Martirio: ¡°No me han doblegado los dolores, ni las traves¨ªas del desierto¡±
Valiente y orgullosa a sus 67 a?os, la cantante regresa a Madrid para repasar casi cuatro d¨¦cadas de actividad ic¨®nica
En cierta ocasi¨®n, un periodista poco avezado le pregunt¨® a Martirio si hac¨ªa muchos a?os que conoc¨ªa a aquel guitarrista tan brillante que la acompa?aba siempre. ¡°M¨¢s en concreto, desde el mismo d¨ªa en que lo par¨ª¡±, respondi¨® ella. Pero Maribel Qui?ones y Ra¨²l Rodr¨ªguez son incluso m¨¢s que madre e hijo y compa?eros de escenario y fatigas, como si todo ello fuera poco. Los dos son inspiraci¨®n y espejo, ejemplo rec¨ªproco para el arte y la vida, objeto de admiraci¨®n devota. Se buscan con la mirada y entrelazan los pensamientos para hacerlos a¨²n m¨¢s profundos, m¨¢s sabios. Y m¨¢s ahora, que coinciden mucho menos de lo que se necesitan.
Entre los rigores de la pandemia y la mudanza de Rodr¨ªguez ¨Cque se nos han marchado hasta el Algarve portugu¨¦s¨C, ¨²ltimamente no hab¨ªa manera de verse las caras m¨¢s all¨¢ de ese suced¨¢neo frustrante de la pantalla digital. Pero el estreno este jueves en la sala Clamores de Traves¨ªa, un nuevo proyecto conjunto para repasar y reformular ese extenso camino recorrido hasta ahora, ha propiciado el milagro del reencuentro. Deb¨ªan apurar las escasas horas previas para ensayar el repertorio, pero antes se embarcaron en una de esas conversaciones interminables que solo pueden mantenerse con un interlocutor esencial. ¡°Ten¨ªamos que ponernos al d¨ªa, pero, sobre todo, necesit¨¢bamos sintonizar nuestras almas¡±, resume Ra¨²l. Pura ¨¦tica art¨ªstica. Digno hijo de madre.
Llevo el martirio en el nombre y soy la peor porrapincho para m¨ª misma, pero no me han doblegado los dolores, ni las fatigas econ¨®micas, ni las peores traves¨ªas: las del desiertoMartirio
¡°La traves¨ªa era un concepto que me suger¨ªa mar y vocaci¨®n, pero tambi¨¦n, c¨®mo no, obst¨¢culos¡±, quintaesencia Maribel, que con las sempiternas gafas oscuras de Martirio ha privado al mundo de esos ojazos verdes que le dio su tierra de Huelva. ¡°Quer¨ªa mirar hacia atr¨¢s para sentir la ilusi¨®n de seguir con el viaje, y m¨¢s si es en compa?¨ªa del mejor marinero¡±. Se trata una singladura esencial y ampliamente distinguida (esa Medalla de las Bellas Artes, ese Premio Nacional de las M¨²sicas Actuales), pero no exenta, claro, de turbulencias, incertidumbres y serios reveses. ¡°Llevo el martirio en el nombre y soy la peor porrapincho para m¨ª misma, pero no me han doblegado los dolores, ni las fatigas econ¨®micas, ni las peores traves¨ªas: las del desierto¡±, presume.
¡ª?Y de d¨®nde ha ido sacando Martirio tanta fuerza?
Mar¨ªa Isabel Qui?ones, onubense del 54, artista desde la adolescencia y Martirio a partir del seminal alumbramiento de 1986, apura el cigarrillo en busca de una contestaci¨®n que nunca antes hab¨ªa necesitado verbalizar. Deja que transcurran los segundos, largos y espesos, consciente de que su respuesta ha de encapsular todo lo que a¨²n hoy la define y distingue. Y, al fin, concede:
¡ªEsta fuerza m¨ªa proviene de la polio, de haber convivido con ella desde peque?a. Del amor, que es tan decisivo. Amor a las cosas, a la gente, a las posibles parejas, aunque lleve ya tiempo sin ninguna y ahora disfrute de ese gustazo que supone ocupar la cama en diagonal. Y de la vocaci¨®n grand¨ªsima, porque en la m¨²sica he encontrado el lugar donde crecer, viajar y ser feliz. Me he guiado siempre por la dignidad y la honestidad, por la verg¨¹enza torera.
Las traves¨ªas tambi¨¦n son los caminitos peque?os y escondidos, los vericuetos que se alejan de la senda principal. Maribel comenz¨® a intuirlos durante su mocedad precoz en el seno de Jarcha, pero lleva transit¨¢ndolos en primera persona desde aquel primer disco de 1986, Estoy mala, que le propin¨® un en¨¦rgico e hist¨®rico revolc¨®n al pop con ra¨ªces sure?as, a la copla puesta al d¨ªa, incluso a la relaci¨®n entre el humor y la melod¨ªa. Ra¨²l Rodr¨ªguez, que por entonces apenas sumaba 12 a?os, recuerda aquella epifan¨ªa con la nitidez que le proporcionan su condici¨®n de testigo de excepci¨®n y el ¡°prodigioso disco duro¡± que, en definici¨®n propia, habita justo debajo de su cuero cabelludo.
