La ciencia sobre la prohibici¨®n de la marcha del 8-M en Madrid: ¡°Nunca hay riesgo cero¡±
Los expertos recuerdan la alta tasa de contagios que todav¨ªa presenta la comunidad, pero las opiniones se dividen en cuanto a la viabilidad de la marcha
El domingo 7 de marzo y el lunes 8 de marzo no habr¨¢ manifestaciones por el D¨ªa Internacional de la Mujer en Madrid. La Delegaci¨®n del Gobierno en la Comunidad las ha prohibido por ¡°motivos de salud p¨²blica¡±. Su c¨¢lculo es que pod¨ªan haberse congregado hasta 60.000 manifestantes en las calles y la decisi¨®n ha sido tomada sobre la base de la incidencia acumulada de la regi¨®n ¡ª253 casos por cada 100.000 habitantes en los ¨²ltimos 14 d¨ªas¡ª, que es, con Ceuta y Melilla, uno de los tres ¨²nicos territorios que se mantienen por encima de lo que el Ministerio de Sanidad marca como riesgo extremo, 250. ?Es contradictoria esta decisi¨®n con la actividad que mantienen el resto de ¨¢mbitos en la comunidad? ?Cu¨¢nto riesgo hay en una concentraci¨®n al aire libre? ?Qu¨¦ dice la ciencia?
El riesgo
¡°Si las cosas fueran ¨²nicamente seg¨²n la ciencia, estar¨ªamos todos en casa¡±, adelanta el epidemi¨®logo Fernando Garc¨ªa, de la Asociaci¨®n Madrile?a de Salud P¨²blica (Amasap). Rafael M. Ort¨ª, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene (Sempsph), suma: ¡°Independientemente del motivo, una aglomeraci¨®n genera riesgo de contagio. Si pueden hacerse manteniendo cierta distancia es m¨¢s viable, pero no parece muy factible en una manifestaci¨®n¡±. Aunque no todas las aglomeraciones suponen el mismo peligro. Garc¨ªa se remite al rango establecido por los Centros para el Control y Prevenci¨®n de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, que ¡°desaconseja en general las reuniones sociales¡± y marca cuatro grados seg¨²n el riesgo de propagaci¨®n de la covid.
El ¡°riesgo m¨¢s bajo¡± son las actividades virtuales. ¡°M¨¢s riesgo¡± corresponde a las reuniones presenciales con poca gente, al aire libre, entre personas de diferentes hogares con mascarilla, en la que no se comparten objetos, se mantiene una distancia de seguridad de dos metros y los participantes provienen de la misma ¨¢rea, es decir, el mismo barrio, pueblo, ciudad o condado. El siguiente, ¡°riesgo m¨¢s alto¡±, es cuando las concentraciones son de tama?o mediano, pero adaptadas para permitir una separaci¨®n de al menos dos metros y los asistentes acuden de fuera de esa ¨¢rea. Y el ¡°mayor riesgo¡± son las grandes reuniones donde es complicado mantener la distancia de seguridad y las personas no pertenecen al mismo n¨²cleo territorial.
Las circunstancias del 8-M estar¨ªan dentro de los dos niveles de mayor riesgo fijados por los CDC, dice Garc¨ªa: ¡°Imaginemos que viene gente de fuera de Madrid, o a Madrid capital desde Collado Villalba, con 405 de incidencia acumulada, la mayor de toda la Comunidad¡±. Aunque la transmisi¨®n del virus es alta en todo el territorio, ¡°hay lugares con mucha m¨¢s que otros y tambi¨¦n hay que tenerlo en cuenta para valorar el riesgo y habr¨ªa que ver si se puede armonizar de forma favorable a la salud¡±.
?Se puede controlar el peligro?
El portavoz de Amasap hace referencia a las manifestaciones del movimiento Black Lives Matter el pasado verano en Estados Unidos: ¡°Aconsejaban mantener la distancia de seguridad y que la marcha fuese por grupos burbuja, de convivientes, que no se mezclaran, que no se gritara, por supuesto las mascarillas y que no se acudiese si se ten¨ªan s¨ªntomas¡±.
