Las ilustraciones que salvaron a Alberto de dormir en la calle
Carlota Ginzo, una vecina del barrio de Arganzuela, le ha creado una cuenta de Instagram para que los usuarios de la red social compren sus coloridos dragones
Alberto Torres tiene 50 a?os y duerme en la calle desde hace ocho. No se separa nunca de su mochila negra. En ella est¨¢n los l¨¢pices y los rotuladores con los que pinta en un folio coloridos dragones que vende en la acera. Los vecinos le conocen y le saludan con amabilidad. ¡°Me ven que soy bueno y que no me meto con nadie¡±, explica. Un d¨ªa se cruz¨® en su vida Carlota Ginzo, de 30 a?os, que se acababa de instalar en el distrito de Arganzuela. Durante la ola de fr¨ªo del temporal Filomena, le pag¨® una habitaci¨®n en una pensi¨®n. Tambi¨¦n le ha arreglado el papeleo para que reciba el Ingreso M¨ªnimo Vital y le ha creado una cuenta de Instagram, que ella misma gestiona. De los 79 dibujos colgados solo quedan cuatro a la venta y por cada pieza han recibido una media de 25 euros. Gracias a esos dragones las noches a la intemperie han pasado a ser historia.
Esta bonita amistad surgi¨® hace apenas un mes, cuando Carlota se mud¨® a este barrio de la capital. ¡°Habl¨¦ un poco con ¨¦l, le conoc¨ª y me cay¨® muy bien. Me cont¨® que estaba esperando a que le den una paga¡±, relata. A los pocos d¨ªas de su primer encuentro se anunci¨® el descenso dr¨¢stico de las temperaturas por Filomena. ¡°Llam¨¦ al Samur Social y me contestaron que hab¨ªa lista de espera en los albergues. Me dijeron que ten¨ªa que dormir en la calle y que esto tampoco era Siberia. Le pagu¨¦ un hotel esa noche y luego una pensi¨®n¡±, se?ala.
El reto de que Alberto pudiera mantener la habitaci¨®n fue complicado. ?l ten¨ªa 100 euros ahorrados de vender libros, ropa y de las limosnas que le dieron durante la Navidad. ¡°Est¨¢bamos nosotros dos solos en esto. Pasaron los d¨ªas y se nos termin¨® el dinero. Habl¨¦ con una amiga y varias personas y saqu¨¦ ciento y pico euros m¨¢s para alargar su estancia¡±, indica Carlota.
Esta chica de Asturias trabaja en una compa?¨ªa de seguros y lleva tres a?os viviendo en Madrid. Confiesa que con el estr¨¦s que le provocaba esta situaci¨®n solo pod¨ªa centrarse en el d¨ªa a d¨ªa para que Alberto siguiera en la pensi¨®n y pudiera comer. Y como la necesidad agudiza el ingenio, a Carlota se le ocurri¨® grabarse un v¨ªdeo desde la habitaci¨®n de Alberto para que la vieran aquellos que le hab¨ªan ayudado a pagarla. ¡°Compart¨ª ese v¨ªdeo por si m¨¢s personas quer¨ªan sumarse. Tuvo un mont¨®n de visualizaciones as¨ª que despu¨¦s hice otro para ense?ar sus dibujos¡±, recuerda.
De repente, la suerte se puso de su lado. Le empezaron a contactar personas desde Barcelona, Murcia, Canarias y hasta de Chile para comprar aquel drag¨®n de tres cabezas o los jarrones con vistosas flores que sal¨ªan de la imaginaci¨®n de Alberto. Carlota le cre¨® entonces una cuenta de Instagram que ella misma gestiona. ¡°Mand¨¦ el perfil a todos mis amigos para que lo compartieran y en dos d¨ªas conseguimos 300 seguidores. Ahora se ha parado la cosa porque pr¨¢cticamente todos los dibujos est¨¢n cogidos. Por eso quiero subir los nuevos y seguir en esa din¨¢mica¡±, declara Carlota, feliz de haber descubierto una peque?a fuente de ingresos que permita a Alberto no volver al fr¨ªo del asfalto. Los interesados tienen que ingresar el dinero en su n¨²mero de cuenta o hacer una transferencia instant¨¢nea a trav¨¦s de la aplicaci¨®n Bizum. La cantidad es voluntaria, pero de media se est¨¢n dando 25 euros por pieza.
Lo que m¨¢s indigna a Carlota es la lentitud por parte de las instituciones. Habl¨® con el Samur Social y el equipo de seguimiento de Alberto. Le comentaron que ¨¦l cumpl¨ªa los requisitos para recibir el Ingreso M¨ªnimo Vital, pero que no se pod¨ªa tramitar porque no ten¨ªa una cuenta bancaria ya que se la hab¨ªan denegado al no disponer de un tel¨¦fono m¨®vil con Internet. Carlota se inform¨® y le pudo abrir una solo con el DNI. ¡°Mira, en dos d¨ªas me lo ha arreglado¡±, apunta Alberto. Mandaron la documentaci¨®n al Samur Social y ella les pidi¨® la solicitud para comprobar que la hab¨ªan presentado. ¡°Vi que llevaba paralizada ocho meses, desde agosto, y ¨¦l estaba durmiendo en la calle sin ning¨²n ingreso, es un abandono absoluto¡±, denuncia.
La esperanza de vida cae una media de 20 a?os para las personas sin hogar. ¡°La calle es muy dura. Te crees que vas a dormir bien pero tienes que estar con un ojo abierto y como oigas alg¨²n paso mal asunto, hay mucho desgraciado¡±, cuenta Alberto. Hace un a?o estaba lav¨¢ndose en una fuente y unos chicos se acercaron a robarle las zapatillas y le rajaron la cara. Tuvo que ir al hospital. ¡°Me dio un jamacuco del disgusto al ver el cuchillo. La polic¨ªa me dijo que denunciara y respond¨ª que para qu¨¦, quien la hace m¨¢s tarde o m¨¢s pronto la paga¡±, opina este madrile?o nacido en Moratalaz. En Espa?a, casi la mitad de las personas sin hogar han sufrido delitos de odio y vejaciones.
Alberto le ha prometido a su ¨¢ngel, as¨ª llama a Carlota, que va a dejar de beber. Ahora toma dos latas de cerveza al d¨ªa. ¡°Este a?o me quito de la calle como tenga suerte. En cuanto hay un techo uno va pensando qu¨¦ posibilidades tiene. Si me sale un trabajo ah¨ª que voy¡±, exclama Alberto con determinaci¨®n mientras mira a los ojos de este ¨¢ngel rubio que lleg¨® en el momento m¨¢s oportuno.
En el ¨²ltimo v¨ªdeo que le ha grabado Carlota en las escaleras de la pensi¨®n del Paseo del Prado n¨²mero 40, que cuesta 18 euros la noche, Alberto agradece el apoyo: ¡°Os voy a mandar ya los dibujos que he hecho. Estoy muy contento por lo que est¨¢is haciendo conmigo, llevo un poquito mejor mi vida¡±. Si alguien quiere encontrarle siempre est¨¢ en el mismo sitio, sentado en el poyete de la cl¨ªnica dental justo a la salida del metro de Palos de la Frontera. En ese rinc¨®n dibuja concentrado los afilados colmillos de sus fant¨¢sticas criaturas.
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