Por qu¨¦ importa tomar medidas para evitar contagios aunque no haya saturaci¨®n hospitalaria

Madrid se resiste a tomar medidas. Es una de las comunidades m¨¢s laxas en sus protocolos contra la covid. Con la quinta ola, volvieron a imponer restricciones otras autonom¨ªas, algunas con cifras m¨¢s altas ¡ªcomo Catalu?a, con 2.080 casos por cada 100.000 habitantes en los ¨²ltimos 14 d¨ªas en la franja de 12 a 19 a?os, por ejemplo, o Navarra, con una incidencia acumulada de 3.276 entre los de 20 a 29¡ª; otras lo intentaron, como Pa¨ªs Vasco, y la justicia las tumb¨®. La Comunidad que preside Isabel D¨ªaz Ayuso ni lo ha hecho ni, hasta ahora, ha planteado esa posibilidad.

J¨®venes, asintom¨¢ticos o con s¨ªntomas leves, que no necesitan ingresar en un hospital, que no acaban en una cama en las unidades de cuidados intensivos, que no mueren. As¨ª est¨¢ siendo el perfil mayoritario de los contagiados de covid en esta quinta ola. En Madrid, desde el 1 de julio, se han notificado 68.380 casos, de ellos, la mayor¨ªa se han producido entre personas en la adolescencia y el decenio de los veinte, seg¨²n los boletines epidemiol¨®gicos de Salud P¨²blica de la Comunidad. Este martes tiene una incidencia acumulada entre los veintea?eros por encima de la media espa?ola (1.859), con 2.010 casos por cada 100.000 habitantes en los ¨²ltimos 14 d¨ªas.

Parte del argumento para continuar con las restricciones como hasta ahora es ese nuevo patr¨®n en los enfermos de covid, que no supone por el momento presi¨®n hospitalaria, o al menos no tanta como en anteriores olas. Sin embargo, medir la gravedad de la situaci¨®n en camas hospitalarias ocupadas, dicen los expertos, es obviar multitud de aristas tan importantes como la saturaci¨®n de plazas de agudos o UCI.

Dice Sa¨²l Ares, bi¨®logo de sistemas e investigador del CSIC, que adem¨¢s hay que tener en cuenta que ¡°nunca¡± se sabe exactamente cu¨¢nto durar¨¢ cada ola, por lo que la prevenci¨®n es esencial ¡°siempre¡±. Aunque insiste en que es una inc¨®gnita, a?ade, con las cifras delante, que ¡°entre el 8 y el 19 de julio, el ritmo de crecimiento del virus doblaba la incidencia cada semana y en la ¨²ltima ya ha empezado a bajar ese ritmo. Parece que estamos tocando techo y esto va a empezar a bajar, pero la pregunta relevante es c¨®mo de r¨¢pido va a hacerlo¡±. Si mira a otros pa¨ªses o regiones con una situaci¨®n parecida, como Reino Unido o Catalu?a, ese descenso ¡°podr¨ªa ser tambi¨¦n r¨¢pido¡±. Mientras, el virus sigue circulando en la medida que el comportamiento de la poblaci¨®n y los actuales protocolos permiten.

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En Madrid, esas restricciones son m¨ªnimas y, afirma Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria (Sespas), esto ¡°deja de lado la responsabilidad de las instituciones de proteger la salud de su poblaci¨®n¡±. Explica que ¡°se desconocen las consecuencias a largo plazo¡± del virus: ¡°Esto de que los j¨®venes son asintom¨¢ticos y tienen una gripe... No tenemos ni diagn¨®stico claro de qu¨¦ es la covid persistente, no tenemos idea de las consecuencias neurol¨®gicas, cardiol¨®gicas o pulmonares de haberse contagiado. Jugar a eso, en aras del ocio nocturno o del turismo, cuando podemos evitarlo, no es lo que debemos hacer como personas que protegemos la salud de nuestra poblaci¨®n¡±.