Mi madre se convirti¨® en aquel momento en una superhero¨ªna, una eclosi¨®n desde lo m¨¢s profundo de la tierra, la le?a de mi candelaRa¨²l Rodr¨ªguez, hijo de Martirio
¡°Mi madre se convirti¨® en aquel momento en una superhero¨ªna, una eclosi¨®n desde lo m¨¢s profundo de la tierra, la le?a de mi candela¡±, enfatiza. ¡°Nadie antes hab¨ªa comprendido lo profund¨ªsimo que puede llegar a ser el humor, ni la importancia del componente l¨²dico en la m¨²sica. Y yo asist¨ªa desde primera fila a la gestaci¨®n del personaje: las canciones de Kiko Veneno, las aportaciones de Pata Negra, los peineteros, la producci¨®n de Mario Pacheco¡ Aquello era la construcci¨®n colectiva de una canci¨®n muy perfeccionada, un proceso de fertilidad creativa parecido al que desarrollaban Quintero, Le¨®n y Quiroga durante la primera edad de oro de la copla. Fue un milagro solo comparable a que el Betis ganase la Liga¡±.
¡ª?Es muy cansado cargar desde hace 35 a?os con la condici¨®n de icono?
Qui?ones resopla, ordena las ideas, dispara. ¡°La dimensi¨®n ic¨®nica es una responsabilidad, pero tengo la suerte de que no me levanto siendo Martirio. Soy Maribel durante las 24 horas del d¨ªa, puedo viajar sola con una maletona en el AVE sin que me reconozca nadie. Si digo que soy Martirio, la gente me responde: ¡®?Anda ya!¡¯. Manejo solo el ego justo para subirme al escenario.
Madre e hijo se embarcan en una conversaci¨®n apasionada sobre L¨²a, la primog¨¦nita de Ra¨²l, que a sus 11 a?os ya es una guitarrista consumada (la casta, el galgo), se maneja holgadamente con el bajo o el ukelele y lo sabe casi todo, atenci¨®n, sobre los Beatles, Bowie, Janis Joplin o¡ ?King Crimson! ¡°El otro d¨ªa se puso a tararear I talk to the wind, una canci¨®n de rock sinf¨®nico de 1969, as¨ª que solo puedo decir: no hay m¨¢s preguntas, se?or¨ªa¡±, se?ala su progenitor, entre el orgullo y el puro asombro.
?Eran as¨ª, acaso, las relaciones maternofiliales entre Ra¨²l y Martirio? El pap¨¢ de L¨²a se muestra convencido de que s¨ª. ¡°Yo aprend¨ª el oficio en casa. Mam¨¢ no me ense?¨® a tocar la guitarra, pero s¨ª la actitud de respeto al arte, la ¨¦tica, las ganas de aprender, de no creerse nunca que lo sabes todo¡±, enumera. ¡°La mejor prueba de todas esas ense?anzas la encuentro ahora cuando mi hija repasa cada ma?ana, a¨²n en pijama, lo que aprendi¨® el d¨ªa anterior. A primer¨ªsima hora, antes incluso de tomarse el desayuno¡¡±.
Maribel tiene unas ganas locas de apachurrar a sus nietas, a L¨²a y la peque?a Maia, de seis a?itos, pero mientras tanto no deja de atestiguar su crecimiento a trav¨¦s del wasap. La mayor aprovecha que su abuela es mujer ilustre para pedirle consejos. Y Martirio, claro, se los concede de mil amores. ¡°A la ni?a le da miedo cantar el p¨²blico¡±, desvela, ¡°y yo le explico que esa sensaci¨®n estar¨¢ siempre ah¨ª, porque nunca sabes con certeza si vas a conectar. Pero cuando siento que tengo demasiados nervios, siempre tiro de coraz¨®n: es lo m¨¢s limpio de que disponemos, lo que nos servir¨¢ siempre para emocionar¡±.
Un disco en clave femenina junto a Javier Ruibal
Tras el prolongado letargo de la crisis sanitaria, Martirio ha regresado con los br¨ªos de una veintea?era (ella, que ha soplado ya las 67 velas) a los distintos frentes de su actividad. Ultima la gira en torno al cubano Bola de Nieve que hab¨ªa emprendido justo cuando la pandemia derrumb¨® todos nuestros planes, pero tambi¨¦n prepara junto a su pianista de cabecera, el gaditano Chano Dom¨ªnguez, una serie de conciertos para conmemorar el vig¨¦simo quinto aniversario de Coplas de madrug¨¢, el proyecto conjunto que moderniz¨® para siempre la vigencia de estos relatos costumbristas y tremebundos. ¡°Creo que ese disco se entiende mejor ahora que cuando se hizo¡±, anota la cantante. ¡°Hoy se ve como un hito, pero en su momento tuvimos que trabajarlo a pico y pala, desde la incomprensi¨®n¡±.
Siempre ha sido as¨ª, en realidad. A Maribel le importan poco las convenciones o las promesas de gloria comercial. Por eso reh¨²ye las propuestas mayoritarias al tiempo que embarca al cantautor gaditano Javier Ruibal en un primer ¨¢lbum conjunto, a principios de 2023, sobre canciones en torno a personajes conocidos que ella misma le va susurrando. ¡°Ser¨¢ un disco dedicado a grandes mujeres de la historia. Y no quiero decir muchas, por no destriparlo, pero una de ellas ser¨¢ Santa Teresa. Muy feminista y avanzada a su tiempo, ah¨ª donde la veis¡±. Lo dice con el orgullo agn¨®stico de una antigua alumna de las teresianas. Quiz¨¢ el origen, al menos en parte, de ese pundonor que le acompa?a para todo.
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