Una lutier coreana afianza el futuro de la guitarra espa?ola
Formada en el taller de un artesano madrile?o, Yunah Park se ha hecho hueco en un gremio dominado por los varones de largas sagas familiares y sin apenas recambio generacional
El artesano firma su guitarra con una roseta. Teselas de madera tintada en diferentes colores que rodean la boca de la tapa formando motivos geom¨¦tricos. Hace casi una d¨¦cada, Yunah Park, de 38 a?os, personaliz¨® con una de estas piezas el primer instrumento que fabricaba sin la supervisi¨®n de su maestro. Centro en forma de flor, espiguillas cuatricolor y franjas en blanco y negro ensambladas durante tres largas jornadas que un error tonto de c¨¢lculo termin¨® echando por tierra. Ahora vigila su taller de Malasa?a (Madrid) el boceto de aquel mosaico frustrado, recordando la fragilidad de una profesi¨®n que han dominado largas sagas familiares. Mujer y surcoreana, Park es ¨²nica en el gremio.
En Espa?a trabajan de manera artesanal solo otras tres constructoras de guitarras cl¨¢sicas, todas nacidas en el pa¨ªs. El resto son varones, la mayor¨ªa pr¨®ximos a la jubilaci¨®n, seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Guitarreros. Park comenz¨® a preparase como solista en un barrio de clase media de su Se¨²l natal, licenciatura que complet¨® por recomendaci¨®n de su tutor en el conservatorio alicantino de ?scar Espl¨¢. Mientras perfila una tapa de abeto alem¨¢n, explica que su sue?o era fabricar una sola guitarra para s¨ª misma, ¡°pero ning¨²n lutier quiere revelarte sus secretos y que salgas por la puerta sin m¨¢s¡±. Un viraje profesional al t¨¦rmino de sus estudios ¡ª¡±no quer¨ªa acabar impartiendo clase¡±¡ª la llev¨® a ofrecerse como meritoria en varios talleres guitarreros. Peregrinaje in¨²til, ya que estos conocimientos suelen transmitirse de generaci¨®n en generaci¨®n. Hasta que en Madrid encontr¨® a su mentor.
En la capital sobreviven una quincena de tiendas de este tipo, ?ngel Benito gobierna una de ellas. ?l buscaba disc¨ªpulos que le sucedieran en sus t¨¦cnicas y estudios. Sobre todo, en aquellos que se centran en c¨®mo las diversas formas y materiales del instrumento modifican la sucesi¨®n del sonido. En Corea del Sur se conoce a este maestro como lutier de cabecera del concertista Daekun Jang, al que la guitarra espa?ola debe buena parte de su estatus en Asia. Junto a otros dos alumnos, Park comenz¨® a estudiar en el luminoso taller de la calle de Montele¨®n que despu¨¦s heredar¨ªa. Sus compa?eros, sin embargo, claudicaron pronto. ¡°Muchos se desesperan porque este es un proceso de aprendizaje que dura toda la vida y requiere esfuerzo¡±, apunta ella. Al principio se limitaba a escuchar, hasta el segundo a?o no cambi¨® los apuntes por las herramientas.
Como iniciaci¨®n a la artesan¨ªa, Park se dedic¨® a elaborar primero peque?os joyeros con retales de madera. Despu¨¦s consigui¨® especializarse en tres modelos diferentes de guitarra que construye en tres meses y cuestan 4.200 euros cada una. La lista de espera para hacerse con ellas dura un a?o. Esta ma?ana de abril la lutier acaba de enviar a Gran Canaria un paquete con su ¨²ltimo reto?o. Lamenta que, a causa de la pandemia, el nuevo propietario no haya podido viajar hasta Madrid para probarlo antes del barnizado. Las dimensiones del instrumento var¨ªan en funci¨®n del int¨¦rprete, ¡°unos dedos cortos requieren adaptar el mango, alguien bajito necesita reducir el per¨ªmetro de la caja de resonancia¡±. De lo contrario, tras horas de ensayo cada d¨ªa, puede lesionarse el antebrazo o los m¨²sculos de la mano.
Algunos clientes la toman por dependienta. Solo estrech¨¢ndole la mano caen en la cuenta de su verdadero cometido, pues notan sus callos y asperezas. Hija de una aficionada a tocar, Park siempre ha vivido rodeada de guitarras, aunque el proceso constructivo le resultaba ajeno. El respaldo de un patricio del gremio como ?ngel Benito ayud¨® a que la tomaran en serio, ¡°sin ¨¦l lo habr¨ªa tenido mucho m¨¢s dif¨ªcil¡±, sostiene. Resulta habitual que los curiosos se asomen a su taller, donde pasa sola la mayor parte del d¨ªa. Al otro lado del cristal puede parecer ins¨®lita la escena de una mujer asi¨¢tica construyendo el instrumento espa?ol por excelencia . ¡°Los ni?os preguntan a sus madres qu¨¦ hace una china fabricando guitarras. Por eso he colgado una bandera coreana, al menos que conozcan mi procedencia¡±, r¨ªe.
La guitarra espa?ola se parece a la guitarra flamenca solo en apariencia. La primera, concede Park, tiene que prolongar el sonido hasta el legato. La segunda, por el contrario, cortarlo de manera percutiva. Su ¨²ltima creaci¨®n es una copia de la que en 1924 encargara el concertista jienense Andr¨¦s Segovia al m¨ªtico lutier Santos Hern¨¢ndez. El original, conservado en la Biblioteca Musical V¨ªctor Espin¨®s de la capital, se caracteriza por la flexibilidad del fraseo y unos bajos profundos. Park produce el fondo de esta guitarra con maderas de palosanto de Madagascar, diapas¨®n de ¨¦bano africano, mango hecho con cedro hondure?o y tapa extra¨ªda del abeto alem¨¢n. Aplica la goma laca del barniz con la sola ayuda de una mu?eca de algod¨®n. Y el silencio reina en su taller: ¡°No puedo escuchar m¨²sica y trabajar a la vez¡±.
Hay quien dice que sus creaciones adquieren un sonido delicado y sensible, ella lo atribuye a esas peque?as y estilizadas manos con las que alcanza a rematar cualquier detalle. Su maestro se apresura a definirla como ¡°una valiente que en menos de una d¨¦cada ha conseguido colocarse en primera l¨ªnea guitarrera¡±. Su elevada formaci¨®n musical, considera Benito, juega un importante rol en la manera que tiene de ensamblar instrumentos: ¡°Muchos lutieres provienen de la ebanister¨ªa y no saben tocar, dependen de que un int¨¦rprete pruebe la guitarra y ofrezca su veredicto sobre si est¨¢ o no terminada. Yunah [Park] no tiene ese problema, sabe perfectamente lo que quiere, tiene su propio criterio. Le interesa conocer la tradici¨®n, pero tambi¨¦n empieza a desarrollar su propia manera de hacer las cosas¡±.
Los artesanos se encuentran acorralados por la fabricaci¨®n industrial. Park sostiene que esta ¡°no tiene por qu¨¦ implicar una peor calidad, si bien es cierto que el resultado final tiene menos personalidad¡±. Precisamente fue el car¨¢cter de su trabajo lo que hace unos a?os despert¨® el inter¨¦s de un distribuidor internacional. Le gustaban sus guitarras, pero augur¨® que si las publicitaba con su nombre de pila nadie querr¨ªa comprarlas. Primero, por ser mujer. Segundo, por ser coreana. Din¨¢micas del mercado, dijo. ¡°Propon¨ªa que me escondiera bajo la identidad de mi marido, catedr¨¢tico de conservatorio. Era una oportunidad de negocio, pero yo me negu¨¦¡±. Adem¨¢s de colocar la roseta, desde entonces rotula con cierta solemnidad cada una de sus creaciones: ¡°Hecho en Madrid. Yunah Park, lutier¡±.
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