La Consejer¨ªa de Sanidad de Madrid: del silencio a la propaganda
El ¨¢rea que debe enfrentarse al virus ha ofrecido m¨¢s pol¨ªtica que informaci¨®n, seg¨²n los expertos consultados. Ayuso premia a su responsable con el n¨²mero dos de su lista
Primero fue el silencio: entre el 14 de marzo y el 23 de julio no hubo una sola rueda de prensa de la Consejer¨ªa de Sanidad de Madrid. Despu¨¦s la propaganda: comparecencias semanales para explicar la situaci¨®n epidemiol¨®gica de la comunidad en las que se dan datos de la semana anterior y se actualiza la medida estrella del Ejecutivo regional, los cierres por zonas b¨¢sicas de salud, que tras seis meses activos no han demostrado ser eficaces.
Y mientras, el ruido: desmentidos en el propio seno del Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso sobre restricciones con horas de diferencia, confrontaci¨®n constante con el Ministerio de Sanidad y el resto de autonom¨ªas por las medidas conjuntas y roturas de acuerdo en el ¨²ltimo momento. ?Qu¨¦ ha ocurrido con la comunicaci¨®n sobre el virus en la regi¨®n que ha sido, y es, el epicentro de la pandemia? Cuatro expertos analizan las claves de una estrategia que, coinciden, ha tenido m¨¢s de discurso pol¨ªtico que de informaci¨®n a la ciudadan¨ªa. Como colof¨®n, la presidenta ha premiado a su responsable, Enrique Ruiz Escudero, con el n¨²mero dos de su candidatura.
Durante el mutismo inicial, el consejero, Enrique Ruiz Escudero, intervino en la Asamblea, dio entrevistas a determinados medios y alguna vez acompa?¨® a Ayuso en las comparecencias. Su gabinete enviaba notas de prensa sobre algunos asuntos como la reorganizaci¨®n de las urgencias de Pediatr¨ªa y el servicio de Obstetricia o la apertura de los hoteles medicalizados. Pero ni una cifra o aclaraci¨®n sobre el conteo de fallecidos, el n¨²mero de profesionales contagiados e informaci¨®n opaca sobre lo que ocurr¨ªa en las residencias.
Ese apag¨®n informativo sobre la covid que hizo la Comunidad durante los peores momentos de la pandemia, ¡°suele tener un objetivo, no generar noticias¡±, apunta el polit¨®logo Ignacio M. Granados, vicepresidente de la Asociaci¨®n de Comunicaci¨®n Pol¨ªtica (Acop): ¡°Si no dices nada, no produces informaci¨®n. No hablas, no contestas, no existe, o esa es la intenci¨®n¡±.
Una pandemia y Madrid como el territorio m¨¢s golpeado en Espa?a no permit¨ªa cumplir ese prop¨®sito. S¨ª, sin embargo, el de ¡°no quemar la imagen p¨²blica¡± de los representantes pol¨ªticos. En este caso, dice Granados, es adem¨¢s ¡°la forma de proceder habitual del Partido Popular¡±: ¡°Ah¨ª est¨¢ por ejemplo la caja B de B¨¢rcenas, ?qu¨¦ ha dicho la direcci¨®n nacional? Que no va a decir nada, como si no existiera¡±.
Una vez acabaron los meses m¨¢s duros, los del confinamiento, con la poblaci¨®n asistiendo a una crisis sanitaria sin precedentes desde sus casas, lleg¨® la desescalada. Entonces, la comunicaci¨®n sobre la covid comenz¨® a repartirse de forma clara entre Isabel D¨ªaz Ayuso, el entonces vicepresidente Ignacio Aguado y Enrique Ruiz Escudero. Tambi¨¦n a politizarse. ¡°Del apoyo un¨¢nime al Gobierno central, aunque fuese con la boca peque?a, se pas¨® a aferrarse a cualquier resquicio para la cr¨ªtica, Madrid es el estandarte de esa oposici¨®n constante¡±, explica Granados.
Madrid es el estandarte de la oposici¨®n constanteIgnacio M. Granados, polit¨®logo
Y las contradicciones, no solo entre miembros del Gobierno a cuenta de la situaci¨®n de la Comunidad y las restricciones ¡ªsobre todo entre Aguado y la presidenta¡ª, sino del propio discurso regional respecto al Gobierno central.
Las contradicciones
El argumentario de la Comunidad sobre el ¡°intervencionismo¡± de Pedro S¨¢nchez entre marzo y junio, pas¨® a ser una acusaci¨®n de ¡°abandono¡± cuando se devolvieron las competencias a las autonom¨ªas sobre sus territorios. Un tira y afloja que nunca ha cesado y del que ha hecho uso la presidenta, el consejero y el viceconsejero de Salud P¨²blica Antonio Zapatero en cada comparecencia, entrevista o rueda de prensa: desde los cierres perimetrales del puente de Todos los Santos al puente de San Jos¨¦ y Semana Santa.