Tambi¨¦n supone una desprotecci¨®n los obst¨¢culos del primer escal¨®n del sistema sanitario, la atenci¨®n primaria. El 1 de julio, los profesionales de Medicina de Familia ten¨ªan en seguimiento por covid a 1.386 pacientes, este martes, a 10.475. En varios centros de salud del sur de la capital, sus profesionales cifran en un 50% la positividad de las pruebas que realizan y aseguran que en la zona centro la situaci¨®n es peor seg¨²n qu¨¦ ambulatorios, sus agendas vuelven a tener 60, 70, 80 pacientes diarios, las plantillas est¨¢n a la mitad por vacaciones y aseguran que la situaci¨®n hace ¡°muy dif¨ªcil¡± su trabajo.

¡°La atenci¨®n que querr¨ªamos y deber¨ªamos dar a nuestros pacientes¡±, dice una especialista de un consultorio dentro de la almendra central. Y a?ade: ¡°Llevamos un a?o y medio pensando en el coronavirus y seguimos sin darnos cuenta de que est¨¢ echando un velo sobre todos los dem¨¢s enfermos de todas las dem¨¢s patolog¨ªas. Circuito de covid que abrimos, menos manos y menos tiempo para recuperar lo que hemos perdido con los cr¨®nicos o con gente a la que podr¨ªamos pillar a tiempo ciertas enfermedades y a veces ya es tarde. Y eso parece que a la gente y a los pol¨ªticos se les olvida¡±.

M¨¢s posibilidades para las mutaciones

A ello tambi¨¦n se refiere Joan Carles March, investigador del Instituto de Salud Carlos III, profesor de la Escuela Andaluza de Salud P¨²blica y exdirector de esa instituci¨®n, cuando habla de las muertes. Madrid acumula 24.361 y ha pasado de notificar una o dos diarias, incluso lleg¨® a registrar cero, a nueve este lunes o seis este martes: ¡°Son muchas menos que anteriores olas, pero sigue muriendo gente. Pensamos que todo lo arreglar¨ªan las vacunas y no. Son muy eficaces, pero no son esterilizantes [es decir, que adem¨¢s de proteger contra una evoluci¨®n aguda de la enfermedad, eviten su transmisi¨®n] y no pueden ser la ¨²nica cuesti¨®n para salir de la pandemia porque siempre est¨¢ la posibilidad de las variantes y hay que ir con extremo cuidado¡±.

Este experto asegura que uno de los problemas de no tomar medidas en un momento determinado es que abre la v¨ªa a una mutaci¨®n, el SARS-CoV-2, como todos los virus, evolucionan con el tiempo: ¡°La variante brit¨¢nica ya fue m¨¢s contagiosa y la delta m¨¢s a¨²n. No sabemos si habr¨¢ una m¨¢s y como ser¨¢ o si no seremos capaces de actuar sobre ella. Sin alarmismos, pero la posibilidad est¨¢ ah¨ª. Y de cara a septiembre y octubre, con la llegada del oto?o, esto deber¨ªa hacer que nos replanteemos qu¨¦ hacer¡±.

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Retirar medidas de forma ¡°precipitada¡±, como cree que ocurri¨® en junio, con la ca¨ªda del estado de alarma, gener¨® este ¡°cambio de tendencia brutal¡±. Ahora opina que ¡°a¨²n hay tiempo¡± para no empeorar la situaci¨®n: ¡°No hay otra opci¨®n que prevenir, y la ¨²nica forma es poniendo vacunas y poniendo restricciones, ambas. Porque no sabemos qu¨¦ pasar¨¢ y hay que evitar cualquier riesgo¡±.

Apunta a decisiones que, dice, ¡°ya son de sobra conocidas¡±: las de disminuci¨®n de la interacci¨®n social, sobre todo, y un control adecuado de esa interacci¨®n, como en los botellones o en los interiores, tambi¨¦n esa vigilancia en puertos y aeropuertos. Y, arguye March, algo que ¡°parece haberse olvidado¡±, escuchar y conocer a la poblaci¨®n joven: ¡°Pensar que quieren marcha y punto es un error. Si no se habla con ellos y valoramos qu¨¦ cosas pueden ayudar, nos estamos volviendo a equivocar¡±.

Eso, ¡°y dejar de poner un ojo en la salud y otro en la econom¨ªa¡±. ¡°Con un ojo en cada sitio no se soluciona nada¡±, dice, ¡°o cambiamos la perspectiva o lo tenemos muy dif¨ªcil, si no cambiamos la forma de hacer las cosas no vamos a cambiar la historia. ?Lo dem¨¢s? Es hacer rayas en el agua¡±.

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