residencias m¨¢s golpeadas por el coronavirus y vio en persona el desastre, d¨ªas despu¨¦s de las decisiones clave de su Gobierno. Su jefe, el consejero Enrique Ruiz Escudero, hab¨ªa ordenado que los mayores de residencias fueran atendidos in situ, y Mur firm¨® los protocolos para no hospitalizar a mayores de residencias. Casi 6.000 mayores murieron dentro de las residencias entre marzo y abril, muchos asfixiados y sin morfina.

El responsable de medicalizar residencias en Madrid admite que la atenci¨®n fue insuficiente durante semanas

El problema fueron las bajas de sanitarios

Mur est¨¢ citado para dar explicaciones este viernes en la comisi¨®n de la Asamblea de Madrid que investiga aquella crisis. Su testimonio (que podr¨¢ verse en la web de la Asamblea a partir de las once y cuarto de la ma?ana), deber¨ªa arrojar luz sobre los sucesos de la primavera, que tambi¨¦n est¨¢n siendo indagados por los juzgados madrile?os. Tiene una posici¨®n comprometida, porque la principal prueba incriminatoria de las familias de fallecidos son las distintas versiones de los protocolos firmados por ¨¦l. Los hijos de los residentes muertos consideran que se viol¨® el derecho a recibir asistencia m¨¦dica y por ello piden responsabilidades por homicidio imprudente y omisi¨®n de socorro.

Una de las grandes inc¨®gnitas sobre Mur es si se defender¨¢ se?alando a sus superiores este viernes en el parlamento regional o pr¨®ximamente en una posible citaci¨®n judicial. ?Por qu¨¦ firm¨® unos protocolos que muchos consideran ilegales?, ?pidi¨® sanitarios para la medicalizaci¨®n de residencias pero le dejaron en la estacada?, ?y podr¨¢ aclarar por qu¨¦ no permiti¨® la Comunidad que los mayores de residencias fueran ingresados en el hospital de campa?a de Ifema?

En mayo, Mur fue destituido como director general de Coordinaci¨®n Sociosanitaria, una salida que ¨¦l sinti¨® como una traici¨®n, seg¨²n personas cercanas. ?l, un psiquiatra zaragozano de 44 a?os con don de palabra, trato afable y porte elegante, llevaba a?os cultivando relaciones en la c¨²pula sanitaria de Madrid, especialmente durante su mandato como director gerente del Hospital de Fuenlabrada, entre 2014 y 2019. El joven psiquiatra era afiliado al Partido Popular y llam¨® la atenci¨®n su buena valoraci¨®n en ese municipio del sur de Madrid, un feudo socialista, y su desenvoltura en sus frecuentes apariciones ante medios de comunicaci¨®n.

Favorito para consejero

Cuando en 2018 cay¨® la presidenta madrile?a Cristina Cifuentes, fue visto por la revista Redacci¨®n M¨¦dica como favorito para convertirse en nuevo consejero de Sanidad en Madrid. Pero Escudero permaneci¨® en el cargo durante el breve per¨ªodo de transici¨®n de ?ngel Garrido y tambi¨¦n cuando Isabel D¨ªaz Ayuso lleg¨® al poder en 2019.

Escudero y ¨¦l se llevaban bien. El consejero visitaba frecuentemente el Hospital de Fuenlabrada mientras Mur era gerente para participar en jornadas o inauguraciones. ¡°No te creas que Escudero iba a cualquier hospital. Se notaba que ten¨ªan una buena relaci¨®n. Mur era su delf¨ªn¡±, dice la presidenta del comit¨¦ de empresa de ese hospital, Mariluz Lager. Era adem¨¢s cercano al ahora consejero de Hacienda, Javier Fern¨¢ndez-Lasquetty, un firme creyente en ideas liberales de privatizaci¨®n sanitaria, que en 2014 dimiti¨® como m¨¢ximo responsable de la sanidad p¨²blica madrile?a tras la protesta de la ciudadan¨ªa. En ese per¨ªodo en Fuenlabrada, Mur tambi¨¦n trabaj¨® mano a mano con el director m¨¦dico Antonio Zapatero, que se convertir¨ªa m¨¢s tarde en otro protagonista de la gesti¨®n de la pandemia, el responsable del ¡°milagro¡± del hospital de Ifema.

En septiembre de 2019, Mur fue finalmente llamado para ocupar un puesto de poder en la Comunidad, pero qued¨® decepcionado con la oferta. Escudero le ofreci¨® una direcci¨®n general, un puesto menor en los escalafones de la Consejer¨ªa. ?l aspiraba al menos a ser viceconsejero, seg¨²n un doctor madrile?o que le conoce bien y pide anonimato para no comprometer su relaci¨®n.

El puesto que acab¨® aceptando era de nueva creaci¨®n, director general de coordinaci¨®n sociosanitaria. Ten¨ªa la misi¨®n de mejorar la atenci¨®n presencial en las residencias de mayores, un colectivo que tensionaba los hospitales desde hac¨ªa a?os debido al envejecimiento de la poblaci¨®n.

