El artista urbano Misterpiro pinta el ¡°cielo¡± de un caf¨¦ de Malasa?a
El due?o del caf¨¦ de Ruiz, Sergio Ochoa, adquiere esta colorida creaci¨®n para dar impulso a su negocio
Misterpiro siente fascinaci¨®n por los atardeceres. Y por los cielos de Rubens y Turner. Los reinterpreta en sus creaciones llen¨¢ndolos de vivos colores con el objetivo de alegrar las miradas. Este artista urbano acaba de transformar el techo del caf¨¦ de Ruiz, ubicado en el barrio de Malasa?a en el n¨²mero 11 de la calle de Ruiz, en una explosi¨®n de azules, rojos y magentas que traslada a aquellos que lo contemplan al terreno de lo on¨ªrico, a la suave l¨ªnea que separa la vigilia del sue?o. Aunque en este caso su obra es tambi¨¦n un compromiso con la hosteler¨ªa. Quiere ayudar al sector a salir de la encrucijada de la pandemia. ¡°Sobrevivo a duras penas¡±, dice Sergio Ochoa, el due?o de este caf¨¦ que naci¨® en 1977, reci¨¦n estrenada la democracia, con vocaci¨®n de ser un refugio pol¨ªtico y literario.
La idea de decorar el caf¨¦ de Ruiz con las pinceladas de Misterpiro empez¨® a fraguarse antes del confinamiento, ya que Sergio Ochoa se declara fan del trabajo de este artista, al que conoce desde hace varios a?os. La afinidad y cercan¨ªa de ambos ha provocado que esta nueva creaci¨®n, pintada hace apenas una semana, quede para siempre en este lugar de encanto vien¨¦s que ha intentado no perder su esencia. ¡°Obviamente el techo tiene tir¨®n, se mueve en redes sociales y llega a un mont¨®n de gente. Era consciente de que repercusi¨®n iba a tener. Es una inversi¨®n econ¨®mica que he hecho para el local¡±, confiesa Ochoa, aunque matiza que el impulso que quer¨ªa dar a su negocio no fue la ¨²nica raz¨®n para adquirir la obra de Misterpiro. Para ¨¦l es vital apoyar el arte urbano, que tampoco goza de buena salud.
Este artista de 26 a?os cuenta que no encontraba el momento para realizar la obra. Primero por la pandemia y despu¨¦s por la preparaci¨®n de sus exposiciones. La galer¨ªa Kreisler acoge hasta el 15 de abril Sobreviviendo a la ausencia, un conjunto de sus creaciones pand¨¦micas que expresan la falta de libertades del momento actual. ¡°Pens¨¦ que hab¨ªa que echar una mano a la hosteler¨ªa, pero es un rollo ir con todas las pinturas y tienes que tener tiempo para hacerlo. Se me ha olvidado firmar, que me suele pasar, y hacer la foto final¡±, comenta entre risas.
Dos amigas toman un c¨®ctel recostadas en unos sillones verdes de terciopelo. Henar Ortega se hab¨ªa fijado en el techo y reconoce que le ha parecido ¡°un rollo Capilla Sixtina pero de otra manera¡±. Piensa que encaja perfectamente con el nuevo aire del caf¨¦. ¡°Es un motivo para quedarse y venir de forma regular, cuando hay obras de arte en sitios as¨ª y tienen un significado, se hace mucho m¨¢s agradable estar¡±, opina Jos¨¦ Luis D¨ªaz, que est¨¢ sentado al lado de un enorme ventanal abierto que da directo a la calle.
Pintar sobre un techo no es tarea f¨¢cil. Misterpiro recalca que mantener el equilibrio es importante y que al estar mirando todo el rato hacia arriba puede haber tropiezos con los botes de pintura. ¡°Pero ha quedado muy guay. Quer¨ªamos hablar con un t¨¦cnico de luces para crear un efecto de profundidad con una iluminaci¨®n blanca muy flojita, para que parezca que est¨¢ el cielo s¨²per lejos¡±, se?ala.
Sergio Ochoa afirma que los bares est¨¢n en una situaci¨®n l¨ªmite y que aunque ¨¦l consigue mantenerse, lo est¨¢ pasando mal a nivel empresarial. Pero no se rinde y se involucra todo lo que puede, como en la decoraci¨®n. Cree que los locales est¨¢n vivos, y por eso disfruta poniendo y quitando cosas para que adquieran personalidad propia. ¡°He heredado este caf¨¦ y le he dado la forma que quer¨ªa. Ten¨ªa un tipo de p¨²blico mayor que sigue viniendo, pero el concepto ha cambiado y el nicho de mercado es diferente¡±, indica este empresario que lleva dos a?os a cargo de este rinc¨®n lleno de historia. ¡°Aqu¨ª se reun¨ªan los intelectuales en los 70 y 80, tambi¨¦n comunistas y antifascistas. Tiene connotaciones pol¨ªticas en su primera etapa. Ahora sigo manteniendo esa parte literaria con tertulias y charlas¡±, afirma. Casa Macareno y Bodegas El Ma?o, otros cl¨¢sicos del barrio, tambi¨¦n corren a su cargo.
Los ¨²ltimos ataques al arte urbano, como el del mural feminista de Ciudad Lineal y la desaparici¨®n de la obra de Blu, preocupan a Misterpiro. Siente que la capital se ha vuelto reticente a las creaciones. ¡°Es verdad que es un arte muy invasivo, es como si te ponen un cuadro gigante en tu casa y tienes que verlo todos los d¨ªas. Hay una parte delicada ah¨ª que siempre hay que trabajar¡±, reflexiona. Aun as¨ª, no comprende por qu¨¦ una actividad segura y f¨¢cil de organizar no se promueve. ¡°Se necesita un artista, un andamio y pintura. Se podr¨ªa hacer para impulsar la alegr¨ªa y seguir con la cultura de Madrid. Yo he trabajado m¨¢s en mural interior, pero Okuda y otros artistas que hacen trabajos en exterior coinciden en que la cosa est¨¢ muy parada¡±, lamenta.
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