Paz Torralba, la dama de las aguas del Ritz
La fundadora de los centros est¨¦ticos y las peluquer¨ªas The Beauty Concept gestiona el spa del hotel m¨¢s nuevo y lujoso de la capital
Sin propon¨¦rselo, y reci¨¦n vestida en el ¨²ltimo minuto, Paz Torralba parece haberse puesto a juego con el lugar de la entrevista. La chaqueta dorada, el mono blanco y negro y su pelo rubio concuerdan con el spa del hotel Ritz, el reci¨¦n reabierto establecimiento de la plaza de la Libertad, que ella gestiona, y donde es retratada. Tambi¨¦n parece engamarse con el gran vest¨ªbulo donde charla mientras toma caf¨¦ con leche en sus blancas y doradas tazas. Pero rompe con la posible distancia que impone un lugar as¨ª al re¨ªr estrepitosa, al interrumpir el constante repiqueteo del piano de la sala levant¨¢ndose, saludando a todo el que pasa y dando delicadas pero firmes ¨®rdenes desde su tel¨¦fono m¨®vil, que le cuesta soltar incluso durante la entrevista, para martirio de su responsable de prensa, que pone los ojos en blanco mientras observa la escena en la distancia.
Torralba se conoce bien el lugar. Le guarda respeto, pero no reverencia. Lleva m¨¢s de dos a?os trabajando con la cadena Mandarin Oriental, nueva propietaria del alojamiento, para crear su balneario. El que gestiona bajo su marca, The Beauty Concept, que tambi¨¦n tiene en Madrid dos centros de est¨¦tica, una peluquer¨ªa-cocteler¨ªa-tienda de libros-coworking (todo junto, muy revuelto y muy divertido) y est¨¢ a punto de abrir la siguiente. Y ahora ha dado vida al spa del lugar, que consta de la instagrameable piscina (cuyo techo reproduce las constelaciones celestiales tal y como se ven desde el jard¨ªn del madrile?o hotel), rodeada de media docena de tumbonas, duchas, saunas y ba?os turcos, una gran cabina y tres suites para tratamientos.
La empresaria se vio sometida a un largo proceso para ser seleccionada por ¡°el hotel m¨¢s lujoso de Madrid, de Espa?a y de Europa¡±, como dice orgullosa. Observaron su reputaci¨®n, sus clientes, las marcas de los productos que utilizaba, su uso de las redes sociales, su discreci¨®n... ¡°Y vieron que se alineaba mucho con lo que quer¨ªan¡±, relata, dando sorbos a ese caf¨¦ con leche. Su alianza se ha forjado durante estos a?os de pausa pand¨¦mica y es ¡°a largo plazo¡±, concede. ¡°Es que es la primera vez que un Ritz Mandarin Oriental externaliza estos servicios¡±, cuenta, orgullosa.
Ella ha podido dise?ar a medida c¨®mo es esa experiencia, su men¨², sus protocolos, que pueden disfrutar tanto quienes sean clientes como quienes no. En la carta hay tratamientos, faciales y corporales, de maderoterapia, antiestr¨¦s, de piedras calientes o para futuras madres, as¨ª como pedicuras, manicuras, liftings o peelings. Los precios oscilan entre los 100 y los 300 euros. Todo el que opte por uno de ellos podr¨¢ tener acceso a la piscina, siempre bajo reserva y dando prioridad a los clientes del hotel.
Torralba emplea, solo all¨ª, a 13 personas, de socorristas a recepcionistas, entrenadores personales o esteticistas. En todos sus centros su personal asciende a medio centenar de personas. Nada mal para aquella muchacha que hace 20 a?os se cans¨® de trabajar en banca y decidi¨® montar un centro de est¨¦tica. Fue en 2005 cuando abri¨® su primera cl¨ªnica. La segunda lleg¨® en 2016 y su peluquer¨ªa, donde lo mismo ponen unas mechas que un c¨®ctel (tienen barman fijo), el pasado noviembre de 2020. Y a¨²n cuenta a carcajadas ese primer momento en el que se compr¨® ¡°una m¨¢quina para depilar con cera¡±, recuerda quien hoy es pionera en tratamientos est¨¦ticos en la capital. Ella, que tard¨® dos a?os en conseguir la licencia m¨¦dica y que empez¨® con un m¨¦dico acudiendo dos horas a la semana, tiene ahora tres doctores en plantilla en sus cl¨ªnicas.
Bases de datos conectadas
Ahora esos centros atienden a los que, m¨¢s all¨¢ de los tratamientos del spa, quieran hacerse color en el pelo o alg¨²n tratamiento m¨¦dico est¨¦tico. Cuentan con un ch¨®fer que recoge al cliente en el hotel y lo lleva all¨ª. Y sus bases de datos est¨¢n conectadas para dar un servicio del todo personalizado. ¡°Hemos notado que la apertura en el hotel se asocia con un ¡®eres bueno¡¯. Con que tienes credibilidad. Nos ha dado reputaci¨®n, ha subido el nivel y el ticket medio. El Ritz se ha convertido en un secreto a voces¡±, afirma.
Un crecimiento que se traduce en listas de espera para los centros de Torralba. ¡°Y yo me impaciento¡±, reconoce. Por eso ha decidido abrir ahora un nuevo centro, tambi¨¦n en Ortega y Gasset, al lado de su cl¨ªnica y de su peluquer¨ªa-boutique, que se invent¨® porque, como dice ella, ¡°soy la peor clienta¡±. ¡°Seg¨²n entro por la puerta empiezo: ?Cu¨¢nto tiempo me queda?¡±. Por eso decidi¨® que all¨ª se podr¨ªa teletrabajar, tomar caf¨¦ o comprar un regalo de ¨²ltima hora. Un modelo divertido y que pretende ¡°que se pueda extrapolar, pero no con franquicias, porque se pierde el valor de la firma¡±. Y su gran valor, afirma, es ¡°el diagn¨®stico personalizado, adem¨¢s de las manos, los profesionales que est¨¢n detr¨¢s¡±.
Torralba se muestra feliz de los logros de los ¨²ltimos meses: un centro en noviembre, el spa el 15 de abril, otro proyecto en marcha. Su d¨ªa a d¨ªa lo marcan sus establecimientos, y en buena parte los pasillos entelados y dorados del Ritz, las l¨¢mparas de ara?a que penden sobre la piscina, esa franjita de luz natural que se cuela sobre las aguas. ?Y el futuro? ¡°El futuro es el presente¡±. Un presente en el que corre, sonriente y con prisas, y en el que el caf¨¦ con leche ya se ha quedado fr¨ªo.
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