En esas contradicciones entra en juego ¡°un lenguaje emocional-identitario que no necesita de coherencia en el discurso¡±, explica Josep Lobera, profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Cuando eso ocurre, quien lo usa est¨¢ conectando con ese canal emocional de la poblaci¨®n: ¡°Por eso, la disonancia cognitiva no llega a producirse para quien est¨¢ en la misma orilla del r¨ªo, que lo que ve es que ¡°el mensaje cuadra, que por fin alguien est¨¢ diciendo algo que pienso¡±. En cambio, s¨ª se da cuenta quien est¨¢ al otro lado del r¨ªo¡±. Guadalupe Morcillo, experta en Comunicaci¨®n Pol¨ªtica resume que ¡°los discursos pueden ser totalmente dispares si tocas la piel: cautivar las emociones m¨¢s que las ideas¡±.
El lenguaje emocional-identitario no necesita de coherencia en el discursoJosep Lobera, soci¨®logo
Para apelar a esas emociones la presencia es vital. La experta en comunicaci¨®n y presidenta de la Acop, Ver¨®nica Fumanal, explica que es ¡°como un acompa?amiento, como cuando uno est¨¢ enfermo, que tiene alguien al lado que no puede ayudar a curar pero alivia desde el punto de vista emocional¡±. Y, aunque ¡°no se diga nada, se potencia¡±: ¡°Periodistas, comunic¨®logos, etc., estamos siempre muy atentos a lo que dicen y a lo que no dicen, a si dicen la verdad o no, pero para la ciudadan¨ªa, verlos ya significa algo. Ese es el efecto que busca esta estrategia¡±.
La polarizaci¨®n
¡°Puede no ser una l¨®gica racional¡±, a?ade Granados. ¡°Pero estar saliendo a dar la cara de forma constante aunque no se est¨¦ comunicando nada, ni se responda a las preguntas de los periodistas, ni se den datos de inter¨¦s, produce un efecto placebo tranquilizador, principalmente de cara a tu electorado¡±.
Es lo que ocurre con las ruedas de prensa semanales de la Consejer¨ªa de Sanidad, en las que cada viernes se informa del movimiento de las zonas b¨¢sicas de salud, seg¨²n la incidencia acumulada (IA, el n¨²mero de casos por cada 100.000 habitantes en los ¨²ltimos 14 d¨ªas). Un baremo que la Comunidad va cambiando y que siempre ha superado por mucho lo que el Ministerio de Sanidad marca como riesgo extremo (250 de IA), sin haber explicado nunca por qu¨¦ ese umbral siempre est¨¢ disparado seg¨²n el criterio cient¨ªfico y con la afirmaci¨®n de que ¡°funcionan¡±, aunque no haya datos que respaldan esa afirmaci¨®n y s¨ª an¨¢lisis que la contradicen.
A la vez, se posicionan en contra de los perimetrajes de las autonom¨ªas, porque ¡°no hay evidencia cient¨ªfica sobre su efectividad¡±, como dijo el viceconsejero Zapatero respecto al cierre de Semana Santa. Madrid se coloca as¨ª como la ¨²nica regi¨®n disonante en el consenso del Consejo Interterritorial de Salud, entre las autonom¨ªas y el Ministerio.
Una polarizaci¨®n que crecido seg¨²n avanzaba la pandemia. Ha ocurrido en todas las autonom¨ªas, pero de forma m¨¢s aguda en Madrid. ¡°?Qu¨¦ comunidad o qu¨¦ pa¨ªs no ha acudido en cierta medida a esto que se llama propaganda? Todos lo han hecho, en parte porque todos se han visto desbordados¡±, matiza Lobera.
En ¨¦pocas de crisis, puntualiza el soci¨®logo, ¡°crece la probabilidad de que surjan l¨ªderes o lideresas como Ayuso, en los que el canal emocional tiene m¨¢s subido el volumen y opaca u oculta las contradicciones del plano cognitivo¡±. Pero esta situaci¨®n ¡°no es exclusiva de la Comunidad de Madrid, sino que la podemos ver en otros pa¨ªses y comunidades¡±, a?ade.
?Cu¨¢l es el objetivo de esta ¡°batalla constante¡±?, se pregunta Granados: ¡°Los juegos de suma cero, ganar o perder y distraer el foco de lo importante¡±. Pone un ejemplo: ¡°Cuando se construy¨® el Isabel Zendal, si funcionaba o no, si era necesario o no, si ten¨ªa recursos para dotarlo o no, daba igual. Lo importante es que se hab¨ªa hecho, dijo la presidenta en varias entrevistas. El resto, no importa¡±.
Esto, aclara el polit¨®logo, ¡°convierte a Madrid en protagonista continua, ejerciendo un liderazgo que se basa en la disonancia por la disonancia y tambi¨¦n en echar balones de fuera¡±. Pone otro ejemplo: ¡°?Qu¨¦ ocurri¨® con las residencias en la Comunidad? Que la Comunidad quit¨® las competencias a Ciudadanos [retir¨® la potestad de estos centros sociosanitarios a Alberto Reyero, consejero de Pol¨ªticas Sociales, de ese partido] y las entreg¨® al consejero de Sanidad [Enrique Ruiz Escudero, del PP], eso era un se?alamiento de ¡°lo has hecho mal¡±, como si la Comunidad no tuviese nada que ver, como si Ayuso no tuviese responsabilidad sobre ello¡±.
¡°La verdad queda relegada a un segundo plano¡±
As¨ª ¡°crean la realidad¡±, enlaza Guadalupe Morcillo. ¡°La verdad queda relegada a un segundo plano, porque importa m¨¢s llegar a la emoci¨®n del ciudadano que llegar al hecho ver¨ªdico en s¨ª, hay una distorsi¨®n de la verdad. La posverdad¡±. ?Ha sido una buena estrategia? ¡°Para los objetivos que ten¨ªan ellos ha sido muy buena¡±, responde Fumanal.
¡°La de Ayuso ha sido estar, ser, mientras otros pasaban sin pena ni gloria, su oposici¨®n por sistema ha hecho que ella siempre aparezca¡±, ampl¨ªa la especialista. ¡°La gente no se pregunta si es o no en base a criterios sanitarios, ve que ella es la ¨²nica que le planta cara a Pedro S¨¢nchez, se coloca como la oposici¨®n de facto del Gobierno central y lo hace, adem¨¢s, obviando a su jefe, Pablo Casado¡±.
La verdad queda relegada a un segundo plano, importa m¨¢s llegar a la emoci¨®n del ciudadano que llegar al hecho ver¨ªdico en s¨ªGuadalupe Morcillo, comunicaci¨®n pol¨ªtica
Unido a esto, dice Morcillo, viene ¡°la ¨¦tica pol¨ªtica¡±: ¡°?tica viene de ethos, y el ethos eran todas esas virtudes y cualidades que tiene que tener un pol¨ªtico en pro de la verdad para hacer el bien con honradez, justicia, equidad. Hoy en d¨ªa est¨¢ infravalorada. Por no decir que est¨¢ en desuso¡±.
Cuando el cerebro no tiene un rasero para medir la tragedia
El modo en el que la Comunidad ha enfocado su estrategia comunicativa cala, en parte, ¡°por el sesgo de ajuste y anclaje¡±, afirma la experta en comunicaci¨®n pol¨ªtica Ver¨®nica Fumanal. ¡°Es una trampa cognitiva que tiene nuestro cerebro para saber si algo es mucho, poco o est¨¢ en la media¡±. Como ejemplo, pone los caf¨¦s de Starbucks: ¡°Es caro o barato, si lo comparas con uno de una cafeter¨ªa normal. Entonces dices: 'Es car¨ªsimo'. Pero ellos, para enga?ar al cerebro, utilizan el 'neuromarketing' y te colocan tres tama?os: peque?o, mediano y grande. La gente siempre coge el del medio, porque le parece barato en comparaci¨®n a los otros dos, a pesar de ser el triple m¨¢s caro que el de la cafeter¨ªa de al lado¡±. En una pandemia in¨¦dita, saber exactamente si algo es mucho o poco es complicado. ¡°El cerebro no tiene ese ajuste y anclaje¡±, puntualiza.
Sucede, por ejemplo, con el umbral que la Comunidad fija para activar o desactivar zonas b¨¢sicas de salud. El sem¨¢foro que el Ministerio de Sanidad y las autonom¨ªas acordaron en oto?o establece que por encima de los 250 casos la situaci¨®n se considera de ¡°riesgo extremo¡±. Madrid lo tuvo primero en 500, el 20 de noviembre lo baj¨® a 400, en plena tercera ola, en enero, lo subi¨® a 618, y as¨ª ha ido modificando ese rasero, siempre muy por encima del criterio t¨¦cnico sobre el peligro que marcaron los expertos. Ocurre tambi¨¦n con el repetido argumento del aeropuerto de Barajas como foco de contagios, cuando los propios datos de la Comunidad reflejan que desde el 11 de mayo [fecha de conteo de la Direcci¨®n General de Salud P¨²blica] y hasta el 14 de marzo [fecha del ¨²ltimo bolet¨ªn epidemiol¨®gico] hay 464 casos importados, el 0,08% del total de nuevas infecciones en ese mismo periodo, 536.646. El hecho de que de alguna manera se obvien este tipo de cuestiones tiene que ver con el sesgo anterior, y tambi¨¦n ¡°con la confianza en las instituciones cuando la crisis est¨¢ tan mediatizada por la ideolog¨ªa¡±, explica Fumanal.
Aqu¨ª, Granados a?ade que la Comunidad de Madrid no se dirige a la ciudadan¨ªa ¡°sino a sus votantes¡±: ¡°Saben que tal y como est¨¢n las cosas no va a haber cr¨ªtica por parte de los suyos y tampoco les importan los otros. Ni los medios, los que son afines a su l¨ªnea recogen y reproducen lo que dicen, sin an¨¢lisis y sin contrastar datos¡±.
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