Molecot, platos pintados a mano para decorar las mejores mesas

Como ocurre con ciertas, escogidas, firmas hoy ya asentadas, Molecot empez¨® gracias a dos elementos lejanos a esa intenci¨®n empresarial: la amistad y la afici¨®n. La amistad entre tres mujeres que las llev¨®, juntas, a empezar una pasi¨®n que se ha profesionalizado y convertido en una empresa que vende en todo el mundo y que ahora ha dado un paso m¨¢s gracias a entrar en la plataforma Moda Operandi, una de las m¨¢s importantes del mundo en cuando a venta por Internet de art¨ªculos de lujo. En ella se pueden adquirir los exclusivos y perfeccionistas platos, velas, jarrones, maceteros o hasta l¨¢mparas que dise?an y pintan las tres socias de Molecot.

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Los altos muros de un chalet de Aravaca no permiten sospechar que lo que se esconde tras la automatizada cancela es ¡ªadem¨¢s del hogar de una de sus fundadoras y creadoras¡ª el taller de Molecot. Tornos, pinceles y botes de pintura, adem¨¢s de armarios que rozan el techo donde se guarda la porcelana francesa de Limoges con la que trabajan, llenan la sala donde pasan sus horas.

Sentadas en el porche de la casa que alberga el taller, estas tres amigas del colegio se muestran c¨®mplices. Sus bagajes profesionales tienen poco que ver con lo que en seis a?os ha llegado a ser Molecot. Mar¨ªa Jos¨¦ Gonz¨¢lez-Moro se dedicaba a la banca y pas¨® cinco a?os viviendo en Suiza. Al volver, y con tres ni?as peque?as, decidi¨® apuntarse a un taller de pintura sobre porcelana con sus dos amigas de la infancia. Juqui Su¨¢rez de Lezo era abogada, hab¨ªa pasado nueve a?os en la asesor¨ªa jur¨ªdica de Telef¨®nica hasta tomarse una excedencia cuando tuvo al tercero de sus cuatro hijos, mientras que Marta Cotoner era arquitecta de interiores y ejerci¨® durante unos a?os, hasta que tuvo cuatro ni?os. As¨ª, entre sus tareas profesionales y el tiempo que les dejaban sus amplias familias, empezaron a descubrir que su gusto a la hora de pintar la porcelana era tambi¨¦n del agrado de muchos.

¡°Nunca, jam¨¢s en mi vida se me hubiera ocurrido que de aquellas clases ¨ªbamos a llegar a montar algo¡±, reconoce Gonz¨¢lez-Moro, que cree que tambi¨¦n estar pasando por un momento vital similar les hizo meter una marcha m¨¢s. ¡°Tambi¨¦n es que en las clases todos empezaron a decirnos: ¡®Uy qu¨¦ mono, hazme uno¡±, recuerda Su¨¢rez de Lezo. ¡°Empez¨® como algo un poco de amigos, muy informal, y luego empez¨® a coger forma y a tener ¨¦xito¡±, recuerda Cotoner.

Al a?o ya montaron una sociedad. ¡°Quer¨ªamos las cosas muy legales¡±, r¨ªe Su¨¢rez de Lezo, a coro con sus amigas. Y se convirti¨® en un trabajo, yendo a diario al taller y teniendo que sacar colecciones, cumplir con pedidos... ¡°No puedes parar, siempre hay algo que hacer¡±, afirma Cotoner. ¡°Y adem¨¢s no nos faltan las ideas, tenemos mil proyectos¡±, reconoce Gonz¨¢lez-Moro. Ideas con las que evolucionan, pero que hacen que su porcelana, adem¨¢s de por la gran calidad de la misma, sea reconocible por el hilo conductor de Molecot: fuertes pinceladas de color, la combinaci¨®n de blanco y negro, el uso del dorado, las iniciales... pero ¨²ltimamente tambi¨¦n los motivos florales, como en una de sus ¨²ltimas colecciones, que montan con todo detalle en una fastuosa mesa llena de tulipanes para la sesi¨®n de fotos que inmortalizar¨¢ la entrevista.

Sus piezas se encuentran en su propia p¨¢gina web, pero tambi¨¦n en la tienda Gunni Trentino del Paseo de la Habana, en la plataforma espa?ola EsFascinante y ahora en Moda Operandi, un salto que es ¡°muy emocionante¡±. Y por supuesto triunfan en sus redes (tienen 24.000 seguidores en Instagram), que gestiona Su¨¢rez de Lezo con pasi¨®n, y que las acerca mucho a sus clientes y les permite personalizar las creaciones. ¡°Es parte del lujo, ese trato exclusivo con el cliente, que a lo mejor se ha encaprichado con una colecci¨®n pintada a mano pero en otro color, o le gusta otro tipo de iniciales... Nos adaptamos. Hay un trato bastante cercano, recibimos y estamos en contacto¡±, explica.

Las tres lo gestionan y lo pintan todo, a mano y en su taller, aunque algunos de sus dise?os ya se transfieren a la porcelana (a mano tambi¨¦n) en una f¨¢brica espa?ola de la que, muy cucas, prefieren no dar demasiados detalles, pero que las ayuda a lograr un mayor ritmo en la producci¨®n ¡°y con la misma calidad¡±, afirman al un¨ªsono. Las bodas son uno de sus principales escaparates, al suponer una ocasi¨®n perfecta para un regalo de ese tipo: bonito, duradero, especial, muy pensado para un hogar. De hecho, las bodas les han dado uno de sus momentos m¨¢s especiales, porque crearon uno de los regalos que el futuro duque de Alba, Fernando Fitz-James Stuart y Sol¨ªs, y su esposa, Sof¨ªa Palazuelo, recibieron al casarse, en octubre de 2018.

En sus seis a?os de existencia han llegado ah¨ª pasito a pasito, porque aunque ¡°cada vez hay m¨¢s gente que pinta vajillas, otra cosa es dise?ar y hacerlo a m¨¢s escala¡±, a un nivel profesional. ¡°Con nuestras subidas y bajadas¡±, reconoce Cotoner. Pero ver su logo estampado tras sus piezas, acudir a una prestigiosa feria de hogar en Par¨ªs en 2019 o colaboraciones con marcas como Mar¨ªa de la Orden o Coordonn¨¦ las hace confiar en el futuro. Aunque ¡°con mucha paciencia¡±, como dice Gonz¨¢lez-Moro. Y con mucho, mucho papel de burbuja. Para que los Molecot lleguen tan y como salieron de ese taller de Aravaca.