?El resultado? Garc¨ªa apunta a un estudio en el que se analizaron las tasas de contagios en las tres semanas posteriores tras las protestas con dos grupos. Uno en una ciudad donde hubo manifestaciones y otro de control, el que m¨¢s se aproximaba por tama?o de poblaci¨®n e incidencia en la semana 0, de la que part¨ªan. ¡°Encontraron que en las manifestaciones hab¨ªa habido un incremento de casos en comparaci¨®n con el grupo de control, pero bastante peque?o, por lo que consideran que esas manifestaciones aumentaron el riesgo, pero ese aumento fue relativamente poco importante¡±, explica Garc¨ªa. Y a?ade: ¡°?Se puede asumir que hay peligro? Con medidas se pueden minimizar, pero nunca hay riesgo cero¡±.
El problema, a?ade Ort¨ª, es que para que se produjeran concentraciones como estas ¡°deber¨ªa existir un control muy estricto y un comportamiento muy ajustado a las normas de prevenci¨®n¡±, pero ¡°aunque el 90% de la gente lo haga bien, aunque lo haga bien el 99%, el 1% puede provocar que se rompa todo y ya sabemos d¨®nde nos lleva¡±. Madrid, recuerda, ¡°sigue en una incidencia alt¨ªsima¡±, y desde Salud P¨²blica no se recomienda: ¡°Estamos cerca de bajar la incidencia acumulada y cerca de la cobertura ¨®ptima con la vacuna. Yo no me la jugar¨ªa¡±.
?Por qu¨¦ unas s¨ª y otras no?
En el ¨²ltimo a?o, en la Comunidad de Madrid ha habido manifestaciones negacionistas y contra la ley Cel¨¢a, caceroladas, una marcha neofascista en homenaje a los ca¨ªdos de la Divisi¨®n Azul o protestas contra la retirada del mural feminista en Ciudad Lineal. El epidemi¨®logo Pedro Gull¨®n explica que ¡°la diferencia, el por qu¨¦ unas s¨ª y otras no, puede deberse a la posible magnitud que puede alcanzar, pensar que estas, a diferencia del resto, s¨ª pudieran ser masiva, aunque estaban convocadas de forma descentralizada precisamente para evitar aglomeraciones¡±. Hasta este jueves, se preve¨ªa que hubiese marchas de menos de 500 personas, repartidas en diferentes zonas, y siempre que se cumpliesen las medidas de seguridad.
Aunque a Gull¨®n le parece ¡°complicado¡± el control de la gente que acudiese, ¡°no es tanto mirarlo desde lo punitivo, sino desde la comprensi¨®n de la poblaci¨®n de qu¨¦ hay que hacer¡±. Cree que la decisi¨®n puede provocar el efecto contrario: ¡°Autorizada y con el espacio suficiente, la gente puede cumplir con la distancia. Si se proh¨ªbe, no hay nada cortado al tr¨¢fico, y la gente sale igual, se api?ar¨¢n en menos espacio¡±. Para Ort¨ª la cuesti¨®n es si el resto deber¨ªa haberse recomendado e insiste en lo que ya es ¡°evidencia clara¡±: ¡°Distancia y evitar los lugares cerrados¡±. A?ade que, aunque la manifestaci¨®n es al aire libre, ¡°puede darse la situaci¨®n antes o despu¨¦s de que quienes acudan se re¨²nan en espacios cerrados; eso no hay quien lo controle y ah¨ª hay m¨¢s riesgo¡±.
Madrid, pese a ser la autonom¨ªa que m¨¢s ha sufrido el golpe de la pandemia, es la que ha impuesto las medidas m¨¢s laxas: no ha cerrado nunca la hosteler¨ªa por completo ni ha prohibido los interiores y se han producido eventos como el concierto de Raphael en diciembre, en el que con un aforo del 25% asistieron 4.368 espectadores, en el Wizink Center. Ahora, el Ejecutivo de Isabel D¨ªaz Ayuso es el ¨²nico que se ha posicionado en contra de perimetrar las comunidades en Semana Santa y del toque de queda de 22.00 a 6.00 horas. La l¨ªnea de la Comunidad ha ido siempre dirigida a activar las menores restricciones posibles.
Estas circunstancias son ¡°incoherentes¡±, coinciden Ort¨ª, Garc¨ªa y Gull¨®n. Este ¨²ltimo se pregunta si ¡°tiene sentido prohibir una manifestaci¨®n en el exterior, regulada, y mantener los interiores de los bares abiertos¡±: ¡°Un solo bar no tiene un efecto supercontagiador, pero muchos bares con una docena de personas dentro cada uno s¨ª entra?an un riesgo¡±. En cualquier caso, concluye Ort¨ª, ¡°lo coherente es siempre adoptar las medidas que se recomiendan desde la ciencia y con las que se corra el menor riesgo posible¡±.
El tinte pol¨ªtico
Los expertos coinciden en que la manifestaci¨®n del 8-M tiene un tinte pol¨ªtico que no se puede obviar. Mientras que la ministra de Sanidad Carolina Darias ya dijo la pasada semana que por las circunstancias epidemiol¨®gicas ¡°no ha lugar¡± la marcha, la ministra de Igualdad Irene Montero aleg¨® este jueves una ¡°criminalizaci¨®n¡± del movimiento feminista. En la Comunidad, ha sido la Delegaci¨®n del Gobierno quien ha prohibido la concentraci¨®n; su responsable, Jos¨¦ Manuel Franco, arguy¨® que hab¨ªa convocadas 104 manifestaciones y explic¨® que la decisi¨®n responde a informes de la polic¨ªa y organizaciones m¨¦dicas. La pasada semana, el viceconsejero de Salud P¨²blica Antonio Zapatero, en esa misma l¨ªnea, afirm¨® estar de acuerdo con Darias: ¡°La situaci¨®n de la Comunidad no est¨¢ para manifestaciones. Cualquier manifestaci¨®n, venga de donde venga y sea cual sea, creemos que no es el momento¡±.
El epidemi¨®logo Pedro Gull¨®n cree que a esto lo cubre una mezcla de ¡°pol¨ªtica y machismo¡± y asegura ¡°no entender por qu¨¦ en Madrid y no en otros lugares donde tambi¨¦n puede ser masiva, como Catalu?a¡±: ¡°En las ¨²ltimas semanas la velocidad del descenso se ha ralentizado y en algunos pa¨ªses de nuestro entorno ha comenzado a subir, no ser¨ªa raro un cambio de tendencia y que se culpara de la cuarta ola, como ya se hace antes de que ocurra, a movimiento feminista, como ya se culp¨® al 8-M del pasado a?o de la primera¡±. Para ¨¦l, ¡°el balance que hay que hacer es con otros derechos, si son actividades m¨¢s o menos esenciales, y reclamar derechos fundamentales s¨ª es un derecho b¨¢sico¡±.
Para Fernando Garc¨ªa, ¡°el asunto est¨¢ muy cargado pol¨ªticamente y es dif¨ªcil sacar cosas en claro¡±. La manifestaci¨®n, dice, ¡°no deja de ser un derecho fundamental y si el riesgo se puede minimizar, la prohibici¨®n es desproporcionada¡±. Rafael Ort¨ª recuerda c¨®mo el pasado 8 de marzo ¡°la injerencia pol¨ªtica sobre la toma de medidas sanitarias se vio por primera vez¡±; cree que el peligro no se evalu¨® bien entonces y que eso ¡°tuvo su repercusi¨®n en el aumento de infecciones¡±, en mayor o menor grado. ¡°Los pol¨ªticos est¨¢n empezando a dejarse asesorar por los t¨¦cnicos, y quienes saben son conscientes de que esto va a conllevar un aumento de casos¡±, dice Ort¨ª, que opina que "es peligroso autorizar un evento de este tipo en el momento en el que nos encontramos¡±.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- Buscador de restricciones: ?Qu¨¦ puedo hacer en mi municipio?
- As¨ª evoluciona la curva del coronavirus en el mundo
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.