Fue complicado empezar desde cero. A sus conocidos les sol¨ªa decir que solo le hab¨ªan dado una secretaria para que le ayudara con las gestiones. Complicaba todo que en el complejo organigrama de la Consejer¨ªa de Sanidad ¨¦l depend¨ªa del viceconsejero de Humanizaci¨®n Sanitaria, Jos¨¦ Mar¨ªa Ant¨®n Garc¨ªa, y no de la mujer que controlaba los recursos humanos, la viceconsejera de Asistencia Sanitaria, Ana D¨¢vila.

¡°Chivo expiatorio¡±

Sin personal ni presupuesto, le toc¨® responder a uno de los mayores desaf¨ªos de la pandemia. Para aliviar la tensi¨®n de los hospitales Escudero anunci¨® el jueves 12 de marzo un plan por el que los mayores iban a ser supuestamente atendidos en las residencias. Lo llam¨® ¡°medicalizaci¨®n¡± y fue una idea de Antonio Burgue?o, el amigo de Mur. Al d¨ªa siguiente Mur se coordin¨® en WhatsApp con un grupo de geriatras de hospitales para elaborar un documento que restringir¨ªa en la mayor¨ªa de los casos la hospitalizaci¨®n de mayores de residencias. Hubo varias versiones. ?l las firm¨® todas digitalmente. Otras comunidades de Espa?a tomaron decisiones similares, pero solo hay documentos escritos en el caso de Madrid, Catalu?a y Castilla y Le¨®n. De todas, Madrid tuvo la mayor mortalidad.

El plan madrile?o era visto como una misi¨®n imposible. A las residencias les parec¨ªa ciencia ficci¨®n la idea de convertirse en semi-hospitales en medio de aquel naufragio. No ten¨ªan respiradores, oxigenoterapia, m¨¢quinas de radiograf¨ªa, f¨¢rmacos o neum¨®logos. La ayuda fue llegando con cuentagotas y no se not¨® hasta la segunda semana de abril, seg¨²n reconoci¨® a este peri¨®dico el propio Mur: ¡°Fue insuficiente (el apoyo a las residencias), pero insuficiente fue todo. Faltaba material de hospitales y recursos de todo tipo¡±.

Por alguna raz¨®n, a Mur deciden destituirlo cuando se supo el 6 de abril que Encarnaci¨®n Burgue?o estaba trabajando en la medicalizaci¨®n. ¡°El fuego ha quemado pero no ha quemado tanto. Mur se est¨¢ defendiendo¡±, dijo d¨ªas m¨¢s tarde a sus colaboradores la directora de la Operaci¨®n Bicho. ¡°?l despu¨¦s de esta crisis se va a ir pero antes nos quiere pagar esto. Mi padre habla con ¨¦l¡±. Ni Burgue?o ni sus sanitarios cobraron.

Pasaron los d¨ªas m¨¢s negros y la Comunidad anunci¨® en mayo el cese de Mur, que fue sustituido por uno de los geriatras que elabor¨® los protocolos, Javier Mart¨ªnez Peromingo. Ayuso neg¨® que la salida de Mur se debiera a su mal desempe?o y prometi¨® recolocarlo en su Gobierno. Pero eso no ha sucedido. Desde octubre Mur, que no ha respondido a preguntas de este peri¨®dico, trabaja en Barcelona para un centro psiqui¨¢trico privado. Como no vive en Madrid, el reglamento de la Asamblea madrile?a le ha autorizado el ruego de declarar por videoconferencia.

¡°La sensaci¨®n que tenemos todos en el hospital es que Mur fue un chivo expiatorio¡±, dice Lager. Opina del mismo modo un colega psiquiatra, el diputado regional de M¨¢s Madrid Diego Figuera, que habl¨® con Mur durante la crisis: ¡±Estaba atado de pies y manos. No ten¨ªa mando operativo y lo pas¨® muy mal¡±. Figuera se pregunta tambi¨¦n por qu¨¦ Mur no se opuso a las decisiones de los geriatras. ¡°Se fio del grupo de expertos para firmar una orden ilegal¡±, a?ade.

Mur tiene defensores entre geriatras y m¨¦dicos de Madrid que opinan que los protocolos eran una decisi¨®n necesaria y eficiente que evit¨® el encarnizamiento terap¨¦utico. ¡°Me parecen bien. Dio instrucciones para que la gente supiera qu¨¦ hacer. Eso es el general apareciendo para dar ¨®rdenes¡±, dice Jos¨¦ Soto, presidente de la sociedad de directivos de salud Sedisa.

Pero las familias de las v¨ªctimas acusan de delitos graves a Mur y a otros gobernantes que pilotaron la crisis. ¡°Iremos contra todo el que haya permitido lo sucedido porque bajo mi punto de vista esta es una de las vulneraciones de derechos fundamentales m¨¢s terribles de la historia reciente de Espa?a¡±, dice Carlos Sardinero, abogado de la asociaci¨®n Defensor del Paciente, que representa a cientos de familias. Esa espada de Damocles podr¨ªa influir en Mur.

?Conoces casos de discriminaci¨®n o irregularidades en una residencia de la Comunidad de Madrid? Contacta con los reporteros de la secci¨®n de Madrid fpeinado@elpais.es o jdquesada@elpais.es o m¨¢ndales un mensaje por Twitter a @FernandoPeinado o @jdquesada

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