El tesoro de 91 millones que explotan las compa?¨ªas de telecomunicaciones en los t¨²neles del Metro de Madrid
La empresa p¨²blica licita el alquiler de su fibra ¨®ptica sin usar hasta 2041
Por los t¨²neles del Metro de Madrid pasan algo m¨¢s que trenes con pasajeros. Kil¨®metros de fibra ¨®ptica para transmitir datos a alta velocidad. Y valen su peso en oro. Igual que si fuera una compa?¨ªa de telecomunicaciones, el suburbano acaba de abrir una licitaci¨®n con la que puede llenar su caja fuerte: pide hasta 91 millones de euros por alquilar hasta 2041 la fibra ¨®ptica sin utilizar que recorre sus t¨²neles, y que las empresas interesadas podr¨¢n conectar luego a las redes que llegan a los edificios a los que dan servicio. La compa?¨ªa explotar¨ªa as¨ª metros de fibra que instal¨® por si acaso, como ocurre en otras grande estructuras, y que luego no ha empleado. Los adjudicatarios, por su parte, ganar¨ªan acceso a una red que recorre todo Madrid.
1999. Madritel anuncia a bombo y platillo que arranca su negocio en la regi¨®n. Con el presidente Alberto Ruiz-Gallard¨®n d¨¢ndole la bienvenida, tantos puestos de trabajo promete, la empresa destaca un dato: ya ha abierto 100 kil¨®metros de zanjas para enterrar los cables que son las venas que alimentan al coraz¨®n de su negocio. Ocurre que la fanfarria del lanzamiento oculta un peque?o problema: el proyecto, se?ala la hemeroteca, lleva cuatro meses de retraso debido a las dificultades que han encontrado sus impulsores para cavar esas zanjas.
Y resulta que en Madrid hay ya un surco inmenso que recorre la Comunidad de Norte a Sur y de Este a Oeste. Nadie lo sabe a¨²n, pero esa zanja, adem¨¢s, solo va a crecer y crecer en los m¨¢s de 20 a?os que pasan entre entonces y hoy. 150 kil¨®metros exactamente. Son los t¨²neles del metro. Madritel acaba firmando el primer contrato para explotar la fibra ¨®ptica oscura (sin usar) del suburbano.
¡°Metro ofrece conexi¨®n de fibra ¨®ptica pr¨¢cticamente desde cualquier punto de la Comunidad de Madrid¡±, explica un portavoz de la compa?¨ªa, apuntando al ahorro de costes que supone para las contratistas aprovechar una infraestructura que ya est¨¢ puesta en pie. ¡°El objetivo del contrato es alquilar a operadores de telecomunicaciones con negocio de fibra ¨®ptica la fibra ¨®ptica excedente de Metro de Madrid, es decir, toda aquella fibra que a Metro no le es necesaria para su propio negocio¡±, abunda. ¡°Ser¨¢n las empresas operadoras de telecomunicaciones las que valorar¨¢n si este alquiler de fibra ¨®ptica les interesa o no¡±.
En 1999, cuando la red era mucho m¨¢s peque?a, Madritel se comprometi¨® a pagar 12,6 millones de euros durante 20 a?os. Y en 2000, en id¨¦nticas circunstancias, Iberdrola firm¨® por 22 millones de euros. Durante la vigencia de esos dos acuerdos, ya vencidos, las dos compa?¨ªas acometieron obras en las instalaciones del suburbano para acoplar las posibilidades que ofrec¨ªa la infraestructura subterr¨¢nea a sus necesidades, mejorando lo que hab¨ªa. ?El objetivo? Explotar la red ya instalada en los 240 kil¨®metros de t¨²neles del Metro para transmitir grandes cantidades de datos a grandes distancias y a toda velocidad.
Muchas de esas actuaciones se produjeron de noche. Entonces, como ahora, mientras los pasajeros duermen, el Metro permanece despierto. Es el momento de las labores de mantenimiento. Tambi¨¦n, seg¨²n establecen los contratos, el de actuar sobre la fibra ¨®ptica que recorre los andenes de las estaciones y los t¨²neles por los que transitan los trenes.
Al d¨ªa siguiente, cuando vuelven los pasajeros, nada parece haber pasado. El Metro sigue pasando. Por las ventanas desfilan a toda velocidad muros ennegrecidos y estaciones luminosas. Aunque parece dif¨ªcil de imaginar, esas paredes tienen un contenido millonario: hasta 91 millones de euros en fibra ¨®ptica que el Metro ha licitado divididos en cinco lotes, cada uno con sus tramos correspondientes a l¨ªneas del suburbano, sus metros exactos recorrido, y su n¨²mero detallado de fibras a alquilar.
¡°La infraestructura de fibra ¨®ptica de Metro de Madrid dispone del volumen necesario para satisfacer las necesidades propias de transmisi¨®n actuales y las que se han previsto que pueda surgir durante los pr¨®ximos 20 a?os, habiendo proyectado poder dedicar la capacidad excedentaria a su explotaci¨®n comercial¡±, se lee en la memoria justificativa del contrato. ¡°Se solicita la autorizaci¨®n para el inicio de un proceso de licitaci¨®n (¡) motivado por la finalizaci¨®n de los contratos vigentes, permitiendo as¨ª la continua generaci¨®n de ingresos para la compa?¨ªa¡±.
Ocurre que Metro es una infraestructura cr¨ªtica para el funcionamiento de la comunidad. Se pudo ver durante el temporal Filomena, cuando el suburbano permaneci¨® abierto 24 horas al d¨ªa para intentar compensar en lo posible el colapso del transporte terrestre. En consecuencia, meter la piqueta en sus pasillos es un ejercicio de precisi¨®n, parecido al del bistur¨ª del cirujano en el quir¨®fano. Los errores se pagan caros. Muy caros.
As¨ª, si los concesionarios causaran un problema en el servicio, tendr¨ªan que indemnizar a la compa?¨ªa, y con intereses, seg¨²n establece el contrato que se licita. A¨²n as¨ª, parece claro que a las empresas les merece la pena el riesgo de este negocio subterr¨¢neo: justo cuando estaba pr¨®ximo el vencimiento de su contrato con Metro, Iberdrola cerr¨® la cesi¨®n de los derechos de uso de parte de su red de fibra oscura en Espa?a (incluyendo la del Metro, pero no solo esa) por 260 millones de euros